Tradición
Caña con ruda, la pócima de “Coca” y Bety contra las "malas ondas"
Cumplen el ritual de tomar los tres sorbos, como se dice, 'para pasar el mes de agosto'.
Cada 1 de agosto, en la casa de Natalina ‘Coca’ Farnochi tres generaciones de una misma familia repiten el tradicional ritual de tomar caña con ruda para ‘alejar los malos espíritus’, de acuerdo a lo que sostiene esta ancestral creencia.
Esta bebida es provista por Beatriz Moroz y su hija Telma Aguirre, que cada año se encargan de prepararla como les enseñaron sus antepasados guaraní y que ellos la fueron pasando de generación en generación.
De hecho, este pueblo originario utilizaba esta planta con fines medicinales, especialmente contra los parásitos, malestares estomacales y la irritación de picaduras de bichos.
Sin embargo, aparte de sus innumerables propiedades medicinales, con el paso del tiempo, la ingesta de la caña con ruda se convirtió en una suerte de conjuro contra las malas energías, la envidia ajena y la mala suerte.
La caña con ruda se toma en ayunas. Sí, en ayunas. Tradicionalmente se beben 3 tragos aunque otros, más valientes, se atreven a beber hasta 7 tragos para reforzar aún más la protección buscada con este ritual. Si bien el 1 de agosto es el día obligado para beber la caña con ruda, algunos continúan con esta costumbre por varios días haciendo el mismo ritual.
Pócima mágica
Un viejo refrán dice ‘Julio los prepara y agosto se los lleva’, haciendo mención a antiguamente decían los guaraníes, quienes entendían que el mes de agosto era cuando se producía la mayor cantidad de muertes producto del frío. Tres tragos de caña con ruda al empezar el día “espantan todos los males del invierno”, incluidas las enfermedades que suelen aparecer en estas épocas.
A sus 94 años, ‘Coca’ Farnochi, cumple al pie de la letra con ese tradicional ritual desde hace muchos años y sostiene que “me hace sentir muy bien” con lo que –de acuerdo a sus propias palabras- es algo que se advierte a simple vista.
Lo mismo ocurre con Beatriz Moroz, una misionera de la ciudad de Apóstoles de 82 años, que junto a su hija Telma Aguirre viene cumpliendo al pie de la letra todo lo vinculado con este ancestral ritual que repiten al despertar cada 1 de agosto.
“La tradición de tomar caña con ruda cada 1 de agosto viene de hace muchos, muchos años. De hecho, mi abuela Telma nació en 1880 y su familia ya seguía esta costumbre y nosotros lo continuamos hasta la actualidad”.
La familia de Coca Farnochi recibió a LA VOZ DE SAN JUSTO en su hogar para describir los aspectos fundamentales de esta costumbre que se repite año tras año y que tiene sus secretos para que sea realmente efectiva.
Las Farnochi reciben el preparado de sus vecinas desde hace varios años y decidieron mantener esta tradición ya involucrando la tercera generación aunque no tenga nada que ver con sus orígenes. “En mi casa siempre se tomó caña con ruda el 1 de agosto”, aseguró “Coca” como para señalar que esta especie de axioma no se va a interrumpir por ningún motivo.
Por su parte, Beatriz explicó que su hija Telma –que heredó su nombre de la abuela ‘Coca’- me compra la caña para preparar la bebida y además se encarga de comprarme la ruda cuando se me secan los plantines.
En este caso, para la preparación de esta bebida dijo que “nos tomamos unos 15 días para que esté lista. Tenemos que tener en cuenta que la ruda macho es fuerte que se mezcla con caña blanca que se consigue en cualquier supermercado”.
De todas maneras, una alternativa que muchos adoptan es preparar esta bebida con caña paraguaya. “La caña paraguaya es más seca que la que conseguimos en esta zona, aunque la que tenemos acá es la que más se asemeja mucho a la original”.
“Me hace sentir muy bien y eso es algo que se advierte a simple vista”, asegura “Coca” Farnochi, que a sus 94 años trasmite mucha vitalidad.
-¿Por qué tomar caña con ruda?
Al explicar las causas por las cuales se debe tomar caña con ruda en esta época “tiene que ver con que en el tiempo en el que las estaciones del año eran estables, para esta época de inicios de agosto era el tiempo de las lluvias y los grandes fríos y eso creaba las condiciones ideales para enfermarse. De hecho, en agosto vino una gran epidemia de fiebre amarilla en Paraguay, lugar de asentamiento de los indios guaraníes que causó numerosos muertos. Para contrarrestar cualquier enfermedad de esta época los indios guaraníes buscaban aquella bebida que los proteja contra la peste”.
Con la llegada de los europeos en las oleadas migratorias arribó también la ruda. “En ese momento comprobaron que el té de ruda curaba los cuadros de parásitos en los animales. De ahí, los guaraníes comenzaron a preparar la caña con la que ellos mantenían el calor en el cuerpo y la combinaron con la ruda para quitarse los parásitos que les generaban distintas enfermedades internas”, comentó Beatriz.
Esta bebida se prepara con ruda macho en lugar de ruda hembra “porque la ruda macho es más fuerte, tiene un aroma más potente”.
Además de ser curativa, a la ruda se le atribuyen propiedades esotéricas. “De acuerdo a los aborígenes, la ruda es esotérica porque además de curar las enfermedades alejan los ‘payés’, es decir el mal que le puedo hacer a una persona que no quiero”.
Algunos supersticiosos sostienen que si una persona tiene una planta de ruda en la casa y se le seca “es porque tiene mucha envidia” y en cualquier caso “cuando se planta ruda hay que hacerlo del lado derecho de la casa para que crezca sin problemas”.
"Mi abuela Telma nació en 1880 y su familia ya seguía esta costumbre y nosotros lo continuamos”, aseguró Beatriz, que heredó la receta de sus ancestros.
¿Cómo preparar esta bebida?
Para prepararla, se debe agregar a una botella de no más de 250 centímetros cúbicos de caña hojas de ruda macho, ya que son más anchas y se cree que tiene propiedades más fuertes. El proceso de fermentación de esta milenaria bebida debe durar un mes, guardándose en un lugar oscuro y seco.
Si bien pueden encontrarse algunas variantes en su preparación, los especialistas sostienen que “siempre es mejor prepararla con caña seca y debe dejarse macerar entre 15 a 20 días” en un lugar oscuro y en ese tiempo “se la debe mover de vez en cuando para que la ruda macho largue todo su sabor”.