Sociedad
La parroquia San Carlos Borromeo celebra sus 60 años
Los actos centrales se desarrollaron en la tarde de ayer con una procesión y misa presidida por el obispo Sergio Buenanueva. La nota hace un repaso de su vinculación con el Cottolengo Don Orione, la recordación de aquella ceremonia de 1963 y aspectos de la vida del santo nacido en Italia en el siglo XVI.
La comunidad de fieles del Pequeño Cottolengo Don Orione está de fiesta. Se festejan los 60 años de la parroquia San Carlos Borromeo, ubicada en avenida Urquiza 927 de nuestra ciudad, que fue creada por disposición de la Diócesis, precisamente el 4 de noviembre de 1963.
La celebración principal se llevó a cabo ayer sábado, desde las 19.30, con una procesión alrededor de la manzana que ocupa el Pequeño Cottolengo Don Orione, tras lo cual se celebró la misa presidida por el obispo Sergio Buenanueva, con la participación de sacerdotes de la diócesis. Asistieron también autoridades municipales y numerosos fieles, la mayoría vecinos del sector donde se ubica esta parroquia.
Vale consignar que el festejo comenzó con la realización de una novena por el 60° aniversario bajo el lema ‘Dejando huellas de humildad y caridad’, inspirado en el carisma de San Carlos Borromeo.
El sacerdote Juan Ríos, actual párroco, expresó que “estamos muy contentos con esta celebración que estamos llevando adelante, junto a las comunidades que representan a las cinco capillas como las de Plaza San Francisco, Nuestra Señora de la Merced de Estación Luxardo, capilla Nuestra Señora de la Guardia, de barrio Urquiza; capilla Nuestra Señora de Itatí, de barrio Independencia y capilla San Antonio de Padua, de barrio Las Rosas”.
Además, indicó que “ha sido especialmente invitados todo el personal que trabaja en el Cottolengo junto a los residentes para formar parte de la celebración comunitaria donde además se encuentra el Hogar que cuenta con 64 años de vida. Actualmente tenemos 57 residentes, entre varones y mujeres”.
Igualmente remarcó que “en todo este tiempo, Cottolengo Don Orione ha recibido valiosos aportes de toda la comunidad que ha permitido el sostenimiento de la obra a lo largo del tiempo junto a donaciones de muchos aportantes que acercan beneficios junto a la realización de distintos eventos destinados a recaudar fondos que luego son utilizados para el mantenimiento general de la obra”.
Ligada al Cottolengo
Según se afirma en el libro “Los frutos de un árbol cincuentenario” que se editó en conmemoración de los 50 años de la Diócesis de San Francisco, “la parroquia San Carlos Borromeo está ligada intrínsecamente a la vida del Cottolengo Don Orione”, una institución ligada a los mejores aspectos de la vida de nuestra comunidad.
Gracias a la donación del terreno hecha por Carlos y Margarita Boero, el Cottolengo fue inaugurado el 14 de mayo de 1959, habilitándose en ese momento un primer pabellón destinado a hombres con 26 camas, la capilla y pequeñas dependencias. La capilla recibió el nombre de San Carlos Borromeo en memoria de su bienhechor: Don Carlos Boero.
El citado libro relata posteriormente: “El 11 de mayo de 1963 se inauguró el pabellón de mujeres, costeado por doña Margarita Boero de Boero. El sector se pobló aceleradamente y obligó a la erección, el 4 de noviembre de 1963, de la actual Parroquia San Carlos Borromeo, efectuándose días después la toma de posesión y a partir de allí la organización de las distintas asociaciones parroquiales. Para 1980, comenzó la ampliación de la Parroquia, la cual se había hecho cargo de las capillas “San Francisco de Asís” de Plaza San Francisco, primera capilla de la localidad, y "Nuestra Señora de la Merced" de Estación Luxardo. Posteriormente se incorporaron las capillas “Nuestra Señora de la Guardia” de barrio Urquiza, “Nuestra Señora de Itatí” de barrio Independencia y, desde el año 2007, la capilla “San Antonio de Padua” de barrio Las Rosas”.
La parroquia del Cottolengo fue la quinta de la ciudad. La precedieron Cristo Rey (en 1948), Nuestra Señora de la Consolata, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José Obrero (todas también erigidas en 1963). Recién en 2005 nació otra parroquia en San Francisco: la Santa Rita.
Los actos de 1963
El archivo de LA VOZ DE SAN JUSTO permite rememorar aquella jornada en la que la capilla del Cottolengo Don Orione se convirtió en parroquia, “concretándose así un sentido anhelo de los pobladores de ese pujante y progresista sector noroeste de la ciudad”, según se publicó en estas páginas hace 60 años.
Los actos centrales de la erección de la parroquia se llevaron adelante el domingo 10 de noviembre de aquel año, una semana después de que se decretara su nueva condición. Luego de tres misas matutinas en las que los niños recibieron su primera comunión, los actos centrales se desarrollaron por la tarde. El entonces gobernador eclesiástico de la diócesis, monseñor José Des López presidió la ceremonia. En representación de los feligreses pronunció un breve discurso el señor Julio Maestri, quien expresó la importancia del acontecimiento, que es la concreción de un ferviente deseo de todos aquellos que viven en la jurisdicción de la nueva parroquia.
A continuación, habló el padre Juan Lucarini, superior provincial de la obra Don Orione, quien hizo una reseña de la misión que cumple el Cottolengo y su trascendencia en el mundo.
Acto seguido, monseñor Des López dio lectura al decreto de creación de la nueva parroquia y el nombramiento del cura párroco, padre Juan Lorenzetti. Finalmente, el titular del a nueva parroquia ofició su primera misa en condición de tal. Concluido el oficio religioso, el padre Lorenzetti pronunció un discurso.
Expresó su voluntad de trabajar y pidió ayuda para conseguir el desarrollo de las obras parroquiales, para “dar siempre mayor vida a las asociaciones, para ayudarme a evitar los abusos, los escándalos, para que los niños, los jóvenes y los hombres se acerquen a la Iglesia”. Manifestó estar convencido “de que como en este barrio hubo almas generosas que hasta ahora han trabajado y nos han ayudado, hallaremos en el futuro más correspondencia que en lo pasado.
“Dichosas aquellas parroquias en las cuales el párroco encuentra esta adhesión entre sus feligreses”, dijo. Agradeció finalmente a la comisión organizadora por el trabajo que sostuvo en esta circunstancia y a todas las personas que contribuyeron para este resultado.
Quién fue San Carlos Borromeo
Era hijo de un noble de alta alcurnia. Nació en el castillo de Arona, junto al lago Maggiore en el norte italiano, el 2 de octubre de 1538. Desde los primeros años, dio muestras de gran seriedad y devoción.
En una extensa biografía publicada por la agencia católica Aciprensa, se puede leer: “Carlos tenía cierta dificultad de palabra y su inteligencia no era deslumbrante, de suerte que sus maestros le consideraban como un poco lento; sin embargo, el joven hizo grandes progresos en sus estudios. La dignidad y seriedad de su conducta hicieron de él un modelo de los jóvenes universitarios.
A los veintidós años, cuando sus padres ya habían muerto, obtuvo el grado de doctor. En seguida partió a Milán, donde recibió la noticia de que su tío el cardenal de Médicis había sido elegido Papa en el cónclave de 1559, a raíz de la muerte de Pablo IV. A principios de 1560, el nuevo Papa hizo a su sobrino cardenal diácono y, el 8 de febrero, le nombró administrador de la sede vacante de Milán, pero, en vez de dejarle partir, le retuvo en Roma y le confió numerosos cargos. En efecto, Carlos fue nombrado, en rápida sucesión, legado de Bolonia, de la Romaña y de la Marca de Ancona, así como protector de Portugal, de los países bajos, de los cantones católicos de Suiza y además, de las órdenes de San Francisco, del Carmelo, de los Caballeros de Malta y otras más”. Solo tenía 23 años en ese entonces.
Como cardenal de su tiempo “juzgó necesario atenerse a la costumbre renacentista que obligaba a los cardenales a tener un palacio magnífico. Pero en su corazón, estaba profundamente desprendido de todas esas cosas. Había logrado mortificar perfectamente sus sentidos y su actitud era humilde y paciente”.
San Carlos Borromeo fue activo participante del Concilio de Trento que sentó las bases del proceso denominado Contrarreforma. Pero su tarea misionera se desplegó con creces en la diócesis de Milán. Apenas asumió allí como obispo, se desprendió de los objetos preciosos que allí existían y con lo recaudado se consagró íntegramente a socorrer a las familias necesitadas. La generosidad y solidaridad de San Carlos dejaron un recuerdo imperecedero. Su prioridad, a partir de haberse instalado en Milán fue llevar adelante con denuedo esta tarea de asistencia a los pobres.
San Carlos Borromeo falleció el 4 de noviembre de 1584, a los 46 años. Fue canonizado por el Papa Paulo V, el 1 de noviembre de 1610.