La dislexia “es una condición y no una discapacidad”
Las personas que tienen dislexia manifiestan de forma característica dificultades para decir el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión.
Durante mucho tiempo hablar de dislexia
era hablar de una problemática emocional, que afectaba el progreso
de algunos chicos en edad escolar. Muchas veces no había un
diagnóstico específico. Pero actualmente se afirma que tiene un
origen neurobiológico.
Entonces ¿cuál es el origen?, ¿Es una discapacidad?. "La dislexia es una condición y no una discapacidad del sujeto. Es hereditaria. Está comprobado científicamente, que las personas con dislexia presentan una activación diferente de las áreas cerebrales involucradas en el proceso lector. Esto indica su origen neurobiológico", aseguró la psicopedagoga Cecilia Quiñones (MP-131803) quien junto a la psicopedagogas Ana Giuppone (MP-223197), Claudia Pérez (MP-152176) y la pediatra Florencia Tizado (MP-94569), miembros de la Asociación Dislexia y Familia (Disfam) brindaron una disertación en en Consultorio Ciclos de nuestra ciudad.
Agregó que las personas con dislexia "presentan un cociente intelectual normal y su condición no se debe a una inadecuada instrucción escolar. La dislexia es la dificultad para decodificar los sonidos que le corresponden a las letras (decodificación fonológica). Es dificultad específica de la lectura que afecta el reconocimiento de las palabras, la precisión escrita, el vocabulario, la ortografía, la comprensión lectora y todas las tareas vinculadas con la lectura. Es una condición permanente y persistente a pesar del tratamiento, tampoco distingue nivel social".
El problema es la decodificación fonológica
¿Por qué no se debe confundir con un problema de inteligencia?. La psicopedagoga remarcó que las personas con dislexia "presentan una inteligencia normal pero fallan en la decodificación fonológica, en el reconocimiento de las letras y en la automatización de la lectura. Por lo tanto, ésta es una tarea que les demanda mucho esfuerzo".
"Fácilmente pueden perder el foco atencional y dispersarse -afecta su desempeño escolar y su conducta- y así se pone en jaque la comprensión. Los niños suelen ser estigmatizados debido al bajo rendimiento y escasa motivación, especialmente frente a la lectura", manifestó Quiñones.
Agregó que estos niños "en ocasiones no logran concluir con las tareas, requieren mayor tiempo para llevar a cabo las actividades. Presentan mucha dificultad para expresar de manera escrita sus ideas por lo que es importante darles el espacio y tiempo para planificar lo que quieren escribir, fallan en la organización y secuencia. Su autoestima suele ser baja y en ocasiones son objeto de burlas".
"La dislexia es una condición y no una discapacidad del sujeto. Es hereditaria. Está comprobado científicamente, que las personas con dislexia presentan una activación diferente de las áreas cerebrales involucradas en el proceso lector. Esto indica su origen neurobiológico".
La importancia de la detección temprana
Quiñones agregó que los niños con dislexia "pueden compensar estas dificultades siempre y cuando la detección sea temprana. Desde el nivel inicial -sala de tres años- ya podemos identificar algunos predictores de dislexia: no reconocen los sonidos de las letras, escaso vocabulario, no reconocen días de la semana (secuencias) dificultades para reconocer derecha-izquierda, no saben atarse los cordones o subirse el cierre de la campera, entre otras".
"Los problemas en la lectura y en la escritura los van a acompañar toda la vida -advirtió la psicopedagoga-. Es una condición permanente y persistente, pero con los tratamientos adecuados: fonoaudiología y psicopedagogía -psicología en algunos casos-, lograrán apropiarse de estrategias valiosas para ser implementadas en el aula y en la vida cotidiana. Sin embargo esto no les impedirá desarrollarse plenamente en la vida y destacarse en sus habilidades".
Añadió que los chicos con dislexia "tienen pleno conocimiento de su dificultad y todos los días ponen su mayor esfuerzo para superarse y aprender. Lo que los hace unos luchadores incansables ya que toda tarea escolar les demanda de un doble o triple esfuerzo".
¿Cómo se hace el diagnóstico?
Quiñones explicó que la dislexia "se diagnostica formalmente una vez expuesto a la enseñanza formal, pero a edades tempranas (nivel inicial) podemos detectar predictores. En este sentido es fundamental la mirada atenta del docente para alertar a la familia y realizar la oportuna derivación. Esto evita que el niño inicie la escolaridad sin una intervención temprana".
"Así evitamos que estos indicadores se acentúen y condicionen el aprendizaje esperado de los chicos. La dislexia es la dificultad específica del aprendizaje más frecuente y atraviesa la escolaridad del sujeto", dijo. Afirmó que en estos casos la estrategia principal para enseñar a leer a los niños "se basa en la estimulación del lenguaje desde pequeños, ampliando el vocabulario. Enseñando básicamente a escribir ya que no se aprende espontáneamente. Requiere de una enseñanza explícita, sistemática y graduada. Logrando que los niños sean concientes de que a cada letra le corresponde un determinado sonido".
El rol de la familia y el de los maestros
Quiñones remarcó que en el tratamiento de la dislexia "el rol de la familia es fundamental ya que son el principal soporte del niño en el acompañamiento y la dedicación. Las mamás especialmente son quienes están pendientes de las tareas y observan cuánto esfuerzo ponen los niños y cuánto les cuesta leer. Una actividad que para muchos es sumamente placentera puede llegar a convertirse en algo muy frustrante si no intervenimos oportunamente".
Por otro lado, agregó que los docentes "tienen la función de sostener y hacer flexible el proceso de aprendizaje de los niños con dislexia a través de adecuaciones simples que tienen que ver con la anticipación de los materiales, la disposición y el manejo del espacio en las hoja de trabajo (cuadernos, fotocopias, textos), brindar los tiempos necesarios para la ejecución de las actividades, priorizar las actividades o resoluciones orales en lugar de escritas, ayudar en la organización y planificación de la escritura, entre muchas otras tareas".
"El docente, la familia y el equipo terapéutico deben establecer alianzas para que la trayectoria escolar de los niños con dislexia sea lo más estimulante posible para asegurar su pleno desarrollo", finalizó.