Análisis
La posibilidad de la universidad nacional
Una universidad nacional propia fortalecerá un proceso que está convirtiendo a San Francisco en una localidad referente en el ámbito del conocimiento, el saber y el estudio.
Quienes visitan la ciudad de Rafaela con asiduidad pueden comprobar una realidad que en San Francisco todavía está lejos. Llegando al casco urbano por la ruta nacional 34, detrás de un atractivo portal, asoman varios modernos edificios, algunos todavía en construcción. El cartel no deja dudas acerca de qué se trata: Universidad Nacional de Rafaela.
En ese campus todavía en formación se dictan numerosas carreras de grado, especialmente carreras vinculadas a las nuevas tecnologías y el manejo de la información. Por ejemplo, las licenciaturas en Producción de Videojuegos y Entretenimiento Digital, en Medios Audiovisuales y Digitales, en Computación, en Bioinformática y en Gestión de la Tecnología y la Información, entre otras.
El auspicioso crecimiento de la Universidad Nacional de Rafaela, así como el de otras como la de Villa María, son antecedentes valiosos a la hora de analizar la posibilidad de que una casa de altos estudios similar se asiente en nuestra ciudad. El optimismo acerca de ello creció en los últimos días cuando el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), organismo que entre sus funciones tiene la coordinación, consulta y propuestas de políticas y estrategias de desarrollo universitario, se proclamó a favor de la instauración de nuevas universidades públicas nacionales, entre ellas, la de San Francisco, cuya creación fue propuesta en el Congreso por una iniciativa del diputado García Aresca y que podría aprobarse antes de fin de año.
Como bien se afirmó en una reciente nota publicada en este diario, la llegada de una universidad nacional a la ciudad significaría “un antes y un después” en la educación de toda la región. Las oportunidades de estudios superiores para los jóvenes se podrían multiplicar. Complementaría su oferta la variedad existente y aportaría además al desarrollo social, cultural, económico y productivo de esta zona del país.
La creación de la Universidad Nacional de San Francisco sería el corolario de un proceso singular de crecimiento de la oferta de estudios superiores que se originó con la creación de la UTN Regional, siguió con el aporte de instituciones privadas y estatales y se consolidó con la puesta en marcha del Centro Regional de Estudios Superiores (Cres). Apuntalaría, asimismo, el auspicioso panorama que muestra la ciudad en esta materia y que, en los últimos años ha permitido que cientos de egresados del Nivel Secundario prosigan sus estudios aquí, con los consiguientes beneficios en materia de arraigo y de cohesión social.
Es verdad que el proceso electoral que se está viviendo y la difícil realidad social y económica del país imponen miradas supuestamente contrapuestas en torno a la posible creación de más universidades nacionales. No obstante, aunque suene repetitivo y, por momentos, no se advierta la necesidad, la prioridad debe ser siempre la educación en todos sus niveles. Por ello, una universidad nacional propia fortalecerá un proceso que está convirtiendo a San Francisco en una localidad referente en el ámbito del conocimiento, el saber y el estudio, herramientas indispensables para afrontar los desafíos del complejo mundo en el que vivimos.