Entrevista
La difícil situación de las clínicas privadas se agudiza con la epidemia de dengue
Juan Grass, titular de Aclisa, aseguró que es preocupante la situación de los medianos y chicos prestadores privados de salud, sobre todo en el interior provincial. “Los médicos comienzan a resentir la atención por cansancio y porque hay una sobredemanda”, manifestó.
Juan Grass, titular de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Córdoba (Aclisa), dialogó con AM 1050 Radio San Francisco, analizó la actual coyuntura de las instituciones sanitarias y de cara al futuro trazó un panorama complicado para el sistema de salud privado.
En el cortísimo plazo, planteó un escenario todavía difícil en la epidemia de dengue ya que “nos estamos acercando a la etapa donde comienzan las complicaciones respiratorias”.
“Esto se da en un momento complejo para las clínicas porque estamos atravesando un momento económico muy complicado. Los médicos comienzan a resentir la atención por cansancio y porque hay una sobredemanda”, dijo Grass. Esto se suma a la decisión del Gobierno nacional de suspender los subsidios y ventajas impositivas a las clínicas que tienen dificultades para financiarse.
Además, habló del conflicto de las clínicas y las obras sociales: “La atención que nosotros damos hoy la cobramos dentro de 90 días. Estamos cobrando prácticamente la mitad de lo que prestamos”.
“Tenemos que discutir con las obras sociales, con la medicina prepaga, que si bien aumentó tremendamente, eso no se traslada a los prestadores de la misma manera y nosotros estamos cobrando lo que trabajamos en diciembre o en enero”, agregó.
- ¿Cómo se viene esto? Qué panorama se presenta, temiendo que el número de casos de dengue no dé tiempo y se junte con enfermedades respiratorias que son típicas del invierno?
Estamos en una epidemia de dengue que es propia de la situación climática y del vector que es el mosquito, que obviamente ha complicado mucho la atención de las instituciones de salud (hospitales, clínicas y sanatorios privados). Tienen una sobredemanda por la gran cantidad de pacientes que fluyen buscando atención por los síntomas febriles. Entonces, las guardias se ven saturadas con pacientes que requieren de atención médica. Esto complica sobremanera la capacidad de las prestaciones para la atención.
Esto genera guardias atestadas de pacientes con largas esperas. Esto también ha generado por el lado de las clínicas diferentes estrategias para contener esta demanda y la necesidad de los pacientes. Por ejemplo, un paciente que concurre con fiebre y que clínicamente puede tener una enfermedad que se puede diagnosticar, una vez que se hace el diagnóstico clínico, necesita un seguimiento que no implica únicamente concurrir a una guardia para que le hagan el diagnóstico y volver a su casa, sino que implica tener que hacer el laboratorio para estudiarlo y hacer el seguimiento correspondiente. Una de las estrategias es la teleconsulta, el seguimiento telefónico, dar aviso al paciente de los signos que pueden ser de alarma para para que concurra rápidamente y seguirlos hasta el alta del paciente, con un laboratorio de control para evitar no correr riesgos con quienes tengan signos graves de enfermedad.
Afortunadamente, los casos que se complican con dengue grave no son muchos, pero como es un síndrome con fiebre muy alta en los pacientes de edad avanzada, muchas veces se complica con otras cuestiones, enfermedades preexistentes o deshidratación. Esos casos, lógicamente, necesitan internación y ahí también complica el número de camas. Hasta que el vector que el mosquito no deje de circular (cuestión que depende de situaciones climáticas), vamos a estar complicados también teniendo en cuenta que nos estamos acercando a la etapa donde comienzan las complicaciones respiratorias.
-Como presidente de la Asociación de Clínicas Privadas, ¿qué estrategias realizan las clínicas y los sanatorios para contener tanta afluencia de pacientes en las guardias?
Por ejemplo, cuando tuvimos la pandemia del Covid, la gente no concurría porque era algo que era muy contagioso, de persona a persona. Esto no se contagia de persona a persona, sino que es a través del mosquito. La concurrencia a las guardias se ve sobredimensionada por los pacientes con síndrome febril. Entonces, se triplica la atención y las estrategias son las siguientes: hacer el diagnóstico, seguir los casos telefónicamente pero para evitar que tengan que concurrir nuevamente todos los días (los pacientes nuevos más los que ya se habían infectado). La otra estrategia es la de las camas frías: tratar a los pacientes que se deshidratan o que tienen algún problema de ese tipo, que pueden estar internados pocas horas. Se los hidrata y se pueden retirar a su casa. También se arman consultorios febriles, que se encargan de atender a los pacientes y de hacer el seguimiento telefónico de los mismos, como decía antes, para tratar de disminuir la afluencia a las instituciones de salud. Esto se da en un momento complejo para las clínicas porque, obviamente, estamos atravesando un momento económico muy complicado para las instituciones de salud privada. Hubo grandes aumentos de medicamentos, de los servicios, del oxígeno y demás que complican económicamente a la institución. Los médicos comienzan a resentir la atención por cansancio y porque hay una sobredemanda.
-Un personal médico desgastado, con cansancio…
Venimos de una pandemia donde el equipo de salud quedó muy desgastado. Dejó todo y se sintió un poco decepcionado porque nadie lo tuvo en cuenta, no hubo un reconocimiento para este sector como creo que todo el mundo esperaba. Entonces, en esta segunda etapa, ya hay como una especie de decepción, cuesta estimular a los recursos humanos. Si bien están trabajando a destajo, hay que entender que las guardias de las instituciones de salud están básicamente para las emergencias. Pero, debido a que son las únicas puertas al sistema que están abiertas las 24 horas, la gente concurre a ellas como una alternativa más rápida.
Costos de prepagas y situación de clínicas privadas
- Escuchaba a un colega suyo que decía una caja de guantes que antes la pagaban 800 pesos, hoy está como a 7000 pesos…
Exactamente, y la salud tiene una inflación que es bastante superior a la inflación del IPC, al índice de precios del consumidor. Los medicamentos han aumentado en estos últimos tiempos arriba del 500 por ciento, el oxígeno que es un elemento que nosotros utilizamos habitualmente y que tiene un costo importante, tiene un precio que es una locura; y los servicios: la electricidad, el gas… Todo complica mucho y nuestro sector tiene un problema sumamente importante que es el modelo de comercial, llamémosle así, la atención que nosotros damos hoy la cobramos dentro de 90 días. Estamos cobrando prácticamente la mitad de lo que prestamos, lo que nos genera una inclemencia económica sumamente importante.
Los precios con los que nosotros estamos trabajando se actualizan. A nosotros nos fijan el precio de las prestaciones.Nosotros no fijamos el precio, entonces tenemos que discutir valores. Tenemos que discutir con las obras sociales, con la medicina prepaga, que si bien aumentó tremendamente, eso no se traslada a los prestadores de la misma manera y nosotros estamos cobrando lo que trabajamos en diciembre o en enero. Hoy es plata y no nos alcanza para poder cubrir nuestros costos
-El ministro de Economía dijo sobre las prepagas: “Se les recontra fue la mano” ¿Qué opina de los dichos de Luis Caputo?
Tenemos que entender que la salud en la Argentina está garantizada como un derecho. La atención está garantizada porque existe el sistema de seguridad social. Para que se entienda, a toda persona que trabaja en relación de dependencia por ley se le retiene una parte de su salario y ese aporte va destinado a Seguridad Social. Todas las personas que trabajan pertenecen a alguna obra social. Ese sistema es obligatorio y solidario. ¿Por qué? Porque con el aporte de todas las personas que trabajan se sostiene la atención de aquellos afiliados a esa obra social que lo necesitan. Las obras sociales no pueden elegir: el paciente puede llegar enfermo, sano, con hijos con discapacidad, con lo que sea y la obra social lo tiene que recibir obligatoriamente. Por eso es solidario.
Y después existe el sistema de atención del Estado, con los hospitales, donde la gente que concurre no tiene que pagar. De esa manera, la Argentina garantiza su sistema de salud que es un sistema que da cobertura a todas las personas que habitan el país. A su vez, existe un sistema de seguros que es como el seguro del auto, que es la medicina prepaga, a la que uno voluntariamente se puede afiliar pero no es obligatorio. Esas empresas funcionan con la lógica del seguro, o sea que quien responde económicamente frente a un evento de atención de un paciente es la empresa de medicina prepaga. Pueden poner el precio que consideren que es lo que necesitan para dar atención. Por lo tanto, yo creo que pueden subir las cuotas en función de las necesidades que tengan. Ahora bien, existen muchas de estas empresas a las que se las acusa de “carterización”. Solamente entre un 10 y un 15% de la población se atiende en este sistema. El resto se atiende la Seguridad Social y los hospitales públicos. Entonces nosotros vemos que las más grandes y las que escuchamos por televisión son empresas que cobran aranceles muy altos. Pero existen múltiples empresas o múltiples opciones que son más bajas. Hay empresas en Córdoba de medicina prepaga cuyos precios son muy accesibles (muy accesibles para lo que estamos hablando hoy).
Y si hablamos de carterización, tendríamos que hablar también de los laboratorios de medicamentos que fijan los precios y que realmente han aumentado. Eso sí que está carterizado. Sin embargo, de esa parte nadie habla.
Las prepagas son empresas de seguro, como el seguro del auto. Si uno quiere más cobertura, tiene que pagar más. Y obviamente no puede hacer el seguro del auto después que chocó, lo tiene que hacer antes. Por lo tanto, las empresas de medicina prepaga no van a aceptar a un paciente enfermo. A diferencia de la Seguridad Social, que recibe a todo el universo de personas que aportan al sistema.