Hablemos de natación
El entrenador principal del seleccionado argentino, Gustavo Roldán desgranó diferentes temas que hacen a la actualidad de la disciplina.
El entrenador principal de la Selección Argentina de natación, Gustavo Roldán llegó a la ciudad para brindar una clínica con la organización del Instituto Fasta, ocasión que hizo propicia LA VOZ DE SAN JUSTO para hablar de la actualidad de una disciplina que viene enorgulleciendo al deporte nacional.
Verborrágico y gráfico en cada una de sus explicaciones, el "coach" abordó diferentes aristas en el ameno como didáctico diálogo.
-Es tu primera visita a la ciudad...
-Tenía una visita pendiente a San Francisco que es cuna de grandes nadadores donde han salido olímpicos como Alicia Boscatto, Andrés González y chicos de selección que conozco del año '95.
A través de la Confederación Argentina de Natación hago visitas en todo el país, pasa que son muy acotadas por el tiempo que demanda el seleccionado argentino entrenando y compitiendo dentro y fuera del país. Este año serán tres, y esta es una de ellas.
-¿Qué opinión te merece el entrenador argentino de natación?
-El entrenador argentino tiene un potencial increíble, está abierto a aprender y a los cambios, no solo tiene grandes conocimientos sino mucha capacidad de trabajo y eso junto con la pasión produce grande resultados, por ejemplo aquí se puede ver con Aníbal Gaviglio.
La natación es un deporte amateur, el motor de la natación son los entrenadores, son los que traccionan y tiran, los que le ponen amor y pasión a esto.
-Por ahí se dice que son un poco locos...
-Un entrenador de natación va a las 4.30 de la mañana a preparar todo, pinta la pileta para entrenar, no se va de vacaciones en verano para poder entrenar doble turno, se va fuera del país durante un largo tiempo para acompañar al deportista, trabaja cuatro años para bajar una centésima, su trabajo se va a ver reflejado en una centésima, es decir el éxito o el fracaso, por eso no deben estar muy cuerdos los entrenadores de natación, son apasionados.
-Alguna vez dijiste que se juega al fútbol, al básquet, pero no se puede jugar a la natación...
-Es cierto, lo dije y lo sigo sosteniendo, pero me faltó decir la parte en que los chicos juegan compitiendo y la palabra competencia no es mala palabra, porque los chicos compiten constantemente. Desde quien salta más alto en una plaza, o hace más goles. El chico nunca deja de jugar, es competitivo naturalmente. Por eso en natación el profesor debe saber orientar el entrenamiento dando una parte divertida, de ahí que es muy importante que la natación se desarrolle en equipo, la construcción del deportista tiene que ser dentro de un equipo, no individual.
-¿Qué opinión te merecen Agustina Gay y Dante Nicola Rhó?
-Siempre veo al nadador pero también al entrenador atrás, en el caso de Agustina Gay está Aníbal (Gaviglio) y en Dante Nicola Rhó está "Tati" Turelli.
Obviamente desde la Confederación los tenemos identificados, están dentro de los programas de seguimiento y acompañamiento. Son chicos con proyección.
-¿Crees que un momento se debe elegir entre el deporte o el estudio?
-Hay lugares que están favorecidos porque tienen los institutos universitarios dentro de la ciudad. De todas maneras es un problema el tiempo de dedicación. El tiempo que requiere la natación es muy alto, se sabe que los chicos de 13 años entrenan 5 horas por día, los de 15 a 16 años que es una edad crítica ya empiezan a entrenar entre 6 y 8 horas diarias.
Entonces se hace muy pesado acompañar con una carrera universitaria por que no alcanza el tiempo para hacer ambas cosas.
Hay momentos que chicos de mucho nivel deben tomar la decisión, pongo más energía en el estudio o en mi entrenamiento. Hoy existen opciones de carreras on line, carreras a distancia, semi presenciales que le permiten estudiar a todos los chicos de selección pero con ese tipo de dedicación, poniendo más tiempo en su preparación. Todo depende de la realidad competitiva internacional y la proyección que tiene cada atleta.
La natación es un deporte altamente profesional en el mundo, tal vez en la Argentina no lo sea. Hay diferentes niveles para competir y en el alto rendimiento el profesionalismo se equipara a la F-1. No todos los autos de calle son para Fórmula Uno, en eso hay que ser muy crítico que es lo duro, pero hay que ver cuál es el real alcance de cada atleta y darle las herramientas necesarias para que sigan perfeccionándose.
-¿Lo producido en los Juegos Panamericanos alientan a soñar con una final olímpica?
-Lo de los Juegos de Lima fue muy positivo a nivel grupal como para la individualidades, pero fue el resultado de un proceso de trabajo de seis años, consistente, sostenido.
Hacer una transferencia con los Juegos Olímpicos sería un poco no real ya que los Juegos Olímpicos es un lugar extraordinario donde gente extraordinaria hace cosas extraordinarias. Como un clásico, es muy distinto.
Sería demasiado de aventurar un resultado, pronosticar ahora una medalla o una final...hay que seguir sosteniendo ese trabajo como lo hicimos para los Panamericanos porque sino no hay chances.