Entrevista
Macarena Martínez: “La danza es mi vida, es algo que me apasiona”
La bailarina comenzó su pasión por este arte a los 4 años. Hoy continúa disfrutando del baile en diversas competencias y tiene su propia escuela.
Cada 10 de octubre, Argentina celebra el Día Nacional de la Danza, una fecha para reflexionar sobre la profunda pasión que mueve a muchas personas en el país y en nuestra ciudad. Un claro ejemplo de esta dedicación es Macarena Martínez (31), una destacada bailarina y profesora de danzas de San Francisco. Con una trayectoria que abarca desde su niñez hasta presentaciones internacionales, Macarena convirtió su amor por la danza en una auténtica forma de vida.
“Comencé a bailar desde muy chiquita, desde los 4 años, por medio de mi mamá, que también fue profe de danzas”, cuenta Macarena a Posta / LA VOZ DE SAN JUSTO con una mirada llena de nostalgia. Sus inicios en el mundo del baile fueron en las danzas folklóricas y el tango, experiencias que disfrutó tanto en un contexto recreativo como en competencias desde muy temprana edad. “No recuerdo con exactitud, pero de pequeña ya viajamos y bailaba seguido. Creo que mi primera competencia fue de niña, a los 7, en el año 2000, en Córdoba”, recordó. Con el paso del tiempo, su pasión la llevó a explorar otras disciplinas, como la danza jazz, moderna y contemporánea. La bailarina local tuvo la valiosa oportunidad de representar a Argentina en certámenes y eventos culturales en países como Italia, Colombia y España. “Por la danza, conocí mucho, viajé muchísimo”, dice con una sonrisa que refleja la felicidad y la satisfacción que el baile le brinda.
Después de vivir en el exterior y trabajar en el ámbito de la danza, Macarena decidió regresar a su ciudad natal para compartir su conocimiento y experiencia. Así, creó la escuela de baile “M&M Danza”, que ya lleva ocho años abierta y se caracteriza por su inclusión y diversidad. “Es una escuela abierta para todas las edades, desde los tres años hasta personas de 60, o 70. Estamos acá para eso, para la comunidad”, explicó con entusiasmo. Además, para poder capacitar a cada uno de sus estudiantes en este arte, Macarena viaja a lo largo del año a Buenos Aires para perfeccionarse en aspectos como la música y las expresiones, actualizándose constantemente para luego transmitir ese conocimiento en su escuela.
La enseñanza de la danza a los más pequeños es una de sus mayores alegrías y satisfacciones. “La pedagogía que lleva es entenderlos, saber explicarles, que amen y vivan con pasión la danza”, señaló Macarena. Su objetivo es que cada alumno, sin importar su edad, sienta el amor y la emoción que ella experimenta al bailar. “Para la persona que realmente le gusta el baile, lo siente, lo disfruta”, comentó con entusiasmo.
La respuesta de los adultos también fue muy positiva. “Tengo clases de ritmos y gimnasia para hombres y mujeres grandes, y les encanta. Lo toman como una dispersión, un escape a la vida”, resaltó. La danza, según Macarena, aporta múltiples beneficios que van desde mejoras físicas para el bienestar del cuerpo hasta actuar como un refugio emocional. Para ella, esta disciplina representa mucho en su día a día: “La danza es mi vida, es algo que me apasiona, lo siento muy adentro”. Se siente profundamente conectada con su arte, y su deseo de transmitir esta pasión a sus alumnos se ve reflejada. “No solo me gusta bailar, sino que ser docente lo disfruto mucho. Es lo que más amo en estos momentos”, confesó.
Esa felicidad por querer compartir su pasión con los alumnos se pudo ver reflejada aún más cuando señaló que recientemente, junto a la escuela de baile, viajaron hacia Buenos Aires para participar en un certamen internacional de danza. “Vamos a representar a San Francisco y a Córdoba. Somos los únicos en Capital”, dice, llena de orgullo. Competirán en la categoría de mayores, donde ella también participará como bailarina y a su vez sus alumnos también estarán compitiendo en diferentes categorías, lo que hace que su emoción sea aún mayor.
Cada uno de estos viajes de competencia se convierten en días diferentes y especiales, donde la rutina normal se transforma completamente: “Los certámenes son generalmente jornadas completas de competencia. Desde la noche anterior nos concentramos y tenemos todo preparado para ese día. Comenzamos maquillándonos y peinándonos con tiempo para llegar al lugar del evento ya listas. Luego esperamos el orden de participación para nuestra coreografía y dar lo mejor, nunca dejando de disfrutar, que es lo más importante”.
A medida que se acerca el día de la competencia, Macarena siente “tranquilidad y orgullo” al ver a sus alumnos disfrutar de la experiencia. “Es el fin, que no lo sufran, que lo disfruten”, afirma, reflejando su compromiso por hacer de la danza una vivencia positiva. Durante las jornadas, también observan a los otros grupos y disciplinas, destacando que “lo más lindo de estas experiencias es poder viajar, conocer diferentes lugares e intercambiar danza con otros bailarines”.
De cara al futuro, Macarena tiene proyectos ambiciosos. “Siempre superarse, ir por más, invitar a todos los que quieran incorporarse al baile que lo hagan, porque la danza es totalmente inclusiva en todos los sentidos”. Su deseo es seguir creciendo y llegar a más personas, independientemente de su edad o experiencia previa en esta disciplina. A través de su historia, Macarena Martínez no solo representa la dedicación y pasión que caracterizan a una bailarina, sino también el poder transformador de la danza. Su camino refleja cómo el arte puede unir a las personas, fomentar la expresión y servir como un refugio para relajarse y disfrutar. Macarena invita a todos a sumarse a este hermoso viaje: “Siempre hay oportunidad para conocer lo que es la danza”.