La comunidad marista celebró 90 años de tarea educativa en la ciudad
Luego del acto protocolar se realizó un recorrido por las instalaciones donde se exhibió un museo y desde las 13, en el Polideportivo Marista, la comunidad compartió un almuerzo de camaradería.
Con gran alegría y llevando como estandarte los valores de la humildad, sencillez y modestia, el Colegio Sagrado Corazón de los Hermanos Maristas, celebró ayer 90 años de presencia y tarea educativa y religiosa en nuestra ciudad.
En un emotivo acto, alumnos, docentes, padres y hermanos maristas recordaron el sueño de San Marcelino Champagnat, joven y audaz sacerdote que se vio plasmado en una obra que se encuentra esparcida por una gran cantidad de países de todo el mundo y que este año cumplió 200 años.
En el acto estuvieron presentes el secretario de Desarrollo Económico, Social y Educativo, Marcelo Moreno -en representación del intendente Ignacio García Aresca-; la coordinadora de la Mesa de Articulación Provincia-Municipio, Claudia Maine; la concejal Marina Llaryora y el inspector de Dipe, Fernando Quaglia.
Además estuvieron los hermanos maristas Antonio Bratina, Antonio Rue, Demetrio Espinoza, Arturo Buet, Marcelino Buet, Tomás de la Sierra,Ángel Pérez, Damián Provens, Guillermo Mautino y el representante legal del colegio en Nogoyá, Gustavo Bastide. Los acompañaron la directora del establecimiento educativo, María Celia Magnano; el representante legal, Fernando Larrambebere, directivos, docentes, ex docentes, alumnos, ex alumnos y familiares.
"Somos huella y somos sueños, por eso podemos decir que somos comunidad -destacó el representante legal Fernando Larrambebere en su discurso-. Somos cada una de estas huellas que cada uno va trayendo en el este día desde el recuerdo y desde lo que cada uno está haciendo hoy en este lugar".
Larrambebere destacó: "Nos reconocemos sueño de San Marcelino en estos 200 años. En este día tan especial celebramos 90 años, celebrar es recordar, volver a pasar por el corazón y en nuestros corazones tenemos esas huellas que nos identifican y nos hacen ser la comunidad que queremos ser".
"La comunidad que celebra es la comunidad que tiene un proyecto de vida y nuestro primer desafío es constituirnos como propuesta de un proyecto de vida para cada niño, niña, joven y en cada tiempo histórico", afirmó.
Construir el presente con compromiso
En tanto, los hermanos maristas Demetrio Espinoza y Damián Provens, quienes pasaron por la historia del colegio en nuestra ciudad, brindaron su testimonio recordando anécdotas.
El hermano Demetrio Espinoza estuvo en la institución en los '70 y en su testimonio invitó a la comunidad a mirar el presente con fuerza y compromiso."Mirar el pasado con agradecimiento, con emoción, pero no quedarnos ahí. Todo tiene un pasado y hay que mirarlo con sentido de agradecimiento", dijo.
"Es importante que miremos el futuro con esperanza, porque todos hemos construido, hermanos y laicos y el colegio creció -afirmó-. Me quedo con el presente que somos todos, invitándolos a que construyamos una comunidad educativa unida en la cual circule la palabra, en la que todos nos sintamos escuchados, en la cual los niños desde los más chicos hasta los más grandes se sientan cómodos, sientan que esta es la prolongación de su casa".
"En una sociedad compleja como la que vivimos, no nos quedemos en la queja, construyamos, comprometámonos todos en sentir que los valores maristas no solamente son una insignia en una camiseta que nos debemos poner sino que cala más hondo", afirmó.
Un lugar de encuentro y de familia
Por su parte, el hermano Damián Provens recordó:"Este lugar fue en el que me formé como hermano, fue el lugar de enseñar a aprender y de aprender a enseñar".
"San Francisco sin dudas está en mi corazón y hoy celebro con mucha alegría el reencuentro con alumnos y alumnas que están trabajando como docentes o en la pastoral juvenil, es una gran alegría porque otros siguen soñando esto que hace 200 años Marcelino soñó para nosotros, una escuela que sea un lugar de encuentro, fraternidad, el lugar de la familia", remarcó.
Tras las palabras alusivas, alumnos del establecimiento realizaron una presentación en la que representaron el sueño de San Marcelino, llevaron su compromiso alárbol de la vida del colegio, que fue pintado en un mural por alumnos del secundario y para finalizar todos cantaron una canción alusiva a los 200 años de la presencia marista en el mundo y los 90 de la tarea en nuestra ciudad.
Luego del acto protocolar se realizó un recorrido por las instalaciones donde se exhibió un museo y desde las 13, en el Polideportivo Marista, la comunidad compartió un almuerzo de camaradería.