Análisis
La hidrovía y la Región Centro
Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos tienen mucho que aportar en la toma de decisiones sobre el futuro de la hidrovía del río Paraná. Merecen ser atendidas por la Nación.
Acostumbrado a polémicas drásticas decisiones, el gobierno nacional dio de baja la licitación para concesionar la hidrovía del río Paraná, un proceso que estaba manchado por denuncias de direccionamiento e intervención de lobbies. Solo una propuesta formal se presentó: la de la empresa belga Dredging Environmental and Marine Engineering (DEME) presentó una propuesta formal, paradójicamente una de las que había formulado las denuncias.
Ante este escenario, se dispuso la suspensión del proceso de licitación. “El gobierno se comprometió a realizar una licitación transparente a fines de otorgar el mejor servicio. Y dijimos que si había un solo oferente [como es el caso], se daría de baja”, dijo el vocero presidencial. Poco después, el Ministerio de Economía informó que impulsará una investigación en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia por una “posible presión por parte de la única oferente sobre las restantes empresas, o la existencia de una connivencia entre las mismas en perjuicio del Estado Nacional”.
Esta situación complica el futuro inmediato de una vía navegable fundamental para el traslado interno y la salida de la producción especialmente agropecuaria hacia el exterior. Se trata de una ruta estratégica sobre la que se asientan los puertos del complejo agroindustrial, así como también cargas generales que permiten potenciar la actividad de la industria y otros rubros productivos.
Basta con observar el mapa de la Argentina para comprobar que dos provincias del litoral deberían tener mayor peso en las decisiones que se adoptarán en torno al futuro de esta hidrovía. Santa Fe y Entre Ríos tienen una tradición fluvial que se remonta a los primeros tiempos de la vida nacional. Y en ese marco, no puede soslayarse la opinión de los gobiernos provinciales sobre el proceso que, también en gobiernos anteriores, detentó opacidad y generó sospechas de negociados.
Las dos jurisdicciones forman parte, junto a Córdoba, de la Región Centro. Por ello, el gabinete productivo del bloque regional acordó solicitar a las autoridades nacionales participar del nuevo proceso licitatorio de la hidrovía Paraguay-Paraná. Funcionarios de las tres provincias, reunidos en el marco de la Fiesta Nacional del Trigo en Leones, difundieron la intención de colaborar “en la definición de los nuevos términos de licitación de una vía navegable, esencial para la exportación provincial”. Por ello, piden sumar a Córdoba a la Agencia Nacional de Puertos y Navegación, dado que una parte significativa de su producción se comercializa a través de los puertos fluviales.
El argumento fue expresado en esa reunión: “Córdoba desempeña un papel fundamental en la economía productiva del país, siendo una de las principales provincias exportadoras de productos agroindustriales. En este sentido, garantizar una logística eficiente y una infraestructura moderna es esencial para potenciar su competitividad en los mercados nacionales e internacionales”, indicaron funcionarios provinciales.
Es lógica la pretensión. Y merece ser atendida por la Nación. Por razones geográficas e históricas vinculadas con el ejercicio pleno del federalismo, las provincias de la Región Centro tienen mucho que aportar en la toma de decisiones sobre el futuro de la hidrovía del río Paraná.