Gastronomía
La historia del locro, el plato argentino por excelencia
La razón de la supervivencia del locro como producto cultural reside en haber conservado su significado y función a través del tiempo. Conocé su historia en esta nota.
La razón de la supervivencia del locro como producto cultural reside en haber conservado su significado y función a través del tiempo. Este 1 de mayo, es el menú indiscutido
Como cada fecha tradicional, el pueblo argentino comparte una receta tan particular como especial: el locro.
Se trata de una suerte de guiso de origen prehispánico y preincaico, típico de varios pueblos andinos que basaban gran parte de su dieta en el maiz o los porotos y la papa.
De acuerdo a la región se lo prepara con carne de vacuno fresca o seca (charqui), vísceras como la tripa gorda o el chinchulín, mondongo, embutidos y costillas o despojos de chancho (manos, patas, cola, orejas y cuero, tocino, grasa de pella); las carnes se cuecen por separado y se añaden luego al preparado de vegetales entre los que suele destacarse el zapallo (especialmente el redondo de cáscara grisasea llamado por esto zapallo plomo) que suele dar color amarillo al locro, y granos de choclo o porotos e incluso granos de trigo (en Argentina se prefiere el locro con granos de choclo y al locro basado en granos de maíz triturados se le llama frangollo), vegetales que por el almidón presente en sus componentes hacen que el preparado alcance la densidad de una crema.
Sustancioso y nutritivo es un plato típico del invierno; se lo adereza de manera acorde, con una salsa picante preparada a base de aceite, ají molido, pimentón y cebolla de verdeo.
Los orígenes
Se dice que nació del luqru o rucru entre los indios Quechuas, y que con la llegada de los conquistadores que introdujeron el ganado vacuno se comenzó a agregarle carne, achuras, chorizo colorado y la "grasita colorada", en la que se combina grasa derretida, ají, pimentón y cebolla de hoja, ya que estos dos últimos ingredientes eran inseparables de la comida española.
Su salsa
Este plato se suele acompañar con una salsa sabrosa y bien condimentada, que puede o no ser picante. Su preparación es muy sencilla y cada familia o cocinero tiene su propio “secreto” para hacerla única.
¿Qué vino?
En este sentido, un vino con mucho cuerpo y taninos elevados como un Malbec o Cabernet Sauvignon es muy recomendable, ya que va a equilibrar el multiverso de sensaciones del locro y con su astringencia actuará “limpiando” la boca.
El locro surgió, como todas las mejores comidas del mundo, de la combinación de la pobreza y de la imaginación.
De cómo con poca cosa, con elementos que las grandes mesas despreciaban, combinado con aderezos, se podía llegar a una creación que actualmente se encuentra en ollas populares, fiestas, bares de barrio y en los mejores restaurantes como plato nacional.