Ambiente
Expertos sobrevolaron Mar Chiquita para censar flamencos
El objetivo es obtener información sobre la población de las aves y el humedal en el que habitan. El relevamiento permitirá planificar acciones y optimizar la gestión del Parque y Reserva Nacional Ansenuza.
Un equipo de expertos de Natura Argentina, en colaboración con la Administración de Parques Nacionales (APN) y el Ministerio de Ambiente y Economía Circular de la provincia de Córdoba, realizó un censo aéreo para evaluar las poblaciones de flamencos en la laguna Mar Chiquita. El objetivo del censo es obtener información vital para la conservación de estas aves emblemáticas y del humedal que habitan.
El vuelo, que duró aproximadamente 4 horas, cubrió el perímetro de la laguna y permitió a los expertos identificar, registrar y estimar las bandadas de flamencos.
La bióloga Lucila Castro, directora de Natura Argentina que trabaja con estas aves desde el 2011, afirmó que “los resultados de estos censos han sido fundamentales para identificar sitios prioritarios para acciones de conservación y gestión. Además, ayudan a comprender la relación entre las poblaciones de flamencos, y las condiciones ambientales del humedal.”
De las seis especies de flamencos existentes en el mundo, tres se encuentran en el cono sur de Sudamérica: el flamenco austral (Phoenicopterus chilensis), el flamenco andino o parina grande (Phoenicoparrus andinus) y el flamenco de James o parina chica (Phoenicoparrus jamesi).
El sobrevuelo estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario compuesto por un estimador, un fotógrafo y un técnico navegador.
Con foco en la conservación
La ministra de Ambiente y Economía Circular, Victoria Flores, apuntó: “Estamos trabajando para preservar y conservar las aves de nuestra provincia y sobre todo de la reserva de Ansenuza que es un lugar clave para nuestra biodiversidad. Trabajamos en conjunto con Natura Argentina y sus especialistas en este censo, que nos dará una estimación de la cantidad de flamencos que hay y las condiciones del humedal.”
Entre los antecedentes de estos relevamientos, debe mencionarse la labor del biólogo Enrique Bucher, quien estudió estas especies durante años. Luego, especialistas del Grupo de Conservación de Flamencos Altoandinos (Gcfa), Pablo y Matias Michelutti, propusieron una metodología clave para recolectar datos de flamencos en la laguna por medio de censos aéreos.
Bajo el programa de conservación de humedales y flamencos dentro de Natura Argentina, el relevamiento aéreo es fundamental para tomar decisiones sobre el futuro humedal y toda la cuenca.
El Gcfa se formó en 1996, como iniciativa de científicos y especialistas en conservación de Argentina, Bolivia, Chile y Perú, interesados en la conservación de los flamencos altoandinos y sus hábitats. Desde su inicio ha coordinado un programa regional de investigación y manejo enfocado en el monitoreo de las poblaciones de flamencos, protección de sus colonias, estudios de distribución y uso de hábitat.
Yanina Druetta, responsable del área de Conservación del PN Ansenuza afirmó que “la enorme responsabilidad que le fue asignada a la Administración de Parques Nacionales en la protección del humedal de la región de Ansenuza, implica profesionalizar nuestros recursos humanos y sumarnos activamente en todas las iniciativas que generen conocimiento para una toma responsable de decisiones en la gestión del mismo.”
Aves viajeras
Los flamencos altoandinos son especies migratorias que utilizan lagunas someras en las tierras altas durante el verano para nidificar, alimentarse y refugiarse. Durante el invierno, migran a humedales salinos de tierras bajas como la laguna Mar Chiquita. El flamenco austral habita la laguna durante todo el año. Los censos de flamencos se realizan dos veces al año para evaluar el estado de las poblaciones de las tres especies. En verano se evalúan las colonias y en invierno las especies migratorias.
“La protección del importante humedal de Mar Chiquita y los Bañados del Río Dulce a través del Estado Provincial y Nacional, necesita de aliados estratégicos que acompañen los esfuerzos de conservación necesarios para garantizar la continuidad de los procesos ecológicos y la prestación de servicios ambientales claves e indispensables para la sociedad”, agregó Druetta.
“Proteger los flamencos y sus hábitats no solo beneficia a estas especies emblemáticas, sino que también protege a otras especies que comparten su entorno”, concluyó Castro.