Sociedad
La dura historia de Martín y el gesto "adoptivo" de su hermana
Tras la muerte de sus padres, Gabriela se hizo cargo de la custodia legal de su hermano con capacidades diferentes para acompañarlo y hacerle la vida más fácil.
Por Stefanía Musso | LVSJ
“Tengo su custodia”. Gabriela Pattavina publicó con orgullo y emoción este posteo en su cuenta de Instagram acompañado de una fotografía junto su hermano Martín, de 29 años, quien posee parálisis cerebral y vive con ella desde hace dos años, luego que fallecieran sus padres; primero su mamá y al tiempo, su papá por covid.
“Siempre supe que este momento llegaría, pero nunca imaginé que tan rápido”, contó Gabriela a LA VOZ DE SAN JUSTO con Martín a su lado en su casa de barrio Jardín, tras salir la sentencia judicial por la demanda de limitación a la capacidad.
Su hermano menor tiene parálisis cerebral desde nacimiento, que le generó un retraso mental leve con deterioro del grado no específico, según el diagnóstico médico.
Aunque el joven puede sociabilizar y tiene gran aptitud para el habla, tiene una discapacidad visual del 80 por ciento y en parte motriz, esto le impide administrar sus bienes y dirigir su persona. Martín también sufre epilepsia emocional.
Gabi y Martín viven juntos, superando cualquier obstáculo y diferencia. “Lo mío es un apoyo porque él es mayor de edad, lo que me permite ayudarlo con su patrimonio y en caso de necesitarlo, a tomar decisiones importantes para él”, explicó Gabriela.
“Quería vivir con Gabi y Rulo porque si no, tenía que estar en un lugar sin posibilidad de estar con ellos, de ver televisión o tener mi habitación. Me gusta mucho estar con ellos”, expresó Martín.
Martín no puede ver letras pequeñas por lo que su hermana hizo carteles escritos de gran tamaño que pegó en su habitación para que ordene sus cosas. De a poco, va adquiriendo cierta independencia pero siempre acompañado por Gabriela y la pareja de ella. “Como parte de la terapia, estamos tratando que haga cada vez más cosas por sí mismo como ordenar”, indicó.
Con mucho ánimo, el joven tiene varias actividades: asiste a Apadim y a fútbol adaptado en el Club Sportivo Belgrano. Es muy sociable y aunque puede hacer muchas cosas por sí solo, cuenta con una acompañante terapéutica. “No puedo cocinar pero con Sole, mi AT, hacemos cosas. Yo puedo controlar el tiempo, pero no la cocina, eso es peligroso”, dijo Martín.
Las vida juntos
Hace cinco años falleció nuestra mamá y Martín se fue a vivir con su papá. Pero él se contagió de coronavirus y al poco tiempo, también el joven.
Lamentablemente, el padre falleció y Martín, tras estar 41 días internado, tenía que ir a una nueva casa, a la de su hermana.
“En junio se cumplieron dos años desde que Martín está viviendo con nosotros pero la decisión de pedir su custodia surgió cuando estaba internado. Con mi papá fallecido y él luchando por su vida, sabía que necesitaba estar a cargo por si tenía que tomar alguna decisión”, recordó Gabriela.
“Al principio, el proceso de adaptación no fue fácil porque estábamos atravesando un duelo mientras que tenía que ayudarlo en su recuperación postcovid. Fue una rehabilitación de tres meses, pero enseguida mejoró”, siguió. “En mi recuperación peleé mucho”, agregó Martín.
“Fue todo un desafío, porque nuestro plan no era tener hijos y de repente, formamos una familia con él y tuvimos que poner horarios, aprender cosas, etc. –indicó Gabriela-. La vida tiene que seguir y no ponerse en pausa por cuidarlo, sino acompañarlo”.
Con la decisión tomada por ambos hermanos, los trámites judiciales se iniciaron y en un año y medio salió la tenencia. “Generalmente, suele ser más complicado porque yo no tenía dinero para pagar un abogado y sin embargo, el proceso fue rápido y sin trabas. Estoy feliz que todo resultó así”, concluyó la mujer.