Bienestar
Historias de vida: cómo la gimnasia transforma el envejecimiento
La práctica regular de ejercicio es clave para un envejecimiento saludable, reduciendo el riesgo de deterioro cognitivo y mejorando la calidad de vida. Míriam, Nélida, Beatriz y Oreste comparten sus experiencias positivas, donde no solo ejercitan su cuerpo, sino que también fortalecen sus vínculos sociales y mantienen sus mentes activas.
Por Isabel Fernández | LVSJ
La práctica regular de ejercicio se asocia a un envejecimiento saludable y un menor riesgo de deterioro cognitivo. Mientras practicamos deporte, nuestro cerebro está en movimiento al mismo tiempo que nuestras piernas o corazón. Se van creando nuevas neuronas que ayudan a transportar la comunicación, consolidar la memoria y agilizar el pensamiento.
Por eso, hacer gimnasia, es el pasaporte perfecto para una mejor calidad de vida, como la que logran Míriam Elvira Gabrieloni (85), Nélida Romani (85) y Beatriz Norma Baravalle (75) y Oreste Celestino Bottero (90) quienes practican gimnasia aeróbica desde hace varios años junto a la profesora Mónica Ostertag.
Míriam, Nélida y Beatriz no faltan a las clases de gimnasia en Bomberos Voluntarios, las tres son muy activas y aseguran que la práctica de ejercicio las hace sentirse plenas, mejora su memoria y además, les permite divertirse, socializar y sobre todo tener autonomía.
“Hace 35 años que empecé a hacer gimnasia y nunca paré. Comencé porque me gustaba y me di cuenta que me hace bien a la salud, aunque con la edad algunos dolores aparecen, la gimnasia me ayuda mucho y casi no tengo problemas. Además, hace que mi mente se mantenga activa, aunque hay cosas que me olvido, ejercito también la memoria”, aseguró Míriam.
Agregó que ir a gimnasia “es muy bueno para socializar, tengo amigas y comparto muchas cosas más que la gimnasia, me divierto mucho, la profesora hace que la pasemos muy bien. También camino, hago trabajos de costura en mi casa y hasta me reúno con amigas a jugar a las cartas”.
Nélida también comenzó gimnasia hace muchos años y aseguró que es muy bueno. “Voy con entusiasmo y tengo ganas porque además de lo físico me encuentro con el grupo, una hora hacemos gimnasia, pero después a la salida nos quedamos charlando y compartimos, cuando llego a casa estoy renovada con ganas de seguir haciendo cosas”.
Remarcó que es bueno “porque me gusta estar activa siempre, siempre estoy ejercitando mi cuerpo y mente”.
Para Beatriz la gimnasia no es nueva, practicó mucho desde joven y ahora trata de hacerla cuatro veces a la semana. Nunca falta a las clases porque allí encuentra bienestar y mucha alegría. “Hacer gimnasia me mantiene activa y me soluciona problemas físicos porque tengo mucha artrosis, antes me costaba más caminar. Me siento bien mentalmente, ejercito la memoria y mantener relaciones sociales me hace sentir feliz, me divierto y comparto con mis compañeras”, dijo.
Mover el cuerpo y divertirse en el agua
A sus 90 años Oreste elige moverse. No falta a aeróbica en el dispensario de barrio Cottolengo, donde hace todo lo que puede y ahora en verano, aprovecha las clases de gimnasia en el agua que comparte en familia.
En la pileta de su hija, con su nieto y amigas, practica todos los ejercicios en el agua entre charlas y diversión. “Hago todo lo que puedo de gimnasia, hace años que practico, me hace bien porque a mi edad aparecen dolores y con eso desaparecen, además mantengo la mente activa y también tengo autonomía”.
“Me gusta mucho la gimnasia en el agua porque además de moverme, me divierto, converso y comparto con mi familia. También la profesora Mónica hace muy divertida la clase”, afirmó.
Envejecimiento activo
La práctica habitual de gimnasia es beneficiosa en todas las edades, pero especialmente en los adultos mayores. Según estudios, está comprobado que los beneficios de hacer gimnasia para los mayores, incluyen menor riesgo de muerte temprana, de enfermedad coronaria, ictus, diabetes tipo 2, e incluso hay evidencia de menor riesgo de padecer cáncer de pulmón y mama.
Además, la prevención de las caídas - que tantas veces son el punto de partida de la pérdida de la autonomía y el deterioro de la salud física y psicológica de los mayores- está directamente relacionada con la práctica de ejercicio físico.
Para un envejecimiento activo, el ejercicio tiene beneficios más allá de lo físico. La práctica comunitaria puede ser además una herramienta para mejorar la salud psicológica, permitiendo la socialización, promocionando la salud.
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Clave para la salud cerebral
Según un estudio realizado por un equipo de investigación del grupo Active Mind, del Departamento de Psicología de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia existe una relación consistente entre la práctica deportiva y un mejor rendimiento en memoria de trabajo, mientras que un estilo de vida sedentario parece estar asociado con un peor desempeño en este ámbito.
Piia Astikainen, líder del equipo de investigación, destacó que estudios previos de su grupo sobre los efectos del envejecimiento en la función cognitiva y cerebral “mostraron que un estilo de vida físicamente activo puede contrarrestar en parte los efectos negativos del envejecimiento. Los nuevos hallazgos en deportistas refuerzan la evidencia sobre los beneficios del deporte en la cognición humana y resaltan la importancia de la actividad física para la salud cerebral”.