Cultura
La otra feria
La Feria del Libro de la ciudad ofrece una multiplicidad de opciones, más allá de los libros o las presentaciones.
Quizás el lector que llega a esta nota no disfrute de la literatura y todas las opciones que ofrecen las librerías y editoriales presentes en la Feria del Libro, y, por ende, no encuentre motivo para ir al Superdomo en la última jornada del evento.
Sin embargo, la séptima edición de la Feria ofrece una serie de alternativas pensadas para que cualquiera pueda venir y pasar un buen momento.
Y una de esas opciones está ubicada fuera del Superdomo. Sobre el jardín botánico se montó un rincón gastronómico de foodtrucks que ofrecen muchas posibilidades de comidas tanto saladas como dulces.
El sector aunó a muchos vecinos que decidieron ir a cenar al Botánico tanto el viernes como el sábado.
Entre los foodtrucks y el ingreso lateral del domo, el municipio montó un escenario pensado para la danza y la música. Este domingo desde las 21 se presentará el elenco del Ballet Municipal Patria, para que luego lo haga el folclorista Emiliano Zerbini.
Si al lector si le interesan los libros o algunos de los autores que brindan las charlas, pero a los niños de la familia no, la Feria también presenta opciones para atacar esa problemática.
En el hall de entrada hay un rincón espacialmente pensado para la niñez con actividades vinculadas al dibujo y la pintura para que los más chicos puedan pasar un rato de diversión en el evento.
La Feria del Libro de la ciudad, como lo han hecho otras expresiones similares a lo largo y ancho del país ha sabido entender que estos eventos culturales pueden ser un espacio donde se reúnan diferentes expresiones artísticas.
Mezclar gastronomía, música, danza, autores reconocidos con libros resulta una estrategia inteligente para los libros, libreros y escritores, pero también para un evento, que al ser público, debe generar alternativas para la mayor cantidad de gente posible.
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