Sociedad
Gagliano: “El medicamento no es una mercancía, es un bien social"
Desde la delegación de San Francisco del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba manifestaron su preocupación ya que la medida establecida en el DNU del gobierno nacional significa serios riesgos para la salud de la comunidad. “El medicamento no es una mercancía, es un bien social”, advirtieron.
El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por el gobierno de Javier Milei que flexibiliza la venta de medicamentos causa preocupación en las farmacias de la ciudad. Desde el Colegio de Farmacéuticos de San Francisco aseguraron que esta medida plantea serios riesgos para la salud de la comunidad y pone en peligro el desempeño profesional.
“El medicamento no es una mercancía, es un bien social, no es un producto de mercado como una zapatilla o una cartera. Por eso es importante que se venda en las farmacias que están preparadas para eso. No sabemos qué necesidad tienen de llevar adelante esta flexibilización, es muy preocupante y para eso hicimos marchas y presentaciones ante la justicia pero no sabemos qué va a pasar”, aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba Delegación 4° San Francisco, Nora Gagliano.
Añadió que éste tipo de desregularización “ya la vimos en los noventa cuando se produjo un descontrol en la comercialización con el consecuente impacto en la salud. Aquella desregularización fracasó porque fue nefasta en todos los aspectos. Entonces por qué queremos volver a algo que no funcionó”.
De acuerdo al DNU, el médico puede prescribir el genérico pero también puede sugerir una marca determinada como era antes. Sin embargo, ahora establece que se le debe informar al médico cuando el farmacéutico cambie una marca por otra.
“Esto nos parece totalmente antiético. Todos los medicamentos llevan un control, nosotros lo podemos cambiar por una especialidad medicinal de menor precio mientras mantenga la misma concentración la misma cantidad de pastillas y la misma forma farmacéutica que el que indicó el médico. Por ejemplo, un enalapril de 10 mg por 30 comprimidos, podemos cambiarlo por cualquier otra marca que tenga los mismos miligramos y cantidad”.
La posibilidad de que los medicamentos antiácidos o analgésicos se vendan en los kioscos también despierta polémica. Gagliano recordó: “Ningún medicamento es inocuo y si no hay control puede ser muy peligroso”.
“Les exigen medidas de conservación a los kioscos, seguros y no entendemos por qué no lo podemos vender solamente en las farmacias que están preparadas para eso –manifestó la farmacéutica-. Como farmacéuticos nosotros vemos el origen de los medicamentos porque no le compramos a cualquiera que pasa con una valijita, lo conservamos porque en la farmacia tenemos una heladera donde solamente podemos poner los medicamentos, no podemos guardar otra cosa, nos exigen una temperatura determinada, los seguros, tenemos que dispensarlo entero, etc. Tenemos controles del Ministerio de Salud, de Jurisdicción de Farmacia, de las droguerías”.
Advirtió que la venta fuera de las farmacias “es peligrosa porque promueve la automedicación y además porque con ese tipo de medicamentos, los analgésicos como el paracetamol o la novalgina se cortan las drogas con el fin de aumentar su efecto”.
Finalmente remarcó a la comunidad que es “importante siempre comprar todos los medicamentos en la farmacia y pedir el asesoramiento del profesional, confiar en su criterio. Un medicamento bien usado es bueno, pero si está mal usado es malo. En la farmacia vamos a poder sugerir cuál es el adecuado”.