Historias
Graciela "Chela" Aimar, la guardiana del sonido de la AM 1050
Lleva más de 50 años como alma de la radio que hoy cumple 52 años, siendo custodia de su valiosa discoteca. Su pasión la convirtió en memoria viva de un medio que, aunque evolucionó, conserva su esencia gracias a figuras como ella.
El rostro de Graciela “Chela” Aimar ilumina el estudio de AM 1050 Radio San Francisco, la emisora que ha sido su hogar durante más de medio siglo. Con sus más de 50 años de vocación, “Chela” es la memoria viva de esta radio, que hoy cumple 52 años desde la primera emisión. Desde sus inicios ha transitado por la emisora, y en los últimos años se convirtió en la “custodia” de la discoteca. Los estantes repletos de vinilos CD y los cassettes ya desgastados, son testigos del tiempo y la evolución de un medio que, aunque ha cambiado, conserva la esencia gracias a figuras como ella.
Desde hace años, el papel de Graciela es inigualable. Es quien con devoción organiza, restaura y protege la colección musical de la radio. “Para mí, cada disco cuenta una historia. Este archivo es más que música; es parte de la vida de quienes han trabajado aquí y de quienes nos escuchan”, menciona con una sonrisa. Con su presencia constante y dedicación inquebrantable, “Chela” hizo de su labor una extensión de sí misma, y su cuidado va más allá de preservar el material sonoro. Aimar encarna el respeto hacia un oficio que pocos conocen en su profundidad.
Este viaje de Graciela con la radio comenzó en una época donde los discos long play y los micrófonos de gran tamaño eran la norma. Rememora cómo el sonido, capturado con delicadeza, era apreciado casi como un ritual. Esta pasión es el motor que la mantiene activa en un mundo en constante cambio.
“Chela”, muestra claramente la devoción que siente por su trabajo. Cada rincón de la discoteca parece reflejar su personalidad meticulosa y cuidadosa. “Sé dónde está cada tema, cada álbum” asegura con orgullo. “Los programas de antes se armaban de manera diferente. Las canciones salían completas, pero no podías poner cualquier tema, había que poner música nacional. La gente enviaba cartas a la radio no solo para pedir temas, sino para contar historias de su vida. Eso es algo que la tecnología no puede reemplazar”, reflexiona al recordar aquellos años.
A lo largo de su carrera, Aimar enfrentó numerosos desafíos, especialmente durante la dictadura militar en la Argentina. “Trabajar en esos años era complicado. Teníamos que lidiar con censura, y a menudo había un soldado en la puerta de la radio”, explica. “Chela” recuerda cómo, en aquellos años, la programación era estrictamente supervisada y las noticias se leían solo tras una revisión cuidadosa del contenido por parte de los encargados. Pero en este rígido esquema había algo más que restringía la libertad de la radio: la censura de ciertas canciones y artistas.
"Mercedes Sosa, León Gieco, Horacio Guarany, Cesar Isella, Osvaldo Pugliese, Jorge Cafrune ¡todos ellos estaban prohibidos!" exclama. Menciona, con algo de tristeza, cómo la censura no solo afectaba a los artistas, sino que también alteraba el contenido de las estaciones de radio. "Había discos que desaparecieron, se los llevaban y los quemaban," cuenta. Un episodio particular que quedó grabado en su memoria fue la pérdida de una colección de discos de duo uruguayo Los Olimareños, que se la llevaron de la radio sin que nadie pudiera evitarlo.
La evolución del medio y los desafíos
El avance tecnológico ha traído consigo una serie de cambios en la manera de trabajar en la radio, pero Chela sigue siendo un símbolo de resistencia ante la era digital. Para ella, no se trata de una nostalgia que rechaza el progreso, sino de la importancia de mantener vivos ciertos rituales. “Ahora todo es más rápido, más impersonal. Sin embargo, en la radio conservamos esa conexión con el oyente, algo que nunca desaparecerá”, expresa con una voz que resuena entre las paredes del archivo.
“Es una vocación, no un trabajo. Todos aquí, de alguna forma, estamos vinculados a lo que transmitimos. La radio no es solo un medio, es un canal de conexión con la gente”, señala Chela, mientras sus ojos recorren los estantes repletos de discos de pastas.
Aimar, que ya es considerada una leyenda en AM 1050, afirma que seguirá mientras pueda, mientras la pasión le permita seguir cuidando del legado que representa la discoteca de la emisora. “A veces, quienes pasan por aquí me preguntan cómo hago para recordar cada detalle de este archivo. Es sencillo, cada disco tiene una historia, y las historias no se olvidan”.
El tiempo ha pasado, pero su amor por la radio sigue intacto. Chela Aimar, con 52 años de vocación y de recuerdos guardados entre vinilos y cassettes, nos recuerda que hay trabajos que trascienden el tiempo, que resuenan en el corazón de la comunidad y que mantienen vivo un pedazo de nuestra historia compartida.
Graciela “Chela” Aimar revela su playlist ideal, una selección que conecta pasado y presente. Chela menciona los nombres de artistas que considera fundamentales en su vida y en la historia cultural de la radio en Argentina. En su lista destacan nombres como Jorge Rojas, Abel Pintos, Luciano Pereyra y Cristian Castro, músicos contemporáneos que resuenan en el gusto popular. Sin embargo, la playlist de Aimar no se detiene allí: incluye figuras emblemáticas de nuestra música nacional, como León Gieco, Víctor Heredia y Mercedes Sosa, voces que, según ella, “acompañaron la historia de la radio desde sus inicios”. Además, Aimar menciona a Valeria Lynch y Sandra Mihanovich, otras dos voces memorables, cerrando así su lista.
La conexión de Aimar con estos artistas va más allá del simple gusto musical. Para ella, representan una época, una esencia que se ha mantenido viva gracias a la radio y que, en sus palabras, “es el soundtrack de nuestra historia”.