Análisis
La apicultura en San Justo: realidad y desafíos
Entre el crecimiento agrícola y la desaparición de las colmenas la actividad se mantiene en un estado constante de desafío y supervivencia.
Por Leandro Dutruel*
La apicultura en el departamento San Justo, enfrenta una situación delicada debido a la pérdida de pasturas naturales, la intensificación de la agricultura y las fluctuaciones en el precio de la miel. Este contexto, agravado por el cambio climático y el uso extensivo de agroquímicos, ha transformado una actividad tradicionalmente estable en una lucha constante por la subsistencia.
El avance de los monocultivos como la soja, el maíz y trigo ha reducido drásticamente la diversidad floral y la disponibilidad de recursos necesarios para la alimentación de las abejas. El cambio de paradigma en la alimentación del ganado bovino, siendo, en su mayoría encerrado en corrales, eliminó en su mayoría las pasturas naturales y la flora autoctona, impactando directamente en la producción de miel, afectando tanto la cantidad como la calidad del producto final. Además, la exposición a pesticidas y herbicidas genera estrés en las colmenas, disminuyendo su rendimiento y aumentando su vulnerabilidad a enfermedades.
Ante esta situación, muchos apicultores del departamento han adoptado la estrategia de las colmenas móviles, trasladándolas a zonas con mayor diversidad floral en busca de mejores condiciones para las abejas. Sin embargo, esta práctica implica mayores costos en transporte y logística, lo que dificulta su implementación para pequeños y medianos productores.
En los últimos diez años, la apicultura en el departamento San Justo ha sufrido una marcada disminución en la cantidad de productores. Según estimaciones locales, el número de apicultores se ha reducido en aproximadamente un 30%. Los principales factores de este descenso son los bajos márgenes de rentabilidad, la competencia internacional y la falta de políticas públicas que apoyen el desarrollo de la actividad.
La miel argentina, conocida por su calidad, enfrenta serias dificultades en el mercado internacional debido a los bajos precios ofrecidos por competidores como China, lo que presiona a los productores locales a vender por debajo de sus costos.
La falta de diversificación en los productos apícolas también limita las oportunidades de crecimiento. Aunque existen alternativas como el polen, el propóleo y la jalea real, su desarrollo sigue siendo marginal debido a la falta de inversión y capacitación. Esto, sumado a la ausencia de certificaciones que agreguen valor a la miel del departamento, dificulta la apertura a mercados más exigentes.
La esperanza de las abejas
Sin embargo, a pesar de los retos, la apicultura en las localidades que integran el departamento San Justo tiene un futuro esperanzador si se implementan medidas estratégicas. La creciente conciencia sobre el rol crucial de las abejas en la polinización y la sostenibilidad ambiental puede ser un motor de cambio. Es necesario promover prácticas agrícolas más sostenibles, como la reducción de agroquímicos y la reforestación con especies nativas, para garantizar un entorno más favorable para las colmenas.
El fortalecimiento de las asociaciones de apicultores es otro paso clave. Organizados, los productores pueden negociar mejores condiciones comerciales y acceder a certificaciones de calidad, como la miel orgánica, que les permitan competir en mercados de mayor valor agregado. Además, el apoyo estatal es fundamental: programas de subsidios, créditos accesibles y capacitación específica son herramientas necesarias para revitalizar el sector y atraer a nuevos productores.
En resumen, la apicultura en el departamento San Justo atraviesa un momento desafiante. Sin embargo, con la combinación de políticas públicas efectivas, prácticas sostenibles y una mayor integración entre los actores del sector, existe el potencial de transformar esta actividad en un ejemplo de sostenibilidad y resiliencia en la región. El trabajo conjunto será la clave para garantizar el futuro de una tradición que no solo genera ingresos, sino que también es esencial para el equilibrio ambiental.
*Médico veterinario
M.P.: 3816