Sociedad
Hacer la Italia, o cómo un decreto puede matar miles de sueños
El gobierno italiano cambió mediante decreto las disposiciones para obtener la ciudadanía. Julieta Alejos es una de las tantas personas que depende de una resolución del Parlamento italiano para poder terminar de plasmar una decisión de vida que es más que una carpeta en la mesa de una agencia consular.
El pasado viernes 28 de marzo el gobierno de Italia que dirige la premier Giorgia Meloni emitió un decreto que regula el otorgamiento de la ciudadanía italiana a personas de cualquier rincón del mundo que intente conseguirla.
“Ya no se podrá pedir la ciudadanía con las viejas reglas, sino sólo si se tienen hasta a abuelos italianos”, explicó el vicepremier y canciller, Antonio Tajani, impulsor de la reforma, que limita el alcance del derecho por sangre (ius sanguinis) y solo permite a nietos o hijos de ciudadanos italianos a solicitar la ciudadanía. Es decir, a dos generaciones descendientes de nativos italianos.
Tajani también destacó que se establecerán límites más estrictos para evitar los abusos y la “comercialización” de los pasaportes italianos. En este sentido, aseguró que “la nacionalidad debe ser una cosa seria”. También planteó que en un futuro se endurezcan aún más las condiciones, sugiriendo la posibilidad de exigir que los solicitantes ejerzan “los derechos y los deberes de los ciudadanos al menos una vez cada 25 años”. Además, se habló de la posibilidad de imponer requisitos adicionales, como el conocimiento del idioma italiano y vínculos más concretos con la cultura y el territorio.
El decreto, que ya tiene vigencia, deberá pasar por el Parlamento en el plazo de 60 días desde su sanción, para ver si se aprueba o no tal cuál como fue expedido o si se aprueba a o no, con modificaciones.
En el mientras tanto, miles de argentinos y decenas de sanfrancisqueños quedaron a la intemperie de la incertidumbre de lo que pueda pasar con turnos perdidos en el consulado, con sus carpetas con los papeles solicitados completas y ahora inútiles o con el dinero invertido en gestores y pasajes que ahora, desde hace una semana, muchos consideran plata perdida.
Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, entre 2023 y 2024 se le otorgó la ciudadanía via ius sanguinis a 50.000 argentinos. El ritmo se venía manteniendo en 2025, la diáspora argentina en Italia seguía ganando integrantes de varias generaciones que viajaban para terminar los trámites en suelo italiano y volver, o las que iban a terminar la ciudadanía y se quedaban en suelo europeo. Hasta el viernes.
La safrancisqueña Julieta Alejos (33) es una de esas caras detrás de la decisión del gobierno italiano “El plan era hacer la ciudadanía italiana y establecerme en Italia. Estudié italiano, hice la carpeta, hablé con traductoras… tengo el viaje programado en dos semanas. Vendí cosas, renuncié a mi trabajo de 10 años, invertí muchísimo dinero y todo iba bien hasta el viernes pasado. Ahora, voy a viajar en una incertidumbre total”, expresó Julieta a LA VOZ DE SAN JUSTO.
“Hace tres años que vengo con esto, y hay un montón de gente en la misma. Dos parejas de amigos llegaron este mes, fijaron residencia, pero no han llegado a presentar la carpeta así que quedarían fuera también. Han dejado sus trabajos, vendieron autos… no es que vas, haces el trámite y volves, sino que realmente tenés que dejar tu vida y programarla de cero en otro lugar, con todo lo que sabemos que implica”.
“En mi caso, yo tengo familiares vivos allá. Soy tercera generación, yo soy bisnieta y este decreto llega hasta la segunda generación, o sea, mi madre sí podría ir y estaría legal y estaría todo bien. Si este decreto sale, yo no podría tramitar la ciudadanía, y estaría ilegal. Uno no quiere eso, para eso me hubiese quedado acá”, explica Alejos ante la situación que hizo temblar una decisión de vida que está sujeta no solo a tener los papeles, un pasaporte de la Unión Europea, sino a una intención tan profunda como las raíces entre Italia y Argentina, a dos pueblos que se han hermanado gracias a la inmigración “Al principio sentí una tristeza absoluta, por la conexión con mis abuelos y su familia. Y porque no puedo entender que lo hagan de esta forma. Me pareció muy fuerte más con un país como Argentina donde llegaron cientos de miles escapando de las guerras, buscando un futuro mejor para sus familias, y que nos cierren todo de un portazo, es feo”.
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Mientras tanto, la fe
Julieta tiene esperanzas que el Parlamento italiano revoqué el decreto. Así como ella, miles.
“Yo espero que esto se modifique para que los familiares vía sangre seamos reconocidos, hasta los tataranietos como venía siendo. O que al menos las personas que ya entraron en este proceso, que ya tienen fijada la residencia en Italia, mínimamente, a esa gente se le respete porque ya se trata de respeto también”, subrayó.
Ayer, el Consulado de Italia en la Argentina emitió un comunicado donde sostiene que los turnos, que estaban suspendidos desde el viernes pasado, se reanudarán a partir del 7 de abril. Así se confirmaron los turnos originalmente previstos a partir del día 8 de abril en adelante y los usuarios que tenían turnos inicialmente programados en los días sujetos a la suspensión, es decir, del 31 de marzo al 7 de abril, recibirán una comunicación por correo electrónico informándoles de la reprogramación de sus turnos para una fecha posterior al 13 de abril, pero más allá de que se reanuden los turnos, quienes pueden adquirir la ciudadanía italiana son los que se enmarcan dentro del nuevo decreto ley (hasta nietos de nativos italianos) ya que la Ley de ciudadanía anterior no está en vigencia.
El cordobés Mario Borghese, senador de la República Italiana para América Latina, explicó que “No podíamos seguir ampliando indefinidamente las generaciones, traía problemas en la red consular y también había un comercio detrás de la ciudadanía, sobre todo a través de juicios. Pero no era una crisis, simplemente había que ordenar el sistema. Estamos hablando con todas las fuerzas políticas de oposición y minoría para hacerlo lo más flexible posible y que involucre a la mayor cantidad de generaciones. Queremos mejorar el texto para que esas personas que quedaron afuera puedan cumplir su sueño”.