Sociedad
Los recolectores de La Virgencita también juntan botellas plásticas
Funciona como un complemento a sus ingresos ante la caída del cartón. Además, constituye un paso muy importante en el circuito de recuperación de los residuos sólidos urbanos que llevan adelante.
El inicio del mes de febrero de 2024 será recordado de manera muy especial en el Centro Comunitario La Virgencita. Es que los recicladores urbanos de la cooperativa (Lamadrid 822), el acopio más grande de nuestra ciudad, dieron un paso muy grande en el fortalecimiento de la economía circular.
De esta manera, el 1 de febrero nació el primer fardo compuesto por 4.500 botellas plásticas, con un peso total de 200 kilogramos como resultado del trabajo de los recolectores que diversifican su trabajo juntando no solo papel y cartón, sino que a esto le añaden las botellas plásticas, generando así mayores ingresos a su tarea diaria.
De hecho, mientras que un kilo de cartón se paga $ 70, un kilo de plástico tipo PeT (polietileno tereftalato), utilizado en la fabricación de botellas, se paga 100 pesos. Estos valores implican que, cada recolector de cartón y plástico en San Francisco puede llegar a recibir entre $ 7.000 y $ 8.000 por día de trabajo.
Es importante destacar que, entre los meses de octubre a febrero, aumentó un 253 % el precio que la cooperativa paga por el cartón que entregan los recolectores.
Se calcula que en San Francisco se genera un kilo y medio de basura por día por habitante. De esa cantidad, la mitad es cartón, papel y plástico. Esto significa que de todo el material que se tira a diario como residuos, los recolectores logran captar un 50 por ciento.
En un principio, por una cuestión de costos, parecería más conveniente volcar los esfuerzos en la recolección de envases plásticos que se comercializan a un costo 30 % más caro, hay que tener en cuenta el volumen que cada envase ocupa. De hecho, la capacidad de cada carro recolector representa el doble de la cantidad de papel o cartón comparada con el espacio que ocupan los envases plásticos.
Un elemento muy atractivo para la actividad de los recolectores son los denominados Puntos Verdes existentes en diferentes sectores de la ciudad porque allí se deposita una gran cantidad de botellas plásticas por parte de los vecinos.
A estos espacios se pueden llevar tres tipos de residuos para que sean reciclados: papel y cartón, plástico y aluminio, en el marco de un programa municipal para lograr una mayor separación de residuos y su posterior reciclado.
Para los recolectores de papel, cartón y ahora botellas plásticas, los Puntos Verdes se han convertido en lugares muy buscados que les permiten generar recursos para su diaria subsistencia.
Los Puntos Verdes instalados por el municipio constituyen así un aliado fundamental en la provisión de plástico. Los recolectores luego se ocupan de clasificarlo y venderlo para su reutilización.
Hasta el momento los materiales que se reciben en estos puntos de acopio son de tres tipos: papel y cartón, aluminio y plástico. Funcionan en bulevar Roca esquina Ecuador; frente al supermercado Pingüino, otro en barrio Maipú y en la plaza Vélez Sarsfield. Los vecinos pueden llevarlos hasta allí, de lunes a viernes de 8 a 19.
Emilio Amé, referente de La Virgencita, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que este primer fardo de plástico PeT “fue la consecuencia de un trabajo que se viene extendiendo desde hace un año, cuando comenzamos a pensar en la recolección de botellas plásticas” como una fuente de recursos alternativa al cartón y el papel.
Comentó que “la semana pasada pudimos sacar el primer fardo y ahora ya vamos por el tercer fardo de PeT”.
Para llevar adelante el armado del fardo se utiliza la maquinaria que ya tienen en existencia para el armado de fardos de cartón y papel. Amé aclaró además que en la recolección de plástico “nosotros solo compramos el plástico PeT, es decir, todas aquellas botellas que tiene que ver con envases de bebidas”.
La principal razón por la cual sólo se reciben envases de plástico PeT tiene que ver con que “hoy es el que hay con mayor disponibilidad en la calle”.
Una vez que ese producto es comercializado a las fábricas que producen envases, el mismo es reutilizado en la producción de nuevos envases. “De esa forma se contribuye con la economía circular -dijo Amé-, evitando que este tipo de productos formen parte de residuos que son muy difíciles de degradarse en el ambiente porque todo ese proceso toma muchos años, con la consiguiente contaminación ambiental que eso trae aparejado”.
En cuanto al proceso de tratamiento de las botellas plásticas “es exactamente el mismo que el cartón –precisó-, lo único que cambia es que previo a la recolección se brindó una capacitación para explicarles con claridad qué es lo que nosotros estamos juntando”.
Teniendo en cuenta que la caída en el consumo general de la población trajo aparejada una disminución en la cantidad de cartón en la calle, Amé indicó que “el hecho de que estemos comprando PeT, les permite a los recolectores reunir un dinero extra para compensar esa menor cantidad de cartón en la calle”.