Salud
La violencia afecta la capacidad de autocuidado en las mujeres
Existen distintos tipos de violencia contra la mujer, entre ellas la psicológica que todavía está naturalizada. La psicóloga Mónica Marcela Arévalo analiza el impacto que provoca en la salud mental de las víctimas.
Los distintos tipos de violencia provocan graves consecuencias en la salud física, mental y reproductiva de las mujeres. Puede aumentar el riesgo de enfermedades como el VIH y provocar síntomas como estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, alteraciones del sueño y cambios en la alimentación, entre otras cosas.
Al principio las señales son sutiles, ya que la violencia contra la mujer todavía está naturalizada. Una de cada tres mujeres en el mundo sufrieron violencia física y/o sexual de pareja en algún momento de su vida y el 27% de las mujeres de 15 a 49 años que han estado en una relación fueron víctimas de algún tipo de violencia. Es un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos.
En el marco del Día internacional para la eliminación de la violencia de género contra mujeres y niñas que se conmemora cada 25 de noviembre, comenzaron los 16 días de activísimo contra la violencia de género que lleva adelante el Consejo de la Mujer de la Municipalidad de San Francisco.
La iniciativa se extenderá hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, y este año se enmarca en el 30° aniversario de Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y es llevada adelante de manera global por ONU Mujeres.
¿Cuál es el impacto de la violencia en la salud mental de las mujeres? La licenciada en Psicología, Mónica Marcela Arévalo (MP-7965), directora y fundadora del Espacio Terapéutico y de Formación Hilando Relatos de Córdoba aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO que los síntomas a nivel psíquico “pueden ser determinados por cualquier tipo de violencia ya sea física, económica, patrimonial, sexual, psicológica, ambiental y política. La violencia que menos se ve, es la psicológica y aunque pareciera que se habla más, aún sigue muy naturalizada”.
“A nivel psicológico, las mujeres pueden experimentar trastornos como el estrés postraumático, disfunciones sexuales y una disminución significativa de la autoestima. Puede aparecer estrés, ansiedad, depresión, alteraciones del sueño, cambios en la alimentación, irritabilidad, aislamiento, etc. Todos estos síntomas estarán expresados en diferentes niveles, pero la violencia afecta su capacidad de autocuidado y generará conductas autodestructivas, pierden el sentimiento de vulnerabilidad, se sienten tan rotas que nada puede hacerles más daño. En términos sociales, muchas mujeres sufren aislamiento y ausentismo laboral debido a su situación. El impacto más grave y extremo es el femicidio.”, explicó la psicóloga.
Advirtió que el ciclo de la violencia “se caracteriza por momentos de agresión seguidos por disculpas del agresor, lo que puede llevar a las víctimas a sentirse confundidas y atrapadas. Este patrón perpetúa un estado de dependencia emocional y miedo al abandono en las mujeres, dificultando su capacidad para buscar ayuda”.
En cuanto al tratamiento, Arévalo resaltó que la “psicoterapia es una herramienta fundamental para ir desnaturalizando y visibilizando muchas situaciones de violencia. Ante una situación de violencia lo que hay que hacer primero es escuchar, alojar, armar una red de contención para la persona y articular con alguna unidad judicial para la denuncia. La violencia contra las mujeres puede prevenirse por eso es importante hacerle saber que no están sola”. Más información en Instagram: @hilandorelatos.