San FranCirco
Malabarismo funcional, una actividad para todos
Pone el foco en las capacidades de las personas, sin limitaciones, ayudando a mejorar su calidad de vida y facilitando el aprendizaje.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Se cree que el malabarismo es simplemente arrojar pelotitas al aire, agarrarlas y ya. Pero en realidad, es mucho más que eso. Desde una perspectiva más amplia, es una experiencia que trasciende lo físico.
Craig Quat es el creador de la “juggle board”, un aparato que se usa en un sistema didáctico que él mismo desarrolló y que tiene como propósito desarrollar habilidades cognitivas y conexiones psicomotrices en todos los seres humanos.
En el marco de la iniciativa San FranCirco, que se lleva a cabo en estas vacaciones de invierno en nuestra ciudad, la chilena Iskándara Chat y el español Miguel Manzano llegaron para brindar seminarios de malabarismo funcional, tarea itinerante que llevan a otros lados construyendo una red en América Latina. También difunden el proyecto de Miguel llamado Mapeo de circo, en el que considera que estamos frente a una nueva forma de hacer circo, lejos de las grandes carpas y las familias tradicionales.
“El malabarismo funcional es una técnica que desarrolló Craig cuyo objetivo es que la experiencia del malabarismo sea alcanzable a todas las personas más allá de su condición física o neurológica”, dijo Iskándara Chat a LA VOZ DE SAN JUSTO.
“Cuando se piensa en malabares, no se trata solo de tirar pelotitas al aire. Se puede expresar de otras formas. Lo que define que sean o no malabares, no está relacionado con el elemento que se use o se arroje sino, con lo que ocurre a nivel cerebral, es decir, cuando se armonizan los elementos en un flujo de tiempo y con cuánta periodicidad está ocurriendo. Eso crea un estado mental de activación global donde se ve que las áreas del cerebro de una persona se ´iluminan´”, agregó.
Una tabla, una herramienta de terapia
La juggle board o tabla de malabarismo es el elemento a través del cual Iskándara y Miguel logran que una persona en determinado tiempo logre su estado mental de activación global gracias a la repetición que consigue el juego: “La tabla es una representación gráfica y visual de la teoría pero finalmente y si se entiende la idea, se puede aplicar desde cualquier tipo de elemento”.
“Este proyecto permite que, ante las dificultades, el juego pueda facilitar el aprendizaje o mejorar la calidad de vida a través de la repetición dejando de lado el aburrimiento”, remarcó.
“Si tengo un labial, por ejemplo, y quiero enseñarle a alguien con dificultades motoras a pintarse, podemos crear un juego para que el cerebro lo reconozca y lo tengamos impreso en la corteza del mismo”, citó la joven.
“Las repeticiones en una terapia tradicional pueden volverse aburridas pero a través del malabarismo funcional, del juego, se puede sostener la repetición en el tiempo y lograr el objetivo que es la rehabilitación, por ejemplo, o se pueden hacer ejercicios de lectoescritura”.
“También es un herramienta de empoderamiento para el artista de circo social porque es un experto en no aburrirse. Con su capacidad de captar la atención y divertir al otro, puede crear una simbiosis con el mundo clínico para lograr sostener las terapias en el tiempo”, sostuvieron Iskándara y Miguel.
Una vida atravesada por el circo
Iskándara y Miguel se conocieron gracias a Craig por Internet hasta que se encontraron hace un año atrás con la idea de llevar los conceptos del malabarismo funcional en la “furgo”, su camioneta del año 1993.
“Hace 18 años que viajo y 16, que me dedico al circo y soy malabarista. Mi motivo principal es estar en movimiento siempre, viajar. El circo me encantó, me atrapó y la vida me llevó hacia él, hasta que asumí que me dedicaría a esto”, contó la chilena de 36 años.
Miguel tiene 34 y es de Alicante, España. Es arquitecto pero siempre fue un apasionado del circo. De joven comenzó a trabajar con una compañía santafesina de circo que estaba en su pueblo natal
Miguel está desarrollando un mapeo donde recrea una red que vincula a todas las personas que fue conociendo en este viaje de vida a través del circo. “Estamos ante una nueva forma de hacer circo y se desarrolla en todo el mundo. Toda la comunidad de circo es una nueva familia. Hoy es una familia descentralizada, pero una gran familia”, concluyó.