Análisis
La unión hace la fuerza
La realidad del narcotráfico en el conglomerado urbano que integra San Francisco con las localidades santafesinas de Josefina y Frontera es más que preocupante. Córdoba y Santa Fe acordaron trabajar en conjunto en esta encrucijada, como debe ser.
Tras reforzar la seguridad en la zona fronteriza, Córdoba acordó con Santa Fe trabajar en forma conjunta para combatir el narcotráfico. Así lo afirmó el propio ministro de Seguridad de la provincia cuando estuvo en San Francisco para anunciar el refuerzo de los operativos de seguridad frente a las amenazas recibidas, supuestamente, por parte de grupos de narcotraficantes vinculados a los carteles que azotan la ciudad de Rosario y, además, poner en funciones al nuevo jefe de la Departamental San Justo de la policía.
En la Argentina de la confrontación política permanente y la polarización extrema merece destacarse lo que sería obvio en una realidad con algo de normalidad. Esto es, la lucha contra el crimen organizado y los grupos de narcotraficantes debe hacerse en conjunto, cooperando con las demás jurisdicciones del país y estableciendo canales de comunicación y acción destinados a combatir todas las acciones delictivas que hoy están trayendo zozobra a la población. Aquello de que “la unión hace la fuerza” es tan añejo como comprobable.
No obstante, es tal la vertiginosidad de los acontecimientos que el anuncio del trabajo colaborativo con Santa Fe habilita la reflexión acerca de la necesidad de que, por fin, se accione con decisión, en todos los frentes y en todas las geografías. Más aún en las regiones limítrofes como en la que se halla nuestra ciudad, calificada por el ministro de Seguridad como un “punto neurálgico al que hay que prestarle mucha atención”.
La realidad del narcotráfico en el conglomerado urbano que integra San Francisco con las localidades santafesinas de Josefina y Frontera es más que preocupante. Lo seguiría siendo aun si no hubiesen existido las amenazas telefónicas a la policía que provocaron alarma en esta región. El panorama que puede describirse con la experiencia ciudadana permite tomar nota de que el problema es mayúsculo y que la necesaria colaboración interprovincial, en toda la extensa franja limítrofe y muy especialmente en esta parte del este cordobés y el oeste santafesino.
En este punto, son pertinentes las recientes declaraciones periodísticas del ex fiscal Bernardo Alberione, quien fuera también amenazado por los narcos poco tiempo antes de dejar su cargo. Dijo el ex magistrado que “si dejamos un territorio libre, el narcotráfico sigue avanzando”. Expresó asimismo una disyuntiva central para este momento: “O el temor lo pone el Estado con el narco, o el narco va a poner el temor para con el Estado". Y se refirió a la permanente mutación del delito de la venta de drogas en una “frontera tremenda” entre San Francisco y Morteros.
Habrá, entonces que disponer las medidas necesarias para terminar con problemas de jurisdicción que impiden, a veces, la realización de procedimientos necesarios para impedir que este delito gane terreno, el narcomenudeo se instale y el terror aparezca luego. Y seguir insistiendo en que continúen tomándose decisiones para dotar a las fuerzas de seguridad de ambas provincias y a la Justicia de personal y recursos que permitan hacer frente a esta amenaza concreta.
Es éste el marco preocupante en el que Córdoba y Santa Fe acordaron trabajar en conjunto para combatir a los mercaderes de la muerte. En esta encrucijada que pone en riesgo la vida de los ciudadanos y en todos los temas de interés público, debe ser así.