En el nombre del padre

Aferrados a su pasión “tuerca”, pero principalmente continuando con el legado dejado por papá Oscar, él ocupó la butaca izquierda y ella la de la derecha en la Coupe TC, para seguir recorriendo los caminos que propone el rally de regularidad en lo que se tradujo en un tributo familiar.

Oscar Lozano Jr. puso primera en la competencia de San Jerónimo Norte, inaugurando a puro festejo el campeonato santafesino de esa modalidad que pretende desarrollar en su totalidad, disfrutando de ese fuerte sentimiento por el automovilismo.

“Ocupar la butaca izquierda desde el año 2023 es la forma de rendirle homenaje a mi padre, y poder continuar con su legado. Como siempre en la Coupe Chevrolet 1938 TC que construimos”, señaló en la charla con LA VOZ DE SAN JUSTO.

“Es una manera de honrar su memoria poder seguir compitiendo y teniendo la misma pasión por el automovilismo histórico de regularidad que desarrollamos juntos en más de 20 años de actividad por diferentes rutas del país y países limítrofes”, añadió.

Honores que comparte con su hermana quien oficia de copiloto y quien también colabora en la mecánica del auto.

“Mi hermana María José es mi copilota en cada una de las competencias que participamos, de esa manera mantenemos viva la pasión familiar”.

“Como de costumbre y desde los comienzos la mecánica la realizamos nosotros mismos y de manera artesanal, muy similarmente a como se hacía en aquellas legendarias épocas del Turismo de Carretera”, acotó.

Acerca de la victoria conseguida en la primera fecha del certamen, indicó: “Estábamos confiados en hacer un buen papel en esta primera fecha y por suerte todo salió como lo esperábamos”.

“La idea es continuar con el Campeonato Santafesino de Regularidad y realizar otras fechas a nivel Nacional”, añadió.

De cara al futuro en la actual temporada, expresó: “Nuestro anhelo es seguir participando durante el año en diferentes competencias del país, teniendo

como objetivo obtener el mejor resultado”.

De esa manera los hermanos Oscar y María José comparten y gozan de la actividad, subidos a esa blanca “cupecita” del número 22, sabiendo interiormente que un tercer acompañante los guía siempre en el camino.