Gripe: siempre es bueno anticiparse
La prevención, entendida como la identificación de factores de promoción de salud y de puesta en marcha de intervenciones para mantener saludables a las personas, adquiere una importancia crucial.
El calendario, inexorable, mostró el final del verano y la llegada de tiempos en los que una enfermedad comienza a tomar protagonismo cada año: la gripe. Publicaciones periodísticas nacionales han comenzado a advertir sobre la posibilidad de que los brotes que se produzcan en el país este año puedan alcanzar un grado de virulencia importante, tal como ha ocurrido en el hemisferio norte donde se registró una cantidad de casos y de complicaciones sanitarias como no ocurría desde hace varios años.
En este punto, toda la mirada de los especialistas se centra en la necesidad de ganarle tiempo a la batalla que se libra cada año contra las cepas de la gripe. La prevención, entendida como la identificación de factores de promoción de salud y de puesta en marcha de intervenciones para mantener saludables a las personas, adquiere aquí una importancia crucial.
La virulencia con la que ataca la enfermedad se acentúa en cada temporada. Pueden ocurrir vaivenes, pero la posible penetración de cepas agresivas obliga a fortalecer todas las medidas sanitarias que tiendan a atenuar y prevenir los efectos de la gripe, especialmente en países como el nuestro en el que no siempre es factible la planificación previa.
Diarios europeos y norteamericanos señalaron que la circulación de un virus particularmente severo para el cual la vacuna vigente resultó ofrecer baja protección generó en Estados Unidos y en otros países un estado de alerta. En EE.UU. muchos hospitales se han visto durante las últimas semanas con las guardias saturadas y las salas de internación llenas de personas con gripe. Según los datos oficiales de ese país, 1 de cada 14 consultas a guardias durante las últimas semanas ha sido por síntomas de gripe, lo que representa la tasa más alta desde que en 2009 se produjo la pandemia de Gripe A. Pero lo que más preocupa es la tasa de internaciones -un dato que se utiliza para predecir la mortalidad-, la cual va camino a superar la más alta registrada en ese país durante este milenio y que tuvo lugar durante el invierno 2014-2015. Desde que comenzó la temporada, en octubre pasado, 84 niños han muerto en Estados Unidos a causa de la gripe, un número inusualmente alto para ese país. Como el 75 por ciento de esos niños no estaban vacunados, las autoridades están urgiendo a los padres para que los vacunen y que se inmunicen también ellos mismos a fin de reducir riesgos.
Las enseñanzas que se pueden recoger son evidentes. Extremar las prevenciones y vacunar masivamente. Aun así puede ocurrir que no sean suficientes estas medidas, por lo que es imperioso adelantarse a la posibilidad de que broten en el país algunas cepas de gripe sobre los que la vacuna no sea tan eficaz. Anticiparse, en este delicado asunto de salud pública, no solo es una buena medida sino una obligación que no puede ser desatendida.