Análisis
Los meses que vienen
La convicción es que “vivir con lo puesto” será la norma en los meses que vienen. La dureza de este tiempo ya se siente y tendrá repercusiones aún más severas. Ha llegado la hora de aspirar a la realidad.
La ciudadanía ya conoce los principales lineamientos de las decisiones que, en materia económica especialmente, está dispuesto a adoptar el gobierno nacional para revertir la profunda crisis que vive el país. Estas medidas van en la dirección esperada y anunciada por el propio presidente Milei en su discurso inaugural.
En aquella alocución, el primer mandatario hizo un crudo diagnóstico de la herencia que recibe del anterior gobierno, casi con seguridad el peor de los últimos 40 años. Un legado nefasto que fue explicitado con contundencia, aun cuando en el mensaje pronunciado en las escalinatas del Congreso Nacional no hubo mayores precisiones acerca de las estrategias que, ahora sí, se están poniendo en marcha.
La convicción es que “vivir con lo puesto” será la norma en los meses que vienen. La dureza de este tiempo ya se siente y tendrá repercusiones aún más severas. Ha llegado la hora de aspirar a la realidad, como se señaló en la nota de opinión publicada en este diario en la edición del domingo 10 de diciembre. De entender que será imposible salir del trance sin orden fiscal ni control en el derroche que dilapidó la riqueza argentina, gracias a la irresponsabilidad e ineptitud de una dirigencia plagada de actitudes decrépitas y agotada en su capacidad de comprensión de la dramática realidad que se vive.
Se ha escrito en la prensa nacional que nunca antes un mensaje presidencial que abogó por el ajuste fiscal haya cosechado elogios. No de sectores de la economía poderosos o empresariales, sino de ciudadanos comunes. De personas que conocen las dificultades que deberán atravesar en las semanas que vienen. Pero que, por una vez, confían en que el camino pedregoso es un purgatorio necesario después de décadas de desatinos mayúsculos.
Aseguró el presidente que el gobierno anterior dejó la "peor herencia de la historia" y emitió pesos por una cifra equivalente a 20 puntos del PBI. Como el rezago de la política monetaria se extiende por entre 18 y 24 meses, los próximos dos años la sociedad seguirá pagando ese desmadre inédito. Calculó que entre diciembre y febrero habrá una inflación mensual de entre el 20% y el 40%. "Esta es la herencia que nos dejan -resumió- una inflación plantada del 15.000% anual contra la cual vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla".
Puede parecer arbitraria la comparación. Sin embargo, salvando las enormes distancias entre una guerra inhumana y brutal y una grave crisis socioeconómica, asoman con algún grado de coherencia las palabras que pronunció el ex primer ministro británico, Winston Churchill, al asumir su cargo el 11 de mayo de 1940, cuando la Alemania nazi desplegaba su ejército por Europa: “No puedo ofrecer otra cosa más que sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas. Tenemos ante nosotros una prueba de la especie más dolorosa. Tenemos ante nosotros muchos, muchos meses de lucha y sufrimiento”, dijo.
Será un tiempo difícil el de las semanas y meses por llegar. Deberá demostrar el nuevo gobierno coherencia y firmeza para empezar a desarmar los mecanismos que nos han llevado hasta este punto de no retorno. Es de esperar que así ocurra. En el mientras tanto, la ciudadanía estará observando el horizonte para encontrar la luz que alivie los pesares. Pasando al criollo aquella frase histórica de Churchill, habrá que “apechugarla”.