Granos volando, gobierno carreteando
El país ya ha desaprovechado épocas en las que los precios de los commodities llegaron a niveles como los actuales. Los indicios de que podría desperdiciarse una nueva oportunidad son, lamentablemente firmes. Mientras el precio de los granos vuela, nuestros gobernantes siguen carreteando.
La liquidación de divisas del agro en el primer cuatrimestre de este año superó todas las expectativas. Alcanzó un volumen que no se registró en los últimos 20 años. Más de 11.000 millones de dólares ingresaron al país por la exportación de los productos agrícolas, una cifra que duplicó la registrada en los últimos años para el mismo período.
De acuerdo a lo que se publicó en la prensa de todo el país, las empresas agroexportadoras liquidaron más de US$ 3.171 millones durante abril, un 6% por encima del monto de marzo de este año, según detallaron la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48% de las exportaciones argentinas. Así, el monto acumulado a lo largo del primer cuatrimestre del año superó los 11 mil millones de la moneda estadounidense.
La situación auspiciosa para la Argentina en la generación de dólares vía exportaciones agroindustriales tiene un factor central: el alto valor de los subproductos de la soja. En la molienda se obtienen los principales productos exportables del país. En 2021, el 15% de las exportaciones argentinas fueron de harina de soja, el 9% de aceite y el 3,5% de poroto. Santa Fe y Córdoba son las provincias que más aportan.
En este marco, el crecimiento de los precios internacionales de los granos se está transformando en un viento a favor para la Argentina que debería ser aprovechado correctamente por las autoridades nacionales. Sin embargo, las reservas de dólares del país no se ensanchan pese a la liquidación récord del sector agropecuario. Algunos economistas explican que los dólares que ingresa el agro son los únicos que están disponibles para financiar las importaciones y que, ante la necesidad de incrementar este tipo de operaciones para no dañar la actividad productiva, las divisas salen apenas ingresadas.
La tenue recuperación de la producción verificada en el país ha sido posible en gran medida por el alza en los precios de los granos. Sin embargo, esta realidad no parece visualizarse en algunos sectores del poder que siguen empecinados en combatir al campo. Y otros gobernantes no tienen la convicción que se requiere para disponer las medidas que consoliden la economía para que los dólares que ingresan sirvan para apuntalar el crecimiento.
Los pronósticos que se elaboran en esta temática señalan que se espera que en los próximos meses la cosecha gruesa cierre con números menores a los de la anterior campaña, pero con precios bastante por arriba de los que regían el año anterior. Por ello, el ingreso de divisas continuaría con la misma intensidad, pese a la volatilidad que el mundo vive a raíz de la invasión rusa a Ucrania. Por ello, cabe la posibilidad de que el flujo de dólares al Banco Central se mantenga en los actuales niveles.
El país ya ha desaprovechado épocas en las que los precios de los commodities llegaron a niveles como los actuales. El despilfarro ha sido una constante negativa que impidió aprovechar el envión que aporta la producción agrícola nacional y que se verifica en la liquidación récord del primer cuatrimestre de 2022. Los indicios de que podría desperdiciarse esta nueva oportunidad son, lamentablemente firmes. Es que mientras el precio de los granos vuela, nuestros gobernantes siguen carreteando.