La grandiosa experiencia de ser paleontólogos por un día

Por Stefanía Musso | LVSJ

El pasado jueves, más de 20 niños entre 5 y 9 años despidieron las vacaciones de invierno jugado a ser paleontólogos por un día. Durante dos horas viajaron en el tiempo a encontrarse con los animales que habitaron nuestra zona hace un millón y medio de años atrás y se extinguieron hace 10 mil. 

La actividad estuvo a cargo de integrantes de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región (AGM) que no solamente mostraron la experiencia de la paleontología a través de juegos, sino que dejaron una enseñanza sobre los hallazgos que se hicieron de la fauna prehistórica que habitó este suelo y cómo se conservan hoy. 

Llegada la hora, las 15 en punto, María Teresa Milani salió del edificio y no dudó un minuto en presagiar lo que sería una gran jornada: “¡Cuántos futuros paleontólogos y paleontólogas hay hoy! En un ratito comenzamos con la aventura paleontológica”.

Saludando a todos los presentes, invitó a los padres a retirarse y fue una sorpresa para los mayores. “Andate, má” se escuchó al unísono y las mujeres tuvieron que dejar el lugar para que la expedición comenzara.

¿Qué habrá pasado por esas cabecitas aventureras? Lo cierto es que iban a encontrarse con los animales que alguna vez vieron en la película la Era de Hielo. 

Una vez hecha la hilera de los pequeños paleontólogos, la emoción comenzó a sentirse en el ambiente y como si fuera una historia de ficción, María Teresa detuvo el tiempo en ese momento y todo comenzó, pero claro, antes algunos preguntaron si había que traer elementos para investigar a lo que la profesora respondió: “Aquí tenemos todo, no hacía falta traer nada”. 

Con sus botellitas de agua, gorro y camperón; niños y niñas aventureros comenzaron a jugar respondiendo qué sabían sobre paleontología y las respuestas fueron maravillosas: “Buscan dinosaurios”, “Investigan huesos para llevar a los museos”, “Arman animales”, etc. 

Por el túnel hacia el campamento

Una vez adentrados en la temática y haber guardado de recuerdo sus entradas, los pequeños atravesaron el curioso “túnel vegetal”–se trata de una especie de enredadera natural que arbustos crearon en un pasillo lateral del AGM y sin querer, se convirtió en parte atractiva del juego- guiados por María Teresa.

En el camino fueron hacia el campamento del paleontólogo, que casualmente salió a comprar su merienda saludable. 

Cuando se acercaron al lugar, vino la sorpresa: el paleontólogo estaba descansando hasta que se escuchó: “Qué tranquilidad en el campamento, tengo que salir a trabajar”.

El paleontólogo salió de su carpa y se asombró por la presencia de los chicos. El investigador (papel que ocupó Alberto Orellano, también miembro del AGM), se mostró feliz de la visita y comenzó a mostrarles a los presentes las herramientas  y las formas de trabajo de un paleontólogo. 

Orellano fue mostrando todos los elementos que necesita un paleontólogo: cuaderno de campo, palas, cámara de fotos, soga, cantimplora, cinta métrica, lámpara, lupa, hilo y sombrero para protegerse del sol. En ese momento, dos niños y Orellano se vistieron como verdaderos expedicionarios y se escuchó: “¡Facherito el paleontólogo, eh!”.

También les mostró su libro favorito, el del Tigre Dientes de Sable, de la historia de la Era de Hielo, más conocido como Diego, un personaje que todos reconocieron de inmediato por la película animada y que luego reconocieron en la sala de paleontología del AGM. 

Los animales prehistóricos que habitaron nuestro suelo 

Una vez aprendidas las reglas de los paleontólogos, los chicos ingresaron al archivo y se encontraron con los fósiles de la fauna prehistórica que habitó nuestra región hasta hace 10 mil años. 

En la sala se encuentran los hallazgos de las piezas históricas como es el caso de animales de gran tamaño, megafauna pampeana. Por la caza y pérdida del hábitat, estos animales fueron muriendo hasta desaparecer por completo.

Dentro de las especies fosilizadas halladas se encuentran: 

• Neosclerocalyptus: un género extinto de gliptodóntido que vivió desde el Plioceno al Holoceno en Sudamérica.
• Oso prehistórico: más conocido como Oso Cavernario u Oso de las Cavernas y de nombre científico Ursus spelaeus. Vivió durante el Pleistoceno tardío en gran parte de Europa y perteneció a la familia de los úrsidos.
• Tigre Dientes de Sable: amos y señores de la comarca, por la fuerza de sus garras y el tamaño de sus afilados colmillos de hasta 20 centímetros de largo.
• Scelidodon: es un género extinto de perezosos gigantes. Se dedujo que era un animal pesado de marcha lenta. Poseía una cabeza relativamente pequeña y enormes garras.
• Toxodontes: era un animal grande, pero era rápido. Se parecía al hipopótamo, pero no era tan acuático y era más agresivo.
• Macraquenias: pesaba una tonelada. Medía dos metros y medio de alto y cuatro de largo. Era herbívora y de cuello largo. Las fosas nasales las tenía retrasadas, tanto, que se las encontraron detrás de los ojos. Sus patas eran largas, pero la diferencia entre las delanteras y las traseras es tal que parece que fueran de animales diferentes.
• Gliptodonte: megamamífero que pesa más de una tonelada y comprendían esta fauna tan particular de la región pampeana que nos hace pensar en la sabana africana actual, con similares características. Era a su vez un “perezoso gigante”, como el megaterio, el toxodonte, la macrauquenia, el mastodonte (pariente de los elefantes actuales). El gliptodonte tenía como depredador más importante al tigre de dientes de sable.

Recrear hallazgos

Tras el recorrido cauteloso por la sala de Paleontología llegó el momento de pintar y hallar piezas en un banco de arena para luego clasificar esos tesoros según las especies. Para finalizar, se llevaron de recuerdo sus “obras de arte”, réplicas de piezas halladas y mucha información. 

Por dos horas, los chicos se olvidaron del celular, de las pantallas y jugaron a ser paleontólogos, una jornada que guardarán para siempre en su memoria.