Octubre rosa
La prehabilitación, un nuevo paradigma en el tratamiento kinésico del cáncer de mama
En el mismo momento en que es diagnosticado el cáncer de mama, se debe comenzar el tratamiento con el kinesiólogo con el objetivo de preservar y restaurar la zona afectada por cirugía y otras terapias como la quimio y radioterapia.
Por Isabel Fernández|LVSJ
El linfedema es la inflamación en un brazo o una pierna ocasionada por una obstrucción del sistema linfático y es la secuela más temida por las mujeres que atravesaron una cirugía por cáncer de mama.
Es una enfermedad crónica que puede presentarse aún años después de la intervención, por eso es fundamental comenzar el tratamiento de drenaje linfático manual (DLM), un masaje que consiste en dar suaves y repetitivas maniobras en la piel, logrando redirigir la circulación linfática superficial.
Para prevenir el linfedema y otras consecuencias en la salud, surge un nuevo paradigma en el tratamiento que es la “prehabilitación” en el que las kinesiólogas y kinesiólogos cumplen un rol fundamental como efectores de salud que se dedican a la rehabilitación, educación y prevención, trabajando de manera interdisciplinaria.
¿En qué consiste?. En el mismo momento en que es diagnosticado el cáncer de mama, debe comenzar el tratamiento con el kinesiólogo con el objetivo de preservar y restaurar el sistema cinético funcional y mejorar las consecuencias que pudieran presentarse.
La “kine rosa” y presidenta del Colegio Profesional de Kinesiólogos y Fisioterapeutas de Córdoba, Regional II de San Francisco, Gabriela Almada, quien participó junto a sus colegas en la jornada “Prevención del cáncer de mama, espacio de encuentro bajo una mirada integral” que se realizó en la Tecnoteca, explicó cuáles son los beneficios de la prehabilitación que ayuda a mejorar la calidad de vida de las mujeres que atraviesan la enfermedad.
“Dentro del papel del kinesiólogo que es el de reeducador, rehabilitador, se instaura el concepto de la prehabilitación cuyo objetivo es preservar, mantener y restaurar el sistema cinético funcional cómo también mejorar las secuelas que pudieran presentarse”, explicó.
Remarcó que se implementa “cuando la paciente recibe el diagnóstico de un cáncer de mama, inmediatamente comienza ya su etapa de rehabilitación kinésica, antes de cualquier tratamiento con rayos, quimio o cirugía”.
La kinesióloga aseguró que éste tratamiento de rehabilitación “debe estar en manos de un profesional capacitado, cuyo objetivo principal va a ser incrementar la reserva funcional preparatoria del paciente generando una recuperación mucho más amplia. Los efectos negativos son modificables si se tratan anteriormente y se pueden determinar los efectos de la cirugía en relación al estado físico y psicológico de la persona”.
“Trabajamos en un principio haciendo una evaluación postural estática y dinámica, de la marcha, la movilidad, realizando ejercicios respiratorios y técnicas de relajación. Lo hacemos de manera transdisciplinaria con psicólogos, nutricionista y otros profesionales”, dijo.
Preparar a la paciente en todos los sentidos
Remarcó que la prehabilitación, “permite preparar a la paciente en todos los sentidos, preparar su piel, su movilidad articular, su fuerza muscular y si bien obviamente no la parte psicológica, pero sí le decimos lo que puede esperar de cómo va a quedar su tejido, su movilidad”.
“Existen unos talleres donde se hacen unos almohadones en forma de corazón para que usen debajo del brazo al salir de la cirugía. Son pequeñas acciones que permiten que la movilidad sea otra en los primeros siete a diez días que es cuando está pegado el brazo”, afirmó la kinesióloga.
Añadió: “Cuando ya sacaron drenajes sacaron y los puntos, la paciente tiene que seguir con el tratamiento kinésico porque puede mover el hombro, cuidar la piel, el objetivo es prevenir todo lo que puede llegar a suceder como consecuencia de la cirugía. Con el diagnóstico comienza el rol del kinesiólogo”.
De esta manera se puede prevenir el linfedema como cualquier secuela, la mujer puede hacer actividad física y llevar una vida normal con cuidados. Almada advirtió que la posibilidad de la aparición del linfedema “existe siempre, por eso debe cuidarse continuamente el brazo del lado operado”.
“A veces pueden pasar muchos años después de la cirugía y el linfedema aparece. Puede desencadenarse por el rasguño de un de una mascota, una picadura, una exposición demasiado prolongada en horarios no convenidos con el sol. Cualquier cosa puede despertar el linfedema y ahí hay que comenzar un tratamiento porque es otra enfermedad, que es crónica”, dijo.
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Almada afirmó que los cuidados son muchos, pero necesarios y tienen que convertirse en un hábito saludable. “Cuando pasamos el listado de los cuidados a las pacientes parece abrumador, pero es importante que lo lean con tranquilidad, y que no crean que van a tener todo lo que puede aparecer. En las diferentes etapas del tratamiento que son lentas, como la quimio, controles, radioterapia, existen otros cuidados con los que hay que amigarse como el cuidado de la piel, de los tejidos. El kinesiólogo también intenta bajar la ansiedad de la paciente sobre qué esperan del tratamiento”.
“Es importante que el equipo de salud, el médico y los kinesiólogos puedan guiar a las pacientes y les hablen sobre la prehabilitación y la necesidad de comenzar el tratamiento kinésico desde el diagnóstico”, remarcó la profesional.
Detectarlo a tiempo
Con 22.024 casos, el cáncer de mama, fue el de mayor magnitud en la Argentina en 2020, representa el 16,8% de todos los casos nuevos y es el primero en mujeres. Estos datos recuerdan la importancia de concientizar sobre la consulta al médico, la realización de mamografías y ecografías mamarias y el autoexamen.
“Octubre es el mes elegido para llamar a la concientización sobre la importancia del diagnóstico precoz. Cuanto antes se detecte, el abanico de herramientas que tenemos para tratarlo se agranda de manera exponencial”, destacó Almada.
Agregó que actualmente “en general todos los tratamientos son positivos, el cáncer de mama pasó a ser una enfermedad crónica y la posibilidad de revertirlo es mucha, si se detecta a tiempo”.
Vida normal con cuidados
Las “kines rosa” brindaron una serie de indicaciones para que las mujeres puedan cuidarse y prevenir secuelas tras el tratamiento por el cáncer de mama:
- Usar sostén adecuado
- Higiene personal
- Eliminar vicios posturales
- Retorno de manera paulatina a las actividades de la vida diaria
- Planificación del retorno al deporte
Cómo prevenir el linfedema
*No extraer sangre del brazo afectado ni colocarse vacunas.
* No tomarse la presión.
* Se debe extremar la higiene del miembro afectado, es importante secar la piel sin olvidar la zona de pliegues, aplicar crema hidratante tras el lavado.
* Cautela con la manipulación del horno y fuentes de calor para evitar quemaduras.
* No usar cosméticos irritantes.
* Evitar rasguños de animales.
* Evitar picaduras de mosquitos u otros insectos.
* Se sugiere evitar la depilación de los sectores corporales afectados (se puede con máquina de afeitar con antisepsia previa y a favor del vello o depilación definitiva)
* No utilizar cera.
* No cortar cutículas.
*No emplear sustancias tóxicas, lavandinas, detergentes, sin usar guantes.
*Tener especial precaución al usar la plancha, estufas u hornos ya que las quemaduras se suelen infectar con facilidad.
*Mantener la piel sana y bien hidratada.
*La piel es el órgano más grande del cuerpo y actúa cómo la primera barrera de defensa.
*No hay dieta para el linfedema.
*Proponerse un peso ideal, evitar el sobrepeso.
*Buscar una dieta equilibrada con jugos naturales, frutas y verduras.
*Se deben utilizar guantes al practicar labores de jardinería.
*Usar dedal para coser.
*En caso de ser diabética no tomar las determinaciones de glucemia mediante el pinchazo del pulpejo en el brazo afectado.
*Evite cargar pesos con ese brazo y en especial sobre el hombro afectado (carteras, bolsas, niños).