Luciana Peker y la necesidad del diálogo para deconstruir el amor

La charla de Luciana Peker era una de las que más expectativas había despertado en la primera jornada de la sexta edición de la Feria del Libro San Francisco 2023 y los asistentes no fueron defraudados. Pero antes de subirse al escenario, la periodista y escritora especializada en género, pasó por el stand de LA VOZ DE SAN JUSTO, AM 1050 y el Archivo Gráfico y Museo Histórico para charlar sobre un tema tan actual como espinoso: la deconstrucción del amor. 

“Hoy en el mundo se habla mucho y se escribe mucho del tema, especialmente en mujeres. Yo creo que en América Latina y en Argentina, que es algo que me gusta reivindicar desde el sur, empezamos a hablar mucho de amor, de deconstruir el amor, que es un ciclo que hice mucho con Darío Sztajnszrajber, que está presentando su libro El Amor es Imposible en Europa. Es un escritor extraordinario que ha cambiado la manera de pensar y de repensarnos en Argentina y que tuvo la generosidad de compartir este espacio para deconstruir el amor justamente pensándolo juntos”, expresó la autora de “Sexteame: Amor y Sexo en la era de las mujeres deseantes” y “La revolución de las hijas” entre otras publicaciones.

Y agregó: “En Argentina hay un proceso del cual está hablando de una manera muy interesante Martín Rechimuzzi que pasa por banalizar cualquier cosa que se dice. Entonces decimos deconstruir el amor porque querés quitarle la violencia, la posesión, los celos a un nivel extremo, y de repente te dicen ‘carrot cake deconstruido’. Parece que deconstruirse es una pavada, una cosa gansa”. 

Y consideró que la deconstrucción del amor “no es agarrar una torta y hacerla migajas y que luego te den una miga en el amor. Sino que es decir bueno, este ingrediente no me gusta. Y el amor para las mujeres tenía y todavía tiene, eso de que la violencia forma parte del amor. Además hay algo que es muy injusto que tiene que ver con la mayor carga de tareas diarias. Las mujeres le dedican hoy más de 4 horas por día a las tareas de cuidado, de crianza, de tareas domésticas cuando los hombres le dedican 1,4. Entonces hay una diferencia de tiempo que está distribuido de una manera muy desigual en la pareja. ¿Cómo no vamos a decir che, saquemos esto o mejoremos esto?”.

“Entonces, el proceso, que lleva pocos años todavía, pasa por decir queremos mejorar esto pero no queremos ir en contra del amor. ¿Viste ese juego (el jenga) donde querés sacar una maderita pero no querés que se caiga todo el rompecabezas? Es eso. Yo creo que se puede, es un desafío. La palabra tiene mucho que ver con eso porque necesitamos que exista la posibilidad de dialogar”, agregó. 

Sobre el tema de la violencia en la pareja en particular dijo: “Yo hago periodismo de género hace más de 20 años y en ese entonces te decían que es un problema privado si alguien le pegaba a una mujer. Si alguien se acuerda de Monzón o de Julio Lagos, y pongo casos conocidos para que la gente se acuerde, eran todos asuntos privados. Desde hace algunos años, pero como punto clave en el 2015, se entiende que la violencia no es un asunto privado. Es un asunto público y cuando decimos que el Estado es responsable, decimos que hay responsabilidad del Estado pero también de los vecinos, de los medios, del colegio, de las compañeras de trabajo. Si vos tenés un amigo que sabés que está maltratando a la mujer no sos vos el responsable pero vos podés intervenir y yo creo realmente que eso cambió, mucho más de lo que se cree. Más allá de que falta mucho por cambiar todavía”.