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Historia, nostalgia y solidaridad en el Superdomo
La quinta edición de San Francisco Colecciona invita a los amantes del coleccionismo a disfrutar y colaborar con un litro de leche para donar.
Este fin de semana, sábado 16 y domingo 17, el Superdomo (Bv. 25 de Mayo 1293) será el escenario de la quinta edición de "San Francisco Colecciona", un evento que combina historia, nostalgia y solidaridad y que se ha convertido en una cita imperdible para los amantes del coleccionismo.
A modo de entrada, el público podrá colaborar con un litro de leche, que será donado a comedores y merenderos de San Francisco y Frontera, promoviendo así una causa social junto al disfrute de la cultura del coleccionismo.
En esta edición, se exhibirán piezas como autos a escala, muñecos y otros objetos que serán mostrados por coleccionistas de la ciudad y de distintas partes del país. Además, el evento contará con una mayor cantidad de stands, consolidando su crecimiento y ofreciendo un espacio de encuentro entre los aficionados y sus tesoros.
Alfredo Moreda de 53 años, un entusiasta coleccionista de vinilos y relojes, entre otros objetos, y quien también actuará como DJ del evento, dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO. Su vínculo con "San Francisco Colecciona" comenzó hace varios años atrás, cuando los organizadores Carlos Margara y Nicolás Borgoño lo invitaron a participar del primer evento. En sus palabras, “es un espacio que une a los coleccionistas, donde cada uno puede mostrar sus tesoros, desde autitos de colección hasta piezas únicas de relojes antiguos”.
Para Moreda, los relojes y los vinilos representan mucho más que objetos de colección. Explicó que su afición por los vinilos comenzó cuando era muy joven y, tras la pandemia, su interés se reavivó. “Durante la pandemia, los reorganicé, los disfruté, y fue entonces cuando decidí que quería compartir esa pasión de nuevo”, relató. Su colección abarca desde clásicos como “Los Beatles” y “Elvis Presley” hasta favoritos personales como “INXS”.
En cuanto a los relojes, algunas de sus piezas tienen un valor sentimental profundo, como un reloj que su madre le regaló a su padre cuando eran novios, un recuerdo tangible de su familia. "Ese reloj, por ejemplo, lo compró mi mamá con su primer sueldo de docente. Me gusta que la gente los valore, que vean el reloj como un símbolo de historia y de momentos compartidos", comentó.
La evolución del evento y el poder de la nostalgia:
La primera edición de "San Francisco Colecciona" se realizó en el salón de la fábrica militar de San Francisco. "Fue algo lindo, entre amigos y colegas, donde cada uno mostraba sus colecciones", recuerda Alfredo. En ese entonces, él tenía una casa de antigüedades y participó llevando artículos como patentes de autos y juguetes antiguos. En el evento, Alfredo conoció a otros coleccionistas con quienes compartió anécdotas y, en algunos casos, forjó amistades que perduran hasta hoy.
Una pasión que conecta generaciones:
Además de compartir su colección de vinilos, Alfredo aprovechará el evento para crear un espacio de intercambio generacional. Con frecuencia, padres y abuelos se acercan con sus hijos y nietos para mostrarles cómo se escuchaba música en tocadiscos, explicando el proceso analógico con el que la música cobraba vida. "Es muy lindo ver cómo los jóvenes se sorprenden al ver los tocadiscos y las bandejas de vinilo", sostuvo. “Es un puente hacia el pasado, una forma de mostrarles cómo se vivía la música en esa época”.
Alfredo también llevará una selección de relojes japoneses y despertadores antiguos, de las marcas más reconocida en el país, como una especie de ventana a las décadas pasadas. Para él, cada reloj cuenta una historia única, y se emociona al hablar de las piezas que conectan su vida con la de sus seres queridos, como el Casio que su madre le regaló a los 16 años.
Las expectativas de Alfredo son altas. La energía de los organizadores y la respuesta de los participantes auguran un evento inolvidable. "Es muy lindo compartir nuestras colecciones, conocer gente nueva, y revivir recuerdos que muchos llevamos en el corazón. Es, al final de cuentas, un espacio para los que llevamos en la sangre esta pasión por atesorar momentos", concluyó.