Sociedad
La Luciérnaga realizará una olla popular tres veces a la semana
Para atender la vulnerabilidad alimentaria, la ONG brindará comida en su sede de San Francisco.
En respuesta al creciente número de familias que necesitan asistencia alimentaria en el marco de la dura crisis económica, la organización social La Luciérnaga pone en marcha un nuevo servicio a la comunidad: una olla popular una vez a la semana para garantizar un plato de comida a quienes más lo necesitan. En principio, será para las familias de La Luciérnaga, aunque la idea es ampliar la ayuda en el corto plazo.
Mientras tanto, los martes, miércoles y jueves, de 15 a 17, en su sede ubicada en Avellaneda 255, recibirán donaciones de alimentos no perecederos como fideos, arroz, polenta, lentejas, salsa de tomate, zanahoria, papa y cebolla.
"Comer es un derecho y cuando hay hambre, hay dolor", sostienen desde "La Luci", y por ello han decidido llevar adelante esta iniciativa bajo el lema "para vencer la tristeza, planificar la esperanza".
Macarena Baravalle y Guillermina Fiore, de La Luciérnaga, en diálogo con la LA VOZ DE SAN JUSTO, explicaron que están “siempre agradecidos con la comunidad que nos sostiene” y señalaron que como equipo tomaron la decisión de hacer la olla popular “ya que estamos en permanente contacto con las historias vitales de niños, niñas y adolescentes y sus familias. De un tiempo a esta parte, notamos que aumentó la demanda de alimentos, cuestión a la que se le suma el frío del invierno”.
“Por eso, creemos necesario fortalecernos para poder hacer frente a esa tristeza y que sea motivo de movilización y no de estancamiento”, afirmó Macarena.
Añadió que la visión que tienen de la comunidad se construye a partir de los propios relatos de las familias y, además, de lo que vemos a diario. “Algunos de los pibes que vienen (sobre todo del nivel primario) almuerzan en la escuela, a través del servicio de Paicor, y durante el resto del día no tienen otro plato de comida. Acá se nota mucho a la hora de la merienda, en la cantidad de tazas de leche o mate cocido y de panificación que consumen”, afirmó Macarena.
Por su parte Guillermina añadió que ante eso “la sensación que nos queda es de profundo dolor, porque deseamos una niñez y juventud libre de preocupaciones de este calibre, donde la prioridad sea la escuela, los amigos, el juego, y evidentemente no lo estamos pudiendo garantizar como sociedad”.
“Por eso para el lema tomamos una frase de Pichon-Rivière: ‘En tiempos de incertidumbre y desesperanza, es imprescindible gestar proyectos colectivos desde donde planificar la esperanza junto a otros’. Esta idea define nuestra postura frente a la angustia que genera la desigualdad y la injusticia: planificar la esperanza, poniendo cabeza, cuerpo y corazón”, aseguró.
La olla popular inicialmente estará destinada a los niños, niñas y adolescentes que asisten al apoyo escolar y a los talleres. Macarena comentó que lamentablemente, “la cantidad de mercadería que manejamos no es suficiente como para abastecer a más personas de la comunidad. De todas maneras, en un futuro y dependiendo de las donaciones, no descartamos esa opción”.
La ayuda de la comunidad
Al mismo tiempo celebró el acompañamiento de la sociedad que siempre está para ayudar. “Ni bien publicamos la campaña en nuestras redes, la respuesta fue de acompañamiento. Muchas personas comenzaron a difundir y movilizar la información acerca de la donación de alimentos. Tenemos la suerte de contar con una comunidad siempre dispuesta a colaborar con lo que necesitemos. Es algo por lo que estamos más que agradecidos, porque es lo que nos sostiene y permite que siempre sumemos espacios y servicios, en lugar de recortar”.