Falleció este martes
Iorio, un artista que tuvo una relación fraternal con San Francisco
Desde que pisó la ciudad por primera vez para tocar con Hermética en El Ceibo, se forjó una amistad con los metaleros sanfrancisqueño que perduró a través de las décadas.
Cuenta la leyenda que todo empezó el día que Claudio “Papi” Clementi paseaba por la Galería Bond Street de Buenos Aires y se lo encontró a Ricardo Iorio. Se animó a saludarlo y él le contó que tenía una tía que vivía en San Francisco y que le gustaría venir a tocar a la ciudad.
Ese pequeño encuentro desembocó en una relación fraternal y duradera entre el máximo referente del heavy metal y estos pagos. Es que, allá a los inicios de los 90s, había en nuestra ciudad un nutrido grupo de amantes del rock pesado que admiraba a bandas como V8 y Hermética.
“Papi” se encargó de organizar lo que sería el primer recital de la “H” en nuestra ciudad, un 13 de junio de 1992 en el estadio de El Ceibo. Iorio forjó amistad con los hermanos Possetto, que también participaron de la organización de ese primer recital, fundadores de la banda Britannia (que varias veces hizo de telonera, de Hermética y más adelante Almafuerte), con Daniel “Tatú” Rivarossa y varios “personajes” más de la escena roquera local, incluido –obviamente- el propio Clemente.
El lazo fue muy fuerte y se extendió por décadas. Los muchachos lo admiraban y lo recibían con los brazos abiertos, siempre con un vino y carne asada a la orden, y a él le encantaba venir.
Visitó por última vez la ciudad el 8 de julio, cuando se presentó junto a músicos amigos en el Complejo Ibiza. Su sonrisa y sus palabras conservaban su calidez de siempre, pero lo notaron desmejorado y quienes compartieron el día con él quedaron preocupados.
Este martes, la noticia los golpeó en el corazón metalero y varios derramaron alguna lágrima por ese amigo tan querido como admirado que se fue. Quedarán miles de anécdotas, guardadas bajo la llave de los códigos de la camaradería, que cada tanto en alguna juntada volverán a salir a la luz, con el bajo de Ricardo y su ronca voz sonando de fondo.