Inmigrar es “como volver a nacer”, afirma Yanina, quien llegó de China a San Francisco
Nacida en China, aunque de padres polacos, Yanina Sackiewicz se convirtió en una sanfrancisqueña más. Su historia, su arribo a nuestra ciudad y el dolor del desarraigo contado en primera persona.
Barrio Sarmiento resguarda edificios emblemáticos de San Francisco. Un cine, un salón que fue una importante fábrica de la ciudad y una heladería, la Río, que hoy apenas deja leer un poema de sabores de helados algo despintado. También está la casa de Yanina Albertina Sackiewicz, de 97 años, una de las fundadoras de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) de San Francisco.
Sackiewicz llegó al país desde Harbin, China, en un buque holandés junto a su madre polaca, luego de la Segunda Guerra Mundial. Y con el tiempo fue forjando el oficio de escritora de poesías e historias.
En tierra piemontesa, Sackiewicz se
vinculó al mundo de las letras y fue una de las fundadoras de Sade
"Pasen, adelante"; invita Yanina a LA VOZ DE SAN JUSTO en un recorrido donde el arte oriental se destaca y sorprende. Cuadros con figuras femeninas chinas, pinturas de época y libros, muchos de poesías y cuentos, salen al encuentro en el camino. "Mi casa está llena de tesoros que cuentan mi vida", relató.
Acomodados ya en la casa, la radio suena de fondo y Yanina muestra un recorte de un diario cordobés donde se observa la ruta del ferrocarril que unía Siberia con China. Se trata del ferrocarril Transiberiano, el más largo del mundo, que atraviesa 8 husos horarios y demanda 7 días de viaje para llegar de un extremo al otro. A ese tren conecta un ramal con Manchuria, en China, y allí, en el pueblo de Harbin, nació esta mujer un 17 de febrero de 1921.
Escapar
de la
Guerra
Pese a su origen, Sackiewicz no tiene rasgos orientales. Todo lo contrario. Es de tez blanca y rubia, y cuando habla, sus palabras son marcadas con una notoria pronunciación polaca.
Sus padres, nacidos en Polonia, eligieron ese pueblo cuando dejaron su país de origen. "En aquel tiempo, Polonia estaba dividida por Rusia, Alemania y Austria. Mi padre era muy joven y soltero; no tenía trabajo ni comida, pero de repente Rusia puso un aviso en el diario que anunciaba que iban a construir un ferrocarril de Siberia a China y que necesitaban trabajadores; entonces se sumó a la tarea".
En Harbin, el padre de Yanina ejerció como contador durante un año. Volvió a Polonia, se casó pero luego decidió regresar a China. Allí nació Yanina junto a sus seis hermanos.
Ya en Harbin, el hermano mayor de Yanina viajó a Polonia donde se formó como ingeniero comercial. Por trabajo, el joven tuvo que instalarse en Filipinas donde trabajaría en la Embajada polaca. En aquél país, Yanina y toda su familia se reencontrarían con su hermano, aunque el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 truncó todos los sueños y desvió la ruta de viaje.
"Tenía 18 años cuando iba a ir a Filipinas pero la invasión de Japón durante 10 años en nuestro pueblo, lo impidió", contó.
Cuando finalizó la guerra, Yanina, con 34 años, vino a la Argentina con su madre, donde se iba a encontrar con su hermano mayor.
Noventa y cinco días de viajar en un buque holandés, la trajo hasta Buenos Aires. "La vida del inmigrante es muy dura. Hoy hay migraciones tremendas, suceden todos los días. Es muy doloroso. Es como volver a nacer porque uno aprende un nuevo idioma, nuevas costumbres", subrayó.
Su vida en la ciudad
Hace 38 años, Yanina conoció a Américo, su marido fallecido, quien fuera el dueño de la desaparecida Heladería Río.
"Viví en Buenos Aires más de 20 años. Allá conocí gente que era de San Francisco y me invitaron a conocer la ciudad. Ellos me trajeron y allí conocí a mi esposo y me quedé", señaló sin dudarlo.
En tierra piemontesa, Sackiewicz se vinculó al mundo de las letras y fue una de las fundadoras de Sade.
Hoy, su vida es solitaria, aunque los recuerdos de un pasado difícil, de lucha y de amor por los que ya no están, la invaden continuamente. "Mi padre murió en China, algunos de mis hermanos también y mi marido hace 7 años", contó.
Pese a ello y a su edad, sigue hoy expresando su vida a través de los poemas.