La cortina forestal, el reclamo olvidado de siempre
Vecinos y ambientalistas le reclaman al municipio de San Francisco y al Concejo Deliberante que den una respuesta a la histórica cuestión de la barrera de árboles de protección ante los efectos del viento. Y suman otro reclamo: reponer los 200 ejemplares caídos durante el temporal de diciembre y controlar la aparición de brotes.
El fuerte viento sur que llegó en la madrugada de ayer despertó una vez más la preocupación de vecinos y ambientalistas que volvieron a reclamar la construcción de cortinas forestales que protejan a San Francisco de las inclemencias del tiempo y de la pérdida de arbolado que quedó seriamente dañado tras el temporal de diciembre del año pasado.
Aseguran que en nuestra ciudad faltan alrededor de 5.000 árboles en el ejido urbano, es decir, uno cada 12 habitantes, aunque esa cifra trepó a 5.200 tras la tormenta del 14 de diciembre.
Desde la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad) lanzaron un llamado de alerta para pedir que se tomen medidas de protección y se recuperen los espacios verdes ya que, a seis meses del temporal, no se terminó con la extracción de árboles dañados, no hubo reposición de ejemplares, ni tampoco se realiza el control de brotes, aseguran.
El reclamo de que se construyan barreras de árboles que reduzcan la velocidad del viento no es nuevo. En el barrio 9 de Septiembre, los vecinos la piden desde el tornado de 1987 y Amad también se hizo eco de la necesidad de que haya previsión al respecto, no solo en ese sector sino en otros de la ciudad y la zona rural. Se presentaron varios pedidos ante el Concejo Deliberante, pero nunca hubo un proyecto y una implementación.
La última cortina forestal que se construyó es la que está ubicada en la planta de tratamiento de líquidos cloacales en Monte Redondo, que se realizó en la década del 90.
Piden previsión
"Las cortinas forestales tienen que formar parte de un plan de conservación del arbolado, tanto en la ciudad como en la periferia. Desde Amad vemos que no hubo ningún tipo de anuncio al respecto y estamos preocupados", advirtió el integrante de la ONG, Luis Gaviglio.
Afirmó que en San Francisco no hay programación ni previsión en la construcción de cortinas forestales, por lo que"se necesita un estudio previo que forme parte de un programa de forestación integral que incluya la selección de especies. Se deben aprovechar los corredores como pueden ser las rutas y grandes caminos rurales".
Amad pide al municipio que realice un"mapa"
de forestación antes de aprobar un plan de urbanización
por inversión inmobiliaria.
"Creemos que el desarrollo inmobiliario y urbano debería haber previsto sectores para esto, pero no lo están haciendo -advirtió Gaviglio-. Lo único que está planteado es lo que obliga la ordenanza que establece la forestación de los loteos para la venta, que no es lo mismo que la cortina forestal. El estado tiene que prever este tipo de situaciones".
No se reponen árboles, tampoco controlan brotes
Amad sostiene que"continúa incrementándose la extracción de árboles sin justificación. La industria de la construcción sigue extrayendo ejemplares por modificaciones de frentes, donde había tres árboles, se colocan dos o ninguno, a veces. Existe un retroceso en materia de arbolado", dijo Gaviglio.
En los espacios verdes que resultaron más castigados por la fuerza del viento, como la plaza Vélez Sársfield, quedaron muchos árboles cuyos troncos o ramas están brotando nuevamente, aunque ese brote, según Amad, no está siendo controlado debidamente.
Gaviglio opinó que las tareas que se realizaron sobre forestación tras el temporal solo son"una reparación de urgencia, para liberar la vía pública, cortar los árboles por la seguridad de los vecinos, etc. pero no hay ni reposición de ejemplares ni control de brotes".
"Ese rebrote tiene que ser controlado porque puede ser que sirva para recuperar el ejemplar o no. Si no se controla el rebrote, la planta crecerá de manera desprolija. Es una lástima que no se le preste atención a la posibilidad de salvar algunos ejemplares", continuó.
Un reclamo de más de 30 años
El barrio 9 de Septiembre viene siendo desde hace varios años uno de los perjudicados por los fuertes vientos. Desde el tornado de 1987 los vecinos reclaman que se construya una hilera de árboles que creen una barrera de protección perpendicular a la dirección predominante del viento, para de este modo, reducir su velocidad.
Las ráfagas de este lunes no provocaron más que la caída de algunos gajos de árboles en el sector, aunque recordó a los vecinos el peligro y los daños que sufrieron en diciembre último, especialmente en la plaza, con la caída de un árbol que destruyó la calesita.
Pese a que presentaron varias notas en la municipalidad, todavía no hubo una respuesta, aseguró el presidente del Centro Vecinal Barrio 9 de Septiembre, Héctor Acosta.
Recordó que el reclamo viene desde hace más de 30 años, después pasaron muchas tormentas más"se presentaron notas en el Concejo Deliberante pero nunca hubo una respuesta, nunca se elaboró un proyecto".
"Estamos en un sector en el que recibimos vientos muy fuertes, entran los vientos cruzados e impactan justamente en un claro que está en la plaza del barrio. Sabemos que hay otras instituciones que también reclaman la cortina forestal, pero lamentablemente se ve el problema cuando existen los vientos o las tormentas, después el tema queda minimizado", se lamentó el dirigente vecinal.
Y recordó que hace unos años la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) construyó una cortina forestal en el sector sur, pero no cubre totalmente al barrio de los fuertes vientos.
¿Cómo se construye?
Para que una cortina forestal cumpla con su función, que es la de amortiguar los vientos, pueden pasar entre 5 y 10 años, o más. Y no se trata solo de plantar árboles en fila, sino que requiere de un detallado estudio que incluye selección de especies de distinto tamaño, dependiendo si estará ubicada en la zona rural o urbanizada.
Gaviglio explicó que la cortina forestal está compuesta siempre por"varios ejemplares de distintas especies y tamaños, no es solamente una línea de eucaliptos o dos. No es igual una cortina forestal para proteger un lote rural que una para la zona urbanizada. Pero ambos tipos de cortina amortiguan los vientos e imponen beneficios porque dan sombra, mejoran la calidad del aire, la calidad ambiental".
Remarcó que por esa razón es"fundamental prever los espacios, porque cuando afectan predios privados, rurales o urbanos, se debe hablar con los propietarios. Cuanto más se demora, es más complicado".
Las especies que se eligen son distintas según donde se quiera construir la cortina forestal. En el sector urbano por ejemplo, se realiza de tres líneas: una de árboles de gran porte, otra de medianos y la tercera de arbustos.
Las especies pueden ser álamos, eucaliptos, entre otras, pero siempre se recomienda que un gran porcentaje de las cortinas forestales sean plantas nativas porque tienen muchos beneficios."Las plantas nativas se adaptan rápidamente a nuestro suelo y tienen un sistema de raíces que soportan condiciones climáticas adversas, con un efecto importante en la calidad ambiental y pasijaística", concluyó Gaviglio.