Acompañamiento
“Hola y Adiós”: San Francisco contará con la primera sala de despedidas ante la muerte perinatal
Funcionará en el Sanatorio San Justo y el objetivo es visibilizar el dolor y el amor descreído por la sociedad ante el fallecimiento de un bebé en gestación o recién nacido. “Ante estos casos hay mucho silencio, es un dolor muy solitario”, aseguró Laura Botta impulsora de la iniciativa.
Por Isabel Fernández | LVSJ
¿Qué hacer cuando nos encontramos con la muerte, esperando la vida?. La despedida de un hijo en situaciones de muerte gestacional o perinatal es un momento profundamente doloroso y complejo para los padres y toda la familia. No solo implica el comienzo del duelo por la ausencia física del bebé tan esperado, sino también emociones intensas, ya que las expectativas y los sueños se ven truncados.
San Francisco contará con la primera Sala de Despedidas en la etapa gestacional o perinatal que se llamará “Eugenia María Collino” y comenzará a funcionar a partir de diciembre en el Sanatorio San Justo.
Se trata de un espacio de contención para que los padres que deben despedir a su hijo, puedan hacerlo en un lugar cálido y cómodo. Donde el tiempo lo determinen los padres, que no sean interrumpidos, donde puedan generar y atesorar recuerdos y despedir dignamente a su bebé.
Será la primera sala en la provincia de Córdoba y la quinta en la Argentina ya que funcionan cuatro: en Jujuy, Mendoza, San Juan y Misiones. La iniciativa llega de la mano del grupo “Hola y Adiós” que desde mayo pasado ofrece apoyo emocional, concientización y educación sobre el duelo perinatal.
Laura Botta es una mamá sanfrancisqueña que perdió a su hija Eugenia María poco tiempo después de nacer. Para convertir el dolor en luz y ayuda a los demás, Laura decidió fundar “Hola y Adiós” junto a Antonella Raviola y Marcelo Valverde, quienes también sufrieron la pérdida. Hoy, el grupo contiene a unas veinte familias, y gracias al apoyo del Sanatorio San Justo puede hacer realidad esta sala que es muy importante para el duelo saludable ante estas situaciones.
“El objetivo de ‘Hola y Adiós’ es hacer visible un dolor y un amor descreído por la sociedad. Ante estos casos hay mucho silencio, porque lo que no se ve no se siente, pero nosotros, las mamás y los papás que pierden un bebé, sí lo vimos y los sentimos. Es un dolor muy solitario”, aseguró Laura a LA VOZ DE SAN JUSTO quien además comentó que servicios brindará la sala.
Explicó que según establece la Ley 27.733 Johanna de procedimientos médico asistenciales para la atención de mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal, “la información de la muerte gestacional o perinatal no se puede dar en un en un consultorio, sino que debe ser en un lugar empático con profesionales y los padres, al recibir la noticia, deben tener contención”.
“Estamos trabajando en conjunto para ambientar la sala que ya tenemos disponible en el Sanatorio San Justo porque cada padre sabe lo que hubiese necesitado para despedir a su hijo. En la ley dice que la mamá y el papá son los que determinan el tiempo con el bebé. Pueden cambiarlo, estar a solas con el bebé, besarlo, esto es tan importante porque ese es el tiempo en que van a poder recolectar recuerdos de la corta vida de su bebé. Porque a lo largo de la vida, la ausencia, pide presencia”, dijo.
La historia de pérdida de Laura es como la de muchos padres, después de 29 años, siente la necesidad de hacer algo positivo con semejante dolor, la sala se llamará “Eugenia María Collino” como su hija que solo vivió media hora. “Me moviliza el amor, el que siento por Eugenia y también por todos estos ángeles que partieron. Cuando tuve a mi hija sufrí muchas falencias y ausencias de parte del sistema, por eso con esta sala, que se llamará como mi beba, podremos brindar la contención necesaria y la oportunidad a los padres y las familias de despedirse de sus bebés”.
Comentó que decidió ponerle el nombre de su hija a la sala “porque desde que comenzamos este grupo en mayo siempre había algo que me hacía seguir a pesar del cansancio. Lo que me motiva a hacer todo esto es mi hija”.
“La sala llevará el nombre de mi hija, pero no quiero dejar afuera a todos los ángeles que partieron y forman parte de la comunidad –remarcó-. Por eso en la habitación habrá una pared donde estarán todos sus nombres de esos hijos, de esos proyectos e ilusiones truncos, porque los papás tienen la necesidad de ver el nombre de sus hijos”.
Ropita y una caja de amor
En el grupo se consigue ropita para prematuros, para que los bebés puedan ser vestidos. “Lo de Eugenia fue una fatalidad, fui a recibir la vida y me encontré con la muerte. Tenía toda la ropita preparada y no pude ponérsela, la despedí en un quirófano y envuelta en un paño. Hay papás que tienen que despedir a un hijo que pesó 500 gramos o de 1 kilo y lo tienen que hacer en un paño quirúrgico y eso es lo más desolador que puede haber porque es falta de dignidad”, dijo Laura
“Por eso entregamos la ‘caja de amor’ a los padres del bebé fallecido, con ropita para que atesoren todos los recuerdos de su hijito; que nosotros con mucho amor recolectamos; y se aferren a ellos para siempre, en los momentos que más lo necesiten”, dijo.
Un tema tabú
Laura consideró que todavía para la sociedad “no es cómodo hablar de la muerte y menos de la muerte de un bebé, pero hay una realidad: los bebés siguen muriendo. Entonces si no se visibiliza este dolor, esta realidad seguirá siendo un tabú”.
“Actualmente me sorprende cómo la sociedad está empezando a formar parte de nuestro duelo. Están quienes no quieren hablar del tema y eso es entendible, pero hablar de la muerte de un bebé no significa que se va a morir un hijo. Son falsas creencias que hay que ir desterrando desde el amor”, añadió.
Laura aseguró que los padres que sufrimos esta pérdida “no solo enterramos un hijo que es dolorosísimo, sino que enterramos las ilusiones todo lo que habíamos proyectado con nuestro hijo. El tiempo de gestación o de vida de nuestros hijos no determina el amor con el que los esperábamos y el amor que sentimos después de su partida”.
“Hoy Euge está viva en mí y tiene 29 años que cumplió el 21 de septiembre, porque mientras yo viva, mientras una mamá viva y todos los días trate de hacer algo para recordar a ese bebé que solo tuvo con ella media hora o que nació sin vida, nuestros hijos estarán vivos en nuestros recuerdos, en el amor y en todo lo que hacemos”, manifestó.
Finalizó diciendo: “Mi hija no necesita más nada, pero todo esto es para tenerla viva en mí, para que la sociedad sepa que Eugenia María Collino formó parte de este mundo. Ésta fue mi experiencia y es como la de cualquier mamá que perdió un hijo”.
Reunión y charlas de contención
Las familias que integran “Hola y Adiós” se reúnen una vez al mes en la Asociación de Industriales Metalúrgicos para ayudarse en el camino del duelo. “En las charlas compartimos nuestras vivencias y así nos ayudamos. Pero cuando se necesita alguna guía desde lo profesional contamos con el apoyo de la psicóloga Agustina Collino”, informó Laura.
Los alcances de la Ley Johanna
La Ley N° 27.733 de procedimientos médico-asistenciales para la atención de mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal fue sancionada por el Congreso Nacional y promulgada en octubre de 2023.
La normativa lleva el nombre de Johanna Piferrer, impulsora de la iniciativa quien fue víctima de la violencia y el destrato del sistema de salud cuando falleció su bebé Ciro mientras cursaba la semana 33 de embarazo.
Establece que las mujeres y personas gestantes tendrán derecho a recibir información suficiente y adecuada, trato respetuoso, individual y personalizado, como así tomar conocimiento fehaciente de las causas que originaron el deceso de su bebé, recibir información sobre lactancia, sobre métodos de inhibición y/o donación de esta.
Por otro lado, Córdoba cuenta con una ley para los casos de defunción fetal aprobada por la Legislatura que promueve el respeto de los derechos de las personas gestantes y resguarda el accionar del personal de salud involucrado.