Historias
José María Gioíno: “El cirujano debe continuar estudiando y pensar mucho en el paciente”
Lo aseguró el médico que fue cirujano de la Clínica Regional del Este y del Hospital Iturraspe. En cincuenta años de carrera ayudó a aliviar muchos dolores y llegó a practicar 15 mil operaciones. En el marco del Día del Cirujano, cuenta su historia de vida.
Por Isabel Fernández | LVSJ
En sus cincuenta años de trabajo en el quirófano hizo unas 15 mil cirugías. Tanto en la Clínica Regional del Este como en el Hospital “J. B. Iturraspe”, salvó muchas vidas y ayudó a aliviar el dolor de sus pacientes. El médico cirujano José María Goíno hace un año que se retiró del quirófano y a sus 85 años recuerda la pasión que sentía en esa sala esterilizada cuando se concentraba en el acto quirúrgico para solucionar el problema que afectaba al paciente.
Cada 26 de septiembre se celebra en la Argentina el Día del Cirujano y en ese marco LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con este médico de gran trayectoria que manifestó sus sentimientos, se refirió a los cambios en la cirugía por el avance de la tecnología y dejó un mensaje para los profesionales más jóvenes que actualmente se calzan el ambo y cruzan las puertas del quirófano para curar.
“El médico y especialmente el cirujano debe continuar toda la vida estudiando y pensar mucho en el paciente, más de lo que te pueda redituar económicamente. Cuando se termina la residencia se termina solamente con una parte, hay que actualizarse continuamente para fortalecer los conocimientos, asistir a congresos o cursos. A veces la situación económica no lo permite, porque el cirujano se va, deja de trabajar y tiene gastos, pero hay que buscar la forma de seguir estudiando”, aseguró el doctor Gioíno.
Afirmó que cuando se va operar “el pensamiento tiene que ser frío, no pensar tanto en los cariños ni en la amistad del que se está operando, lo que hay que pensar es que se quiere sanar a la persona. Antes es importante preocuparse para hacer un buen diagnóstico y después una buena operación”.
El doctor Gioíno se recibió en 1964 y tenía 25 años cuando hizo su primera operación en 1965. Contó que decidió elegir la especialidad de cirugía “porque cuando estaba en cuarto año de medicina me di cuenta que esa área era la que realmente me gustaba, entonces entré en el Hospital Italiano de Córdoba como practicante donde tuve a mi primer maestro Fulvio Salas”.
“Agradezco a mi gran maestro que fue el doctor José Antonio García Castellano, mi profesor durante la residencia y director de la escuela en cirugía de Córdoba, por toda su enseñanza para el manejo del bisturí y también cómo nos formaba como personas, porque tenía una ética inigualable que en estos momentos no se encuentra”, dijo.
Con la tecnología el acto quirúrgico cambió
Con respecto al avance de la tecnología, Gioíno aseguró que fue muy importante en el quirófano. “Hasta los 90 prácticamente no había cambiado nada, lo que yo aprendí en la universidad en el 60 hasta los 90-2000 era todo bisturí. A partir de ahí con el avance de la tecnología empezó a cambiar y actualmente las cirugías se están haciendo por video laparoscopía”.
“Hoy el cirujano no toca casi nada del cuerpo, sino que ingresa con pinzas y por una herida mínimamente invasiva. No se abre como antes el cuerpo para llegar hasta el lugar del problema”, afirmó.
Gioíno remarcó que la base de la cirugía es la misma “pero el acto quirúrgico cambió y eso trajo un avance tecnológico en todo. Cuando llegó ya tenía casi 40 años, por eso hice capacitaciones, pero después con el paso de los años ya llegaron los cirujanos más jóvenes que ya tienen otra mentalidad más tecnológica y vienen capacitados también para esas cosas, entonces ya se complicaba un poco porque ya no se hacía casi la cirugía convencional y esa fue la razón por la que me retiré del quirófano hace un año, porque es lógico que uno tiene que dar un paso al costado”.
“Actualmente los cirujanos que se jubilan se convierten en médicos consultores que hay en hospitales de Buenos Aires o Córdoba, no existen en San Francisco. Los otros cirujanos los consultan para casos complicados para que puedan transmitir su experiencia”, comentó.
Trabajo en equipo
Aunque en el quirófano decide en la estrategia de intervención, el cirujano no está solo, sino que trabaja en equipo, compuesto por ayudantes, médico anestesista y enfermeras. Gioíno remarcó: “Lo correcto es que, en toda operación, junto con el cirujano, por lo menos haya un ayudante, que en la Argentina tiene que ser médico, pero en Estados Unidos pueden ser técnicos. Aunque depende del caso, normalmente todas las cirugías se hacen con dos ayudantes, pero las más chicas pueden tener uno”, explicó.
“Me gusta mucho operar, el acto quirúrgico”
Para el doctor José María Gioíno operar es adictivo. “Me gusta mucho operar, el acto quirúrgico, cuando estás trabajando con el enfermo en el quirófano, es algo que me da mucha satisfacción, cuando se empieza se quiere más y cuando, por diferentes razones, baja la cantidad de cirugías ya se extraña, yo me sentía incómodo y hasta deprimido. La cirugía para mí era lo más placentero, podía tener tres operaciones en un día y si llegaba un abdomen agudo a las 10 de la noche, no me molestaba hacerlo”.
Después viene el posoperatorio que es controlar y acompañar al enfermo en su recuperación. Se lo va a visitar dos o tres veces por día hasta el alta y se solucionan todas las complicaciones que pueden presentarse. “Esa parte no me gusta tanto porque sufría mucho, iba a ver un enfermo, no estaba bien y me preocupaba. Además, es un período en el que se tiene que estar muy pendiente del paciente, si había una reunión o un viaje con la familia había que postergarlo porque no se puede dejar al paciente y eso ata mucho, por eso yo prefiero más la parte del acto quirúrgico, la operación en sí”, afirmó.
Comentó que durante el posoperatorio “se presentan problemas, como también en la mesa de cirugía, pero cuando se presentan en el quirófano para mí son un desafío para resolverlo, porque dependen de mi como cirujano. Cuando está en recuperación hay muchas otras situaciones que aparecen como por ejemplo las fístulas que se presentan en la herida y otros factores que complican, pero ahora hay más herramientas para tratarlas que antes”.
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Dos cirugías que nunca olvidará ya que pudo salvar la vida de sus pacientes
Hay distintos tipos de cirugías, algunas son menores y otras que tienen más complejidad. Entre tantas que realizó, el doctor Gioíno recordó dos que fueron un desafío para él y su equipo y lo llenaron de satisfacción después cuando sus pacientes se recuperaron sin problemas. Una fue a una bebé de días y otra a un joven que sufrió un accidente laboral.
“Una vez operé en la Clínica Regional a una chiquita de cuatro días de vida con una obstrucción de intestino que es una emergencia. Tuve que resecar la parte afectada del intestino, que era un poco más grande que un pelo, y volver a unirlo. Pensé que en esa operación iba a tener un problema por la urgencia, pero sin embargo esa nena fue a incubadora, se recuperó y hoy es una adulta que está bien y hasta me saludó”, recordó satisfecho.
Contó sobre otra operación que hizo en el Hospital “J. B. Iturraspe”. “Era un muchacho que trabajaba en una fábrica de armas que había hace años en la ciudad y se le disparó un escopetazo en el pecho por accidente. Recuerdo que prácticamente estaba sin vida cuando llegó, lo reanimamos rápido y en la operación le saqué uno de los pulmones porque estaba todo perforado por el perdigón y parte del corazón”.
“Después de semejante operación el muchacho logró recuperarse y vivió, le dieron una buena pensión porque había sido un accidente de trabajo. Yo hago cirugías especialmente de abdomen, esa fue de tórax, pero en la residencia me entrenaron para eso. Fue una urgencia que pude resolver, siempre pienso que será de este muchacho”, recordó.
El Día del Cirujano se celebra en honor al nacimiento de Cosme Argerich, un destacado médico y militar. Fue una figura clave en la historia de la medicina y el país, participando activamente en la Revolución de Mayo y la Guerra de Independencia.