Los 50 años de Cacnovi
Medio siglo de esta institución ratifica que, frente a las tinieblas que asoman con frecuencia en la vertiginosa realidad, siempre existe un faro esperanzador que ilumina el camino.
El Centro de Acción Comunitario de No Videntes (Cacnovi) cumple hoy 29 de octubre 50 años. Medio siglo trabajando para que las personas con baja visión y ciegas puedan tener mayor autonomía e integrarse a la sociedad. Se trata de una entidad no gubernamental que ha sabido llevar adelante su función en nuestra sociedad, que tiene una visión solidaria. Pero al mismo tiempo se traduce en concreciones efectivas que han permitido la dignificación del no vidente y su inserción en todos los ámbitos de la vida de una comunidad.
La celebración de los 50 años encuentra a Cacnovi en una ardua gestión para que se reconozca su funcionamiento a nivel oficial. La categorización permitirá una mejor atención para ciegos y discapacitados visuales. Se trata de una necesidad que debe ser atendida. Porque de este modo, la labor importante que ha venido desplegando permitirá que se pueda trabajar con obras sociales e incorporar otros profesionales para conformar un servicio interdisciplinario.
Con el mismo objetivo, la presidenta de Cacnovi, Elizabeth González, relató que en el camino hacia la categorización "se está adaptando la infraestructura como la colocación de vidrios especiales, nuevas conexiones eléctricas, se cambiaron aberturas, se remodelaron baños, entre otras cosas. Todo eso se fue realizando a través de distintos proyectos que se fueron presentando al Consejo Asesor de la Discapacidad de la municipalidad que nos ayuda mucho".
Alcanzar la categorización sería un colofón estupendo para la celebración de los 50 años de una entidad que se ha convertido en referencia ineludible cuando se habla de atención a la problemática de la ceguera, tanto en la provincia como en el país. Es que, además de dar permanente apoyo a las personas que sufren pérdida o disminución visual, siempre ha promovido actividades que tiendan a su promoción e inclusión, en los más diversos ámbitos. Así, es una institución modelo, respetada y reconocida.
Como en cada aniversario, pero fundamentalmente en éste tan especial, se impone recordar la figura del fundador de Cacnovi, el Dr. Guido Gandolfo. Quienes conocieron a este abogado recuerdan que nunca consideró a su falta de visión como un obstáculo. Y trabajó para que quienes sufren esta condición viviesen mejor y se integren a la sociedad de modo pleno. Su mensaje tiene hoy absoluta vigencia y se transforma en un imperativo para cualquier comunidad que pretenda terminar con la exclusión y la marginación de algunos de sus miembros.
Nada más gratificante resulta comprobar que quienes padecen este problema y forman parte de Cacnovi ponen en práctica los recursos y las estrategias aprendidas, aplicándolas a su vida cotidiana, a sus relaciones sociales y a las diferentes tareas que llevan adelante. La ceguera no es un impedimento que paraliza. Todo lo contrario, San Francisco puede sentirse orgulloso de albergar en su seno a una entidad con mirada solidaria y optimista que trabaja para devolver la dignidad y mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad visual.
En "Ensayo sobre la ceguera, el portugués José Saramago traza una visión sombría de estos tiempos. Porque "la verdadera ceguera es vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza". Los 50 años de Cacnovi ratifican que, frente a las tinieblas que asoman con frecuencia en la vertiginosa realidad, siempre existe un faro esperanzador que ilumina el camino.