Análisis
Entre chirolas y chirolitas
La frase de la vicepresidenta sobre "dos chirolas" y su sueldo congelado revivió el debate sobre la desconexión de la política con la realidad. Nueva fase: Milei y Macri, tras roces, empiezan a mostrar señales de unidad contra el kirchnerismo.
Por Fernando Quaglia | LVSJ
"Mi sueldo está congelado hace un año. En breve me pagan dos chirolas y soy vice".
La frase de la segunda máxima autoridad del país ingresó directamente a los anaqueles donde se amontonan muchos otros ejemplos de dislates políticos argentinos. Al mismo tiempo, disparó las agresivas reacciones de las usinas libertarias en la red X, triste escenario de la extinción de la verdad.
La desafortunada expresión de la vicepresidenta quizás fue una reacción frente a los ataques sistemáticos de los influencers oficialistas, arrebujados, en este caso, en la acusación de que Villarruel no es capaz de tomar medidas para frenar los incrementos de dietas de los senadores nacionales. Les dejó servido el banquete. “Desconectada de la realidad” fue la más suave acusación, no exenta de razonabilidad.
El episodio rescató una palabra casi olvidada, que, sin embargo, está presente en cada momento de la vida y se entromete en todos los asuntos de la política y la economía de cualquier sociedad. Porque, por ejemplo, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional requieren del envío de más dos chirolas para salir del cepo. Y los productores agropecuarios, acompañados por los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, elevaron por estos días las expresiones de fastidio ante la comprobación de que deben seguir “donando” chirolas al Estado nacional vía pago de derechos de exportación.
Arreando acuerdos
Si bien el término se asocia enseguida con el dinero, especialmente de baja cotización, algunos diccionarios de lunfardo señalan que originalmente, quizás por onomatopeya del ruido provocado por una pequeña pieza metálica al caer, se ha llamado chirola a toda pequeña pieza metálica, redonda, usada como adorno en las monturas de los caballos de arreo. Así también, con expresiones “redondas”, el presidente de la Nación tiró el lazo para arrear a al Pro. "Quiero que vayamos juntos con (Mauricio) Macri y arrasemos al kirchnerismo", dijo y enfatizó: "Tengo vocación de ir a un acuerdo total". La respuesta de Macri no tardó: “Estamos dispuestos a conformar un equipo de trabajo para defender los logros obtenidos y también avanzar en una agenda profunda de cambios y transformaciones que la Argentina aún necesita”. Y propuso nombres de su entorno más fiel para comenzar los diálogos.
Antes de la intempestiva difusión de cierta vocación de unidad, las informaciones que señalaban cierta complicidad de la Afip con controvertidos empresarios ligados al kirchnerismo durante el gobierno de Cambiemos habían elevado al máximo la tensión entre las dos facciones. Todos los indicios periodísticos sugieren que estas versiones fueron parte de una operación lanzada desde lo más alto de La Libertad Avanza. Por ello, la propuesta de acuerdo abrió interrogantes de todo tipo. Aunque se conoce la relación personal cordial que mantienen, el panorama previo no permitía presagiar que, públicamente, Milei y Macri se tomaran tiempo para enviarse mensajes que propician la unidad contra el “enemigo” kirchnerista.
¿Se trató de una invitación sincera, de una provocación o directamente de una extorsión? ¿En un santiamén cambiaron de carril? ¿Milei intentó bajar los decibeles? ¿Hubo acuerdo previo para proclamar la voluntad de unidad? ¿Qué pensarán los otros dos integrantes del trío que ejerce el poder hoy en el país y que desde hace tiempo buscan esmerilar al PRO, especialmente en su bastión de la ciudad de Buenos Aires? ¿Alguien será el arriero? ¿Algunos se dejarán arrear?
Mientras se espera que las chirolas aparezcan en las billeteras argentinas y la vicepresidenta ya no se desvele por ellas, la política ha comenzado a exhibir estos revulsivos con miras a los comicios legislativos. Milei y Macri han comenzado un juego que se puede parangonar con aquel bizarro, pero tierno, entretenimiento de ventriloquía. Habrá que ver quién hace de Mr. Chassman y si alguien acepta el papel de Chirolita.