San Francisco
Estudiantes de la Normal participaron de un proyecto de la Academia Nacional de Ciencias
Los alumnos de la Normal fueron distinguidos en el marco del certamen el 15° Concurso Nacional de Relatos, Historietas y Cuentos Cortos.
Estudiantes de segundo año de la Escuela Normal Superior “Dr. Nicolás Avellaneda” participaron de un proyecto de la Academia Nacional de Ciencias vinculado con el 15° Concurso Nacional de Relatos, Historietas y Cuentos Cortos, entre los cuales se destacó la intervención de los estudiantes de segundo año B quienes fueron premiados por su trabajo con un tercer premio y una mención de honor.
La propuesta se denomina “Contemos la Ciencia” a través del cual los estudiantes trabajan un tema de ciencias y lo relacionan con la literatura, terminando la intervención en la creación de un cuento.
En este caso, la Academia Nacional de Ciencias convocó a estudiantes de Nivel Inicial, Primario, Medio a participar de un concurso de relatos, historietas y cuentos cortos relacionados con los insectos trabajadores.
Desde la entidad organizadora sostenían que este concurso “pretende motivar a los niños y jóvenes para que investiguen algún aspecto del tema del concurso vinculado a la Ciencia que los fascine, para que desarrollen una idea, usen su imaginación, y expresen sus ideas en una narración”.
Los estudiantes de la Escuela Normal Superior “Dr. Nicolás Avellaneda” participaron en la categoría ‘Ciruela’, dentro de la cual fueron destacados por la calidad de sus trabajos.
Esto surgió a partir de un proyecto conjunto entre las asignaturas de Lengua y Química, a cargo de las docentes Adriana Bertoia y Gisella Trangoni quienes también recibieron la colaboración de la profesora de Biología, Fiorella Ferraris.
Como resultado de la participación en este proyecto, los estudiantes Camila Peralta y Delfina Bergesse obtuvieron el tercer premio por su trabajo literario “Aventura en la colmena” mientras que el cuento “Tincho, el gusano de tierra”, realizado por Benjamín Bosio y Mateo Sánchez obtuvo una mención de honor en el mismo certamen.
La profesora de Lengua, Adriana Bertoia explicó que “todos los años, la Academia (Nacional de Ciencias) elige un tema y en esta oportunidad fue ‘los insectos que trabajan’. Entonces, con ayuda de la profesora de Biología y la profesora de Química trabajamos sobre una base científica a partir de una tarea de investigación que luego fue llevado a un cuento” con un valorable aporte de ficción.
Luego la docente comentó que “durante el desarrollo del trabajo de preparación se confeccionó una lista de todos los insectos que trabajan y cada grupo seleccionó un insecto diferente sobre el cual se terminó elaborando un cuento”.
Durante el tiempo transcurrido en el desarrollo del trabajo la docente explicó que “hemos logrado combinar muchas cosas, ya que se abordaron contenidos de biología y literatura. Los chicos se entusiasmaron enseguida y tras ver la película sobre las hormigas propusieron buscar información sobre otros insectos y entonces cada uno investigó sobre uno diferente”.
Como profesora de Lengua, en este proyecto utilizó herramientas que brinda el denominado ‘cuaderno de taller’ donde los estudiantes “apelan a recursos que ya venían desarrollando y eso les facilitó encontrar los distintos personajes y delimitar las acciones que conforman las historias” que luego fueron narradas.
Además explicó que las tareas para desarrollar este proyecto “se llevaron a cabo en las horas de clase. Luego, cuando el trabajo de escritura creativa estaba listo los estudiantes lo subieron a ‘classroom’, lo convirtieron en PDF y lo enviaron a la Academia Nacional de Ciencias. En esto todos los estudiantes trabajaron y se llevaron una grata sorpresa con el resultado obtenido”.
Pese a que aún no se conoce la fecha de entrega de las distinciones, la docente confirmó que “durante el mes de noviembre la Academia realizará una ceremonia en Córdoba donde se entregarán los premios a las distintas categorías en las que se participó. Allí los participantes del trabajo deberán contar la historia y luego recibirán el diploma y el premio correspondiente”.
“Tincho”, el gusano de tierra
Tincho era un gusano de tierra, aburrido, con muy poco por hacer. Pero Tincho a pesar de ser pequeño tenía sueños grandes, volar, ir de árbol en árbol y de flor en flor, quería tener alas. Su amigo Paco sí que tenía suerte, era un gusano de seda, tenía una forma alargada, cubierto de pelo negro, poco atractivo, pero eso le duraría unos cuantos días. Cuando se empiece a desarrollar… ahí sucedería su milagro, saldría del cascarón y…
A pesar de ser una larva muy pequeña pueden ver más que bien. ¡¡Tienen seis ojos!!
Luego se convertirá en crisálida, dentro de un capullo para luego salir al mundo con lindas alas, convertido en mariposa. Lo que no le gustaba era su alimento, las hojas de morera, le parecían espantosas. Sabía que Paco iba a vivir poco, treinta y tantos días pero él daría con gusto su vida por unos minutos de alas.
Así pasaban los días de Tincho viendo cómo se convertía en mariposa su amigo Paco. Un día, un agricultor que estaba sembrando, y al toparse con él creyó que lo iba a matar pero para su sorpresa, el humano lo cambió de lugar sin dañarlo y le dijo:
- Casi te piso pequeño, no sabes lo importante que eres para la tierra. Gracias a ti mi tierra es fértil y mis cosechas son buenas.
A partir de ese momento Tincho ya no quiso ser un gusano de seda y disfrutó ser un maravilloso e importante gusano de tierra.
Autores: Benjamín Bosio y Mateo
Aventura en la colmena
Nosotras las abejas, estamos encargadas de fabricar la miel, algo no tan fácil.
Es algo que nos encanta, pero nos lleva largas horas de trabajo, no como creen las grandes criaturas, los humanos. Ellos creen que los picamos para lastimarlos, pero es todo lo contrario, lo hacemos para defendernos.
Un lunes común, que son los días generalmente que recolectamos el néctar de las flores, me toco a mí, Debes, ir a la cuidad para esta tarea.
Mientras recorría la cuidad, que por cierto es enorme, para recolectar el néctar de las lindas flores, mi favorita es la lavanda, no pude evitar escuchar a los humanos, mejor llamados criaturas salvajes. Mis amigas siempre me han dicho que soy muy chismosa, y aunque esto me ha traído gigantescos problemas con ellas, me encanta criticarlos, como ellos hacen con nosotras, las abejas.
- Ayer compré miel y no me gustó para nada, tenía un sabor agrio y repugnante.
- Por eso sigo sosteniendo que podríamos vivir sin las molestas abejas…
- Hoy mismo llamo a los fumigadores para que vayan a ese campo.
- ¡Y que no quede ninguna!
Algo así escuche.
En ese momento me paralicé y fui volando, a la colmena, necesitaba contarle todo esto a la reina. Ninguna me creyó; creían que era un invento mío, para llamar la atención, excepto, la pequeña abejita Honey, el más anciano en la colmena John, que tenía experiencia en esto y Repp que pobre… le faltaba un ala.
Los intenté convencer de todas maneras, pero no me creyeron, entonces ideé un plan, con los que me creían, y nos marchamos de la colmena.
Después de un largo tiempo de estar pensando, John recordó que cuando era joven, había visto una película de sus antepasados que lo hizo conocer mucho más allá sobre su especie.
- ¡Eso es! Hagamos una película, explicando nuestro duro trabajo y esfuerzo al hacer miel –dijo la pequeña abeja Honey.
- Entonces qué estamos esperando –dije…
Sin pensarlo dos veces, partimos a la cuidad, se estaba por largar a llover y necesitábamos una rápida solución. Justo ahí vimos en frente de nosotros un estudio de grabación, pero no podíamos pasar porque estaban las criaturas salvajes, así que esperamos hasta la noche.
Llegada la hora, nos las ingeniamos para entrar, y una vez ahí nos pusimos en marcha.
Preparamos todo, prendimos luces, cámaras y John, que era el director, dio comienzo a la película.
“Hola criaturas salvajes, eh… disculpen, humanos. Hoy les vamos a mostrar nuestro duro trabajo para hacer la miel que llega a sus casas.
Hacemos esta película para concientizar la importancia de nuestra vida en el planeta tierra, porque no solo hacemos miel, sino también hacemos posible la reproducción de la flor. ¡Ahora sí vamos a cómo se hace la miel!
Primero las abejas que nosotras llamamos “transportadoras” chupan el néctar de las flores y lo guardan en un estómago diseñado para almacenar miel, en la colmena las abejas “masticadoras” recogen el néctar y lo mastican por 30 minutos ¡un montón! ¿verdad? Por suerte yo soy una de ellas; en este tiempo el néctar se va transportando en una sustancia que tiene miel y agua. Después, las demás abejas difunden esta sustancia en los conocidos panales, haciendo que el agua se evapore, la evaporación es más rápida cuando ayudamos con nuestras alas.
Cuando esto termina, sellamos las celdas de los panales con cera, y así el producto está protegido. Por último vienen ustedes, los humanos y nos roban la miel que es para
nosotras.
- Uff… ¡me cansé de contarlo, imagínense HACERLOO!
- Eso es todo, humanos, espero que puedan entender nuestra importancia y ya no nos
quieran matar”.
- ¡Y… corte! –dijo John
- ¡Fantástico! –gritó Repp.
Todo iba bien hasta que… una criatura salvaje lo arruinó.
- ¡Chicos hay que irnos, se acerca uno de nuestros cazadores! –avisó Repp.
Nos tuvimos que ir lo más rápido que pudimos, y con mi buena suerte tropecé con un cable. No estamos seguros, pero creemos que lamentablemente se borró nuestra película.
Cargando con una pesada decepción partimos a la colmena.
- Todos van a estar decepcionados de nosotros -dijo triste, John.
- Al menos intentamos ayudar –dijo Honey.
Cuando volvimos a la colmena, lo más tranquilos posibles tratamos de explicarles a las demás abejas lo que había pasado, como siempre ¡ninguna nos creyó! Decían que era imposible que nos hayamos metido en un estudio de grabación y hayamos hecho una película. Ya cansados, nos rendimos y seguimos con nuestro trabajo.
Asustada por lo que había escuchado la vez anterior, volví a la ciudad a recoger néctar, y mientras buscaba flores, vi carteles y enormes pantallas ¡de nuestra película!
- ¿Entonces no se borró? –dije extrañada.
Me olvidé del néctar y en mi mente me vi en Hollywood siendo halagada por ser famosa.
Les conté a John, Repp y Honey lo sucedido, ellos estaban contentos porque nuestro plan no había sido del todo un fracaso.
En eso llegan los fumigadores con un GRAN grupo de criaturas salvajes, ahí las demás abejas, se dieron cuenta de que lo que había dicho tiempo atrás era cierto.
Pero para nuestra sorpresa, no nos venían a matar… De pronto, todas las criaturas comenzaron a aplaudir, en ese momento nuestra mayor expresión era la de confusión.
Los fumigadores sacaron una grandísima pantalla, y ahí con una gran sonrisa aparecimos nosotros, sí señores y señoras era nuestra película, a ellos les encantó y ahora ya no nos quieren matar.
Cuando se fueron, la reina se acercó a felicitarnos.
- Pero como puede ser, si vos Debs te tropezaste con un cable y se borró la película – dijo Repp
- Yo puedo explicarlo, lo vi todo –exclamo el hijo de la reina –yo les creí desde un principio, pero no podía llevarle la contra a mi madre, por eso decidí seguirlos en secreto… Cuando ustedes se fueron del estudio, los humanos volvieron a conectar todo y la película no se había eliminado, las criaturas la vieron, les encantó y decidieron lanzar.
- No te preocupes, gracias por creernos –dije agradecidamente.
- Hijo, sabes que puedes contar todo, y a ustedes chicos el pueblo les debe una disculpa, no desconfiaremos más de ustedes- dijo la reina.
- ¡Y recuerden humanos, nosotros somos los insectos más importantes de este planeta, que nunca se les olvide!
- ¡ADIÓS!
FIN.
Autoras: Delfina Bergesse y Camila Peralta