Educación
ESI, 18 años: “Es transversal, necesitamos fortalecerla"
Balance y desafíos de la educación sexual. Docentes analizaron lo trabajado hasta ahora en el aula y destacaron la integralidad por encima de la rimbombancia de la palabra sexualidad. Afirman que contribuye a una educación más empática.
Por Cecilia Castagno | LVSJ
La ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI), aprobada en 2006, ha sido objeto de intensos debates y críticas desde su implementación. Los sectores más conservadores sostienen que la educación sexual debe ser responsabilidad de las familias, ignorando que en muchos casos, los entornos familiares son donde los niños y adolescentes enfrentan situaciones de violencia y abuso. Sin embargo, la ESI como política pública ha encontrado apoyo en una amplia red de docentes, investigadores y activistas que se esfuerzan por profundizar en este tema, abordándolo con seriedad y compromiso.
Para conocer cómo es la implementación de la ESI en las escuelas de San Francisco, LA VOZ DE SAN JUSTO visitó el Ipet 50 “Emilio F. Olmos” y la Escuela Hipólito Bouchard, donde conversó con docentes y directivos sobre cómo se aplica en los niveles secundario y primario. Ivana Aguirre, coordinadora de curso en el Ipet 50, afirmó que la ESI "promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes”, no solo en relación con el cuidado del propio cuerpo y el ejercicio de la sexualidad, sino también respecto a los derechos de niñas, niños y adolescentes.
En la Escuela Bouchard, la directora Mabel Biraghi destacó que “si bien lo más llamativo de la sigla es la palabra sexualidad, lo más importante es la integralidad". Biraghi y Fabiana Bravo, docente de Lengua y Ciencias, coincidieron en que uno de los grandes desafíos es capacitar a los docentes para abordar un tema que genera diversidad de experiencias, muchas de ellas marcadas por el tabú.
Propuestas pedagógicas
La ley creó el Programa Nacional de ESI, que dio lugar a materiales oficiales y ejes conceptuales para una propuesta pedagógica crítica e innovadora. Aguirre comentó que "son temas cotidianos, como la violencia en redes sociales. Es interesante poder trabajar y profundizar en ello, identificando situaciones que pueden ocurrir en la vida de los estudiantes". Esto permite a los alumnos reconocer cómo actuar y a quién acudir en momentos de crisis.
"Para mí, es esencial ver la educación sexual no solo desde una mirada biológica, sino también en términos de cómo cuidar una relación y prevenir enfermedades de transmisión sexual", explicó Aguirre. Este enfoque integral además incluye "valorar el cuerpo, la afectividad y los derechos", algo que los estudiantes Amaru Miranda y Morena González reconocen como una falta en su propia educación previa.
“Lo que propone la ESI, en cuanto a la integralidad, es también poder valorar muchas otras cosas como el cuerpo, la afectividad, la salud sexual, reconocer la diversidad o la perspectiva de género, los derechos, que era algo que hasta el momento -por lo menos a mí me pasó-, nunca antes ningún profe ni nadie me habló acerca del derecho que yo tenía como adolescente”, señaló Miranda.
“Se abordan temas cotidianos, como la violencia en redes sociales. Nos pareció interesante poderlos trabajar y profundizar. ¿Con quién tienen que hablar? ¿Cómo actuar frente a estas situaciones?”, explicó Aguirre sobre una charla en el marco de las Jornadas Educar.
Los estudiantes expresaron la importancia de discutir estos temas en un entorno educativo. "A veces, en el aula escuchamos cosas que sabemos que no están bien, pero no tenemos la forma de explicarlo como un profesor", comentó González. "Todavía hay cierto pudor de preguntar", añadió Miranda, destacando que, aunque hay sobreinformación en internet, no siempre es precisa.
"Este año, nuestro proyecto de ESI en la Feria de Ciencias hizo que más chicos se involucraran", indicó Aguirre, mencionando un buzón anónimo donde los alumnos podían dejar preguntas sobre sus inquietudes. "La ESI es transversal, necesitamos fortalecerla", planteó Ezequiel Borroni, docente de la EFO.
“La ley nos obliga a repensar nuestras prácticas docentes”
“La ESI nos ayuda a que las escuelas también puedan trabajar las emociones, los vínculos, el respeto al otro, y que sean un lugar poco más fáciles para convivir, para compartir con el otro el día a día”, agregó Borroni.
“Nosotros tenemos un proyecto, pero a veces las clases las ‘preparan’ los alumnos. Es que ellos vienen con problemáticas o me dejan papelitos, yo tengo una cajita, ellos me van dejando preguntas de lo que quieren hablar”, contó Bravo sobre su experiencia en el aula. “Se trata de temas que quizá no pueden hablar en la familia o no se animan a hacrlo, cosas que les están pasando a ellos. Se trata de permitirles hablar, manifestarse y que no se sientan cohibidos, que no sientan que lo que dicen a otro le va a causar gracia o va a ser motivo de burla. Cada tema se trata con la seriedad que requiere”, acotó la maestra.
Enfoque integral y rol de la familia
“La ESI también nos invita a repensar el vínculo escuela-familia”, manifestó Mariana Ávila, docente y preceptora del Ipet 50.
En la Escuela Bouchard, la ESI se aborda desde todas las áreas curriculares. Biraghi explicó que este año se centraron en la salud, las emociones y el uso de redes sociales. "Trabajamos para que los niños entiendan que equivocarse está bien y que la autoestima es fundamental", contó.
Bravo subrayó la importancia de trabajar la diversidad de género y la violencia de género, así como los riesgos asociados a las redes sociales. "Este año, las emociones fueron un disparador para entusiasmarlos", manifestó y resaltó que el vínculo entre la escuela y la familia es esencial para el éxito de la ESI.
El involucramiento de los padres es crucial. "Organizamos charlas sobre grooming y ciberdelitos para alumnos y padres", comentó Bravo. "Los estudiantes a menudo traen preguntas que no pueden discutir en casa, y es esencial que se sientan escuchados", añadió.
Biraghi enfatizó que "siempre que tratamos la ESI, no hay lugar para bromas; se toma en serio". Esto crea un espacio seguro para que los estudiantes expresen sus inquietudes y aprendan sobre temas complejos.
“Antes parecía que son temas que se tienen que enseñar en la familia, pero no todas las familias están presentes, o el tema todavía es tabú en el seno familiar”, señaló Aguirre sobre esa suerte de pudor moral que generan las cuestiones vinculadas a la sexualidad y que puede dar lugar a malas interpretaciones, mitos y desinformación.
“La idea también es hablar sobre la igualdad. Todo cambió a partir de la ley. Si bien una ley no garantiza que efectivamente todos nuestros derechos se cumplan, sí genera un cambio, por lo menos a nivel cultural, que hay que sostener y por el que hay que seguir peleando. Puede existir una ley, pero si nosotros no ejercemos ese derecho, muchas veces esa ley queda solamente en un escrito y nada más”, añadió.
Desafíos y la necesidad de capacitarse
Las docentes expresaron que uno de los principales desafíos es empoderar a los estudiantes para que sepan discernir lo que está bien y lo que está mal en un mundo donde las redes sociales son omnipresentes. "Necesitamos darles las herramientas para que puedan navegar en este entorno", insistió Biraghi.
Mientras tanto, admitieron que se necesita más capacitación en ESI. "Hay mucho material, pero el tiempo para trabajar en ello es limitado", señalaron. Sin embargo, todos coinciden en que la ESI debe ser parte del quehacer cotidiano y que su implementación no debe quedarse en el papel.
“La ley nos obliga, como docentes, a repensar nuestras prácticas como base y empezar a incorporar la ESI desde un eje transversal. Puedo hablar de ESI en matemática, en biología, en lengua, tecnología… en los distintos espacios hay ESI, así que creo que es importante seguir capacitándonos para poder reconocer también esos espacios o qué puedo tratar más profundamente en las diferentes asignaturas”, añadió Aguirre.
“La ESI también apunta a entender la escuela como un espacio de cuidado. La ESI es parte de ese espacio de cuidado y puede garantizarlo -acotó Borroni-. Y también que ese espacio sea más amoroso para todas las personas que pasamos por él, docentes, estudiantes, sobre todo los adolescentes. La ESI nos invita a repensar, a buscar un espacio un poco más amoroso, una educación más empática”.
Mirando hacia el futuro
La ley 26.150 de ESI enfrenta desafíos significativos a 18 años de su aprobación. La clave está en fomentar un ambiente de aprendizaje inclusivo y seguro, donde se escuche a los estudiantes y se aborden los temas de sexualidad de manera integral. "La ESI no solo incluye la parte biológica, sino que también abarca las emociones, los vínculos y el respeto hacia el otro", esbozó Aguirre, reiterando que "es un desafío constante trabajar en equipo y en comunidad para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a esta educación fundamental".
En conclusión, la implementación efectiva de la ESI puede contribuir a construir una sociedad más informada y respetuosa, donde los jóvenes se sientan empoderados para tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar.