Jardinería
Helechos: la guía definitiva para cuidarlos
Helechos, el gran desafió de la botánica
Los helechos se consagran como una de las plantas clásicas para decorar interiores y exteriores. Con más de 1000 variedades en su grupo, es una de las especies más antiguas de la Tierra.
Si bien hay que admitir que tienen algunas 'mañas', con los cuidados adecuados pueden durar hasta diez años (o más) en un estado voluminoso e impecable.
Como si fuera poco, también son grandes aliados del Feng Shui: se los considera poderosos amuletos para atraer la buena suerte y fortuna.
¿Qué saber de ellos?
A diferencia de otras plantas, los helechos son perennes sin semilla. Esto quiere decir que se reproducen por esporas y para eso necesitan sí o sí de la humedad.
Por esta razón necesitan estar ubicados en un ambiente con esas características. Esto los convierte en uno de los mejores candidatos para vestir de verde los cuartos.
Los helechos son considerados, ya que resultan excelentes deshumificadores y purificadores del aire.
Algunas complicaciones
Si bien es una planta que no requiere mayores cuidados, puede haber complicaciones. Los problemas más comunes son las hojas amarillentas o con manchas marrones y esto se puede deber a que el ambiente está a una temperatura demasiado elevada. Lo ideal, en este caso, es podar las hojas que estén dañadas y ubicarlo en un ambiente con clima acorde.
Otro problema que puede tener esta especie es que se seque. Esto puede deberse al exceso de agua y para solucionarlo se recomienda dejarlo secar unos días y cortar las hojas secas.
La falta de agua también puede desencadenar esta problemática, y en ese caso será importante analizar la frecuencia de riego.
La falta de crecimiento de los helechos puede deberse a la maceta. Cada dos años -o siempre que el contenedor esté quedando chico-, se recomienda cambiarlos a una más grande y siempre elegir modelos más anchos que altos. La estación ideal para realizar el transplante es en primavera.
Cuidados
LUZ Y UBICACIÓN
Si bien prefieren los lugares oscuros y a la sombra, también necesitan de su dosis de luz natural, siempre y cuando se eviten los rayos directos del sol y las corrientes fuertes de aire.
RIEGO
Deben ser frecuentes pero moderados, siempre evitando los encharcamientos
HUMEDAD
Es clave pulverizar sus hojas a diario con agua no muy fría para brindarle su dosis de humedad tan necesaria.
SUSTRATO
Esta planta agradece un suelo rico en nutrientes y con un buen drenaje. También una maceta grande para que sus raíces puedan crecer de forma correcta.