Eugenia Aimar cuenta los días para volver a caminar
La oficial de policía que solía patrullar la ciudad en la división del Comando de Acción Preventiva reunió el dinero para comprar el electroestimulador que necesitaba para volver a movilizarse y también costear el viaje a Buenos Aires. Al mismo tiempo se enteró que el valor del aparato se elevó a $119.700.
La oficial de policía Eugenia Aimar que necesita un aparato electroestimulador para volver a caminar consiguió el dinero suficiente para adquirirlo e iniciar la rehabilitación. Literalmente se irá en silla de ruedas en los primeros días de mayo y volverá a la ciudad caminando. Días atrás contamos su historia de supervivencia, tenacidad y un sueño: moverse por sus propios medios otra vez.
Aunque interpuso un amparo reclamando a su obra social que cubra el costo del aparato que reeemplaza la función y estimula los músculos de las piernas para caminar, la respuesta aun no llegó y quizá hasta podría tomar dos años.
Sin el apoyo de Apross, comprar el electroestimulador estaba lejos de sus posibilidades económicas. Hasta hace algunos días eran $98.000 y hoy debido a la cotización en dólares que posee ya que es importado de Chile, su valor es de $119.700.
En la desesperación y por la colaboración de sus compañeros “azules” lanzaron una venta de pollos, cuyas tarjetas valen $200 con el objetivo de recaudar esa suma de dinero.
“Logramos conseguir el dinero para la compra del aparato, si bien quedan algunas tarjetas de pollos pero el dinero lo juntamos en una semana. Hoy me pasaron un nuevo presupuesto, yo había pedido uno hace un mes. Ahora el valor del aparato se fue a $119.700”, comentó la oficial a LA VOZ DE SAN JUSTO.
En el camino se unió más gente, la de su pueblo natal: Laspiur. Los vecinos pusieron un poco cada uno con frazadas y acolchados, electrodomésticos y hasta mercadería. Organizaron una gran rifa a beneficio de la mujer de 32 años y eso sumó más dinero a su cuenta bancaria. “Eran 20 premios, se vendían dos números por $100 y eso sumado a lo de los pollos alcanza también para cubrir el viaje a Buenos Aires”, agregó visiblemente emocionada por la noticia.
Pocos días
Eugenia viajará a Buenos Aires en los primeros días de mayo para que programen el electroestimulador y pueda comenzar un período de rehabilitación para volver a caminar y acostumbrarse al aparato. La joven dice sentirse “emocionada” y no es para menos: “estoy en una cuenta regresiva, muy feliz y agradecida por la ayuda de todos. Yo ya coordiné con la ortopedia que me lo vende y con quienes me rehabilitan. Me dijeron que de allá me voy a volver caminando, así que imaginense la ansiedad mía”.
Aimar viajaría los primeros días de mayo para probar el aparato. “Voy a realizar un tratamiento intensivo de rehabilitación en el -Instituto - Fleni”, expresó y agregó que esto le insumiría quedarse otros 15 días más en la capital del país.
“Me aseguraron que este aparato funciona, que quienes lo tienen todos caminan. No puedo explicar la ansiedad que tengo”, recalcó Eugenia al tiempo que reflexionó sobre “el tiempo que insumirá” aunque aun tiene otros seis meses de licencia médica.
Además según pudo saber la mujer la programación y colocación del electroestimulador toma unas “dos horas” y se inicia la rehabilitación “de forma inmediata desde la mañana hasta la noche”. Éste sería su último sacrificio “para bien de ella y de su hija”.
Finalmente Eugenia subrayó el “gran agradecimiento” para todas las personas que colaboraron de alguna u otra manera para hacer realidad este momento. “Quiero agradecer a la gente de mi pueblo y de acá que sin conocerme compró pollos, aportó a la cuenta. Vendieron aproximadamente 1000 tarjetas de pollos; y a mis compañeros que organizaron esta movida que llegó hasta Laspiur”, concluyó.
La historia
Eugenia Aimar fue diagnosticada en septiembre de 2016 con un tumor en la médula. La derivaron al Hospital Privado que cuenta con un equipo especializado. Tras una serie de estudios fue a cirugía pero no pudieron extirparlo. Sí pudieron confirmar que era maligno.
El 26 de octubre de 2016 la operaron, tras la confirmación inició un tratamiento de quimioterapia. "Tuve que vivir en Córdoba en un departamento alquilado y volvía a la ciudad los fines de semana para ver a mi hija", explicó.
Las sesiones culminaron en diciembre de 2017. Entre la operación y este tratamiento tuvo que volver a aprender a caminar y moverse. El aparato se consigue en Buenos Aires y es importado de Chile, razón por la cual su valor es en dólares.