Estudiantes debatieron en un foro los valores y la inteligencia emocional

Los valores y una mejor gestión de las habilidades blandas fueron el eje central del primer encuentro del año del Foro de Centros de Estudiantes secundarios que se realizó con éxito en el Ipet N° 50 “Ing. Emilio F. Olmos”.

Participaron unos 55 referentes de centros de estudiantes de las escuelas de nivel medio de la ciudad que realizando distintas actividades pudieron incrementar su aprendizaje, intercambiar experiencias, reflexionar y analizar los nuevos desafíos a enfrentar. El próximo foro se realizará en el Colegio Superior San Martín.

Antonio Bertini, estudiante de séptimo año de la especialidad de Electricidad y presidente del Centro de Estudiantes del Ipet 50 “Ingeniero Emilio F. Olmos”, definió el foro como “un encuentro social donde estamos todos para ayudarnos entre nosotros e incluso hacer relaciones”.

En el importante encuentro se trabaja una temática que se pueda proyectar a cada escuela. Este año el tema elegido fueron los valores y las habilidades blandas relacionadas con la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, el liderazgo, la resiliencia o la gestión del cambio.

Antonio destacó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que el foro “es muy importante porque nos podemos relacionar mejor con las personas, todos van dispuestos a reflexionar, a aprender y escuchar, intercambiar experiencias y hacer proyectos en conjunto. Además se pueden encontrar amigos, considero que hice amigos en el foro”.

Aseguró que la idea es que “trasciendan los proyectos que se hacen en el foro y que se haga en todas las escuelas. El próximo se realizará en el Colegio Superior San Martín”.

Los valores y el cuento de los tres chanchitos y el lobo

Contó que durante el foro realizamos un taller que brindó la municipalidad que les propuso una interesante actividad basada en el cuento de los tres chanchitos y el lobo. “Nos dieron una fotocopia en la que se ve una casa de paja, otra de madera y otra de ladrillo, la consigna era indentificar los valores que se pierden más rápido en la casa de paja, como por ejemplo, paciencia, credibilidad, gestión del tiempo y del estrés; en la casa de madera los que no se pierden tan rápido y en la de ladrillo los valores que están firmes y que no se pierden nunca”, explicó Antonio.

Agregó: “La idea es que llevemos ese dibujo con nosotros y que lo trabajemos todos los días para que no quede ningún valor en la casa de paja o la de madera, que logremos llevar todos a la de ladrillo, que sea un trabajo de autoconocimiento. El taller fue buenísimo”.

El estudiante comentó que sobre lo conversado en el taller se hicieron preguntas a los estudiantes para que se plasmen en un afiche y cada uno lo pase a exponer. “Preguntamos sobre qué enseñanzas les dejó, cómo eso se podría llevar a las escuelas, qué dudas surgieron, etc. Se armaron grupos y se fue conversando, intercambiando opiniones”. 

“Como conclusión se sacó que era difícil de llegar a la escuela pensando en algún proyecto firme, la mayoría de las escuelas cuentan con una psicopedagoga abocada a los alumnos y las que no la tienen deberían tenerla. También concluyeron en la necesidad de hacer más charlas entre alumnos, de uno del último año con otro de años inferiores, además que haya más foros para intercambiar experiencias y potenciar las capacidades”, afirmó finalmente.