Día del Empleado de Comercio
“De todos los clientes que atendí, me llevé amigos”
En el marco del Día del Empleado de Comercio, Adriana Varas analizó un trabajo que conoce bien. Se jubiló después de 40 años en la actividad.
Llegar a la jubilación es un anhelo para muchos trabajadores, pero para Adriana del Valle Varas, conocida vecina de San Francisco, este es solo un nuevo comienzo. A sus 60 años, Adriana ha dedicado cuatro décadas de su vida al comercio, y aunque es momento de descansar, se encuentra inmersa en el desafío de la venta online.
En el marco del Día del Empleado de Comercio, Adriana compartió su historia con LA VOZ DE SAN JUSTO. “Cumplí 60 años con mucho orgullo porque en la vida me pasaron cosas buenas y no tan buenas, pero de todas saco lo más positivo”, comentó.
Adriana inició su carrera laboral a los 19 años, convirtiéndose rápidamente en un rostro familiar del centro de la ciudad. “Empecé como promotora de Coca Cola y ayudaba a una familiar en un negocio. Un día, una amiga me dijo que estaban buscando empleada para atención al público en una tienda del centro”, recordó. La decisión de ir a la entrevista cambió su vida. “Era una fila de cuatro cuadras por un puesto laboral”, añadió.
Aquella época dorada del comercio en el centro fue memorable. “Eran tiempos hermosos, cuando estaba el bar Maui y la gente iba a merendar”, rememoró. Las compañeras de trabajo de Distribuidora Deportiva, AZ y Capote se convirtieron en amigas entrañables. “La gente se reía porque la mayoría éramos rubias y los negocios eran verdaderos imperios. Aún hoy mantengo esa relación”.
Con el tiempo, Adriana ingresó a Jorojos, donde trabajó durante 16 años. Después, estuvo en Alpajota y finalmente en Arlette, donde permaneció hasta llegar a la jubilación.
“Los dueños de los negocios los recuerdo con mucho cariño, principalmente a sus hijos porque los vi crecer”, afirmó. Pero su pasión por el comercio no ha terminado. “Una amiga me invitó a sumarme a la venta mayorista de su marca, y hoy estoy detrás de un escritorio”, explicó. Adriana se siente emocionada por este nuevo desafío: “Es un aprendizaje continuo, y me emociona acompañar el crecimiento de una amiga”.
“Esperé la jubilación con muchas ansias, porque, si bien amo vender, es momento de disfrutar la vida de otra manera; de mis hijos, de mis nietos”, expresó. Sin embargo, su amor por el comercio persiste. “Ser empleada no es fácil, pero cada cliente que atendí se convirtió en amigo. Yo le tengo mucha paciencia a la gente y me encanta vender”.
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Adriana también recordó un momento especial: “Una vez, una clienta me contó un secreto íntimo, y lo guardé como un tesoro. Ella me dijo que era como una amiga”. Para Adriana, el trabajo de comercio va más allá de las ventas; es un vínculo humano. “Para los clientes somos como psicólogos”, agregó.
Con respecto a los nuevos empleados, dejó un mensaje claro: “A los jóvenes que se inician en el mundo del comercio, les digo que pongan muchas ganas al trabajo. No pregunten cuántas horas van a trabajar; los trabajos se van aprendiendo”. También resaltó la importancia de valorar a los empleados, que pasan largas horas en los locales.
Reflexionando sobre la situación actual del comercio, Adriana expresó su preocupación. “El centro de San Francisco lo llevo en mi corazón. Duele cuando cierran los locales. Los alquileres están muy costosos y los comercios no pueden sostenerse”, lamentó. Su deseo es que “el centro vuelva a ser el de antes”.
Descansan hoy
El Día del Empleado de Comercio se conmemora el 26 de septiembre, pero los trabajadores descansarán este lunes 30, en un acuerdo entre el gremio y el sector empresarial. Este cierre busca reconocer el esfuerzo diario de quienes sostienen el comercio en la ciudad, y Adriana, con su historia de dedicación, es un claro reflejo.