La Kava, el espejo de agua clave para el cuidado del medio ambiente

Tras pasar la tranquera hay cartel que reza: "Área Natural Protegida. Zona resguardo fauna. Ley 22.141. Prohibido su ingreso". Es un sector protegido, natural y casi sagrado por la cantidad de especies que contiene.

Sin embargo, lo primero con lo que uno se encuentra es con la huella del hombre que invadió y dejó sus malos rastros.

En el lugar, se ven los restos de animales muertos a causa de cazadores que van allí por diversión, restos de tanza y anzuelos de algunos que van a pescar y restos de brasa que demuestran que alguien hizo asado y prendió fuego a pesar de estar prohibido.

La laguna está ubicada a 14 kilómetros a la vera de ruta provincial 1, es un sector protegido por la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad), que lucha incansablemente con el cuidado y la preservación. La ONG se encarga de la limpieza de las 8 hectáreas del terreno, que son el hogar de una amplia variedad de flora y fauna clave para el oxígeno de la región.

Para llevar estas tareas, Amad tiene un grupo reducido y pide la ayuda de voluntarios responsables que se comprometan con la preservación del predio.

Al frente está la guardafauna Ernestina "Tina" Saravia, quien con unos pocos colaboradores se encargan de reparar el daño que otros realizan. Pero ellos sueñan con reforestar la zona para que más fauna se apropie del lugar y convertirse así en un verdadero parque en esta zona.

"La Kava favorece en la oxigenación ambiental, principalmente por el cambio climático no solo a la flora y fauna del lugar sino para nosotros que estamos muy cerca como población", dijo Ernestina Saravia.

La mano del hombre

LA VOZ DE SAN JUSTO acompañó al grupo a realizar una recorrida, "Tina", con bolsa y guantes de protección, recolectó restos de comida, botellas, latas y anzuelos. "La gente viene, ingresa de manera ilegal, pasea y no se lleva sus residuos provocando un gran daño".

Por otro lado, a los miembros de preocupa la caza ilegal. Al caminar por los senderos se observan gran cantidad de cadáveres de aves que hay por todo el lugar. "Estamos muy cerca de la ciudad y hay muchos cazadores"

Para Saravia, "Es un problema de la gente con su conciencia y educación. La gente no es consiente que está en un lugar que es un espacio abierto, donde se resguarda a la ecología".

De gran valor

El terreno está ganado por la naturaleza. Las plantas salvajes se apoderaron de los viejos caminos que estaban en el lugar y los cañaverales le fueron ganando a la tierra y el agua. "Las aguas son verdes debido a la presencia de las algas que se generaron por la falta de corriente. También hay animales que eligieron vivir acá y hay que preservarlos", sostuvo.

Para Saravia la fauna del lugar es incalculable. "Se pueden encontrar flamencos, patos maiceros, gallaretas, cuervillos de cañada, macas chicos y grandes, y los viajeros como gaviotas, tordos, torcazas, caranchos y otros que se instalan en la temporada".

"En el fondo hay peces que funcionan como limpia fondo", contó la especialista mientras recupera un anzuelo que seguramente atentó contra la vida en el fondo del agua.

La flora también es dueña del lugar. "Hay totoras, cortaderas y juncales, pero otras curiosidades como la salvia hispánica o chía; paico, que fue una planta medicinal muy importante para los pueblos originarios y stevia rebaudiana. Muchas de estas plantas sobreviven a la mano del hombre que desde la llegada de los españoles son maltratadas y arrasadas. Hacen lo que pueden para vivir", afirmó.

Según la guardafauna, la Kava tiene mucho un gran valor ecológico, ya que es un verdadero espejo de agua dulce que necesita la fauna silvestre. "La Kava favorece en la oxigenación ambiental, principalmente por el cambio climático no solo a la flora y fauna del lugar sino para nosotros que estamos muy cerca como población".

Con enorme esfuerzo, "Amad viene trabajando desde hace tiempo, llevando conciencia y responsabilidad de conservar el espacio porque hay mucha fauna y vida silvestre que así lo requiere.  Nosotros siempre fuimos conservacionistas, protegiendo y conservando este tipo de lugares, ya sea un bosque o un espejo de agua como este".

La institución sin fines de lucro necesita que voluntarios responsables se sumen a la preservación de La Kava. 

Se necesitan voluntarios

Amad está conformado por un pequeño grupo de vecinos que apuesta al cuidado de éste y otros espacios.

Es el caso de la profesora de Biología Sandra Delgado y la abogada Dora Pardo quienes se sumaron a esta experiencia. Para Pardo, "Es un orgullo pertenecer a Amad, porque sumamos con nuestro granito de arena. Es insignificante, pero queremos generar conciencia sobre la limpieza del lugar porque aquí viven seres vivos".

Para la abogada, "la pandemia generó conciencia en mí y en mi familia sobre la importancia de cuidar el ambiente, cómo nos relacionamos con él y me generó la inquietud de pertenecer a Amad aportando nuestro conocimiento y voluntad. La cuestión ambiental nos atraviesa a todos y debemos estar preparados para eso. Todos debemos colaborar desde nuestro lugar".

Sandra, desde su lugar de docente en la temática afirmó que "hay poca conciencia sobre el reciclado y la separación de los residuos. En las escuelas debería haber una materia específica que trate sobre el ambiente ya que, al tratarse como contenido transversal, se pierde. Los niños son los primeros que deben conocer del ambiente para cuidarlo, respetarlo y los adultos, debemos aprender de ello".

Saravia destacó que son pocos los conservacionistas dedicados a la tarea y por tal motivo, es necesario que se sumen nuevos voluntarios al cuidado del espacio. "Necesitamos voluntarios que tengan el deseo de capacitarse porque es necesario estudiar y conocer las leyes"

"Todos somos voluntarios, pero debemos serlo responsables. Los jóvenes se acercan y se cansan enseguida porque este es un trabajo silencioso y pasivo, pero tenemos confianza que a la gente nos va a ayudar".

Saravia recordó a Luis Gaviglio, quien fue el iniciador del proyecto y tuvo siempre el deseo de resguardar este espacio en Luxardo. "Estaría feliz y dichoso porque él, como fundador de Amad fue el que comenzó con la preservación ambiental".

La guardafauna, tiene un deseo y es que La Kava sea un verdadero Parque Natural. "Sueño con forestar todo el contorno, con aromitos, algarrobos y toda la vegetación que resulte atractiva a la fauna y que sea su verdadero hogar".

"Esta pandemia nos tiene que enseñar algo. El hecho de habernos quedado en casa durante un largo tiempo, respetándonos a nosotros mismo y a la sociedad nos demostró que la naturaleza volvió a surgir, los bosques empezaron a dar sus hojas verdes y los animales comenzaron a encontrar su hábitat. Algo está mejorando, pero falta mucho por hacer", reflexionó la entrevistada.

La naturaleza, dueña del lugar

El complejo deportivo La Kava es un área natural protegida bajo la ley 22.141, que alberga gran cantidad de fauna acuática y silvestre. Por tanto, está prohibido el ingreso.

Cuando Vialidad Provincial realizó obras de mejoras en la ruta provincial 1, ese sector fue donde extrajeron la tierra. Por la situación, que llevó situaciones judiciales, el territorio se convirtió en un circuito de carreras para motocicletas y carreras de motocross.

Las inundaciones que sufrió esta zona hicieron que luego se convirtiera en una pista imposible para los deportistas por lo que quedó abandonado y la naturaleza se fue apoderando del lugar.

La presencia de una vasta cantidad de flora y fauna impensada, hicieron que la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad) lo recuperara y protegiera como espacio ecológico y se trasformara en un área natural protegida bajo la ley 22.141.

 "La naturaleza le ganó al espacio, se adueñó el lugar. Estamos en presencia de un lugar de tierra roja y sin arena, la tierra se va socavando haciendo cada vez más amplio el espejo de agua que hay en este lugar", concluyó.

Dónde anotarse como voluntario

Para aquellos interesados en comprometerse con el trabajo que lleva adelante la Asociación, pueden comunicarse a través del Facebook de Amad, Amad SF.