Lidia y la costura, una pasión que comenzó en la tienda Scolari
La vida entre hilos y botones. El día a día de esta querida vecina de barrio Roca transcurre en su mecería de calle Almafuerte, donde siguió zurciendo una historia que nació en los '50 en la recordada firma de bulevar 25 de Mayo.
Por
Isabel Fernández
Elásticos, puntillas, cierres, agujas, hilos, botones de distintos tamaños y colores, ropa, telas..., Lidia Baldissin conoce sobre cualquier elemento que se necesite a la hora de la costura. Con sus 82 años, en plena actividad, su vida siempre fue la mercería.
Aprendió el oficio desde muy chica, a los 14 años, cuando comenzó a trabajar en la recordada tienda Scolari, que en esa época, -la década del '50- funcionaba en la céntrica 25 de Mayo al 2100. Fue por más de diez años. Su paso por ese tradicional comercio todavía es recordado por algunas clientas que aún la identifican con ese tradicional local.
Lidia llegó de Italia a los 13 años y se radicó en nuestra ciudad, sabe de esfuerzos y por eso emprendió su propio negocio en barrio Roca (Almafuerte 635), mientras criaba a sus hijos. Hoy todavía sigue atendiendo con calidez y mucha paciencia.
"La mercería es mi vida, voy a seguir haciendo esto mientras pueda. Es un don que Dios me dio porque me resulta fácil y es algo que entiendo", contó convencida Baldissin, quien todavía realiza tareas casi artesanales como la tintura de botones en caso que no se consiga el color indicado para la prenda.
Hasta su local llegan clientes de todos los barrios de la ciudad y aseguran que en ese espacio -con antiguos mostradores, muestrarios de botones y telas que conforman un ambiente especial lleno de colores- pueden encontrar de todo.
"Lidia es un emblema, lo que no se encuentra en el centro de la ciudad, ella lo tiene. Es una artesana porque incluso se ocupa de teñir botones para conseguir el color justo", aseguró una de sus clientas.
"Lidia tiene una trayectoria de años de trabajo, se actualiza en las cosas y conoce todo sobre mercería. Quizá uno busca una puntilla o una tela especial y ella lo tiene", completó otra.
"Es mi vida, un don que Dios me dio"
Baldissin explicó que la relación con los clientes es buena, aunque reconoció que a veces hay que tener paciencia: "Hay que tener mucha voluntad para resistir en el negocio, hay que levantarse temprano y darle para adelante, como en todo. Son años de lucha", remarcó.
Al hablar de la famosa tienda Scolari, Lidia aseguró que conserva muy buenos recuerdos: "No quería que llegue el fin de semana porque quería estar trabajando en la tienda", recordó.
Sobre la actividad hoy, aseguró que sigue habiendo trabajo como antes: "La gente actualmente se acerca a comprar mucho porque se hacen arreglos y también hay muchas manualidades", dijo.