Sociedad
“El sistema de salud está enfermo hace años, pero hoy agoniza”
El sector afronta una crisis sin precedentes. Mario Vignolo habló de colapso y analizó los principales problemas contra los que siguen luchando.
El sistema de salud argentino, tanto privado como público, se encuentra en una difícil situación, inmerso en una crisis.
Desde la falta de insumos por las trabas a la importación, a la escasez de médicos en diferentes especialidades, hasta la problemática con prepagas y obras sociales. Pacientes y profesionales, toda la comunidad está “ante un abismo total” que responde ahora a la no atención en las guardias y el pago de coseguros en las clínicas.
El Centro Médico de San Francisco adhirió al comunicado emitido por el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba en el que advierten que están trabajando por los canales legales para conseguir las mejoras necesarias con el objetivo de dar solución a la problemática que pone en riesgo la actividad del profesional médico.
El médico forense, ex director del Hospital Regional “J. B. Iturraspe” y primer vocal del Centro Médico, Mario Vignolo, en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO alertó que se está frente a un “colapso del sistema de salud”.
“El sistema de salud se encuentra herido de muerte desde hace muchos años, mas allá de la resistencia de los propios operadores y los gobiernos. Estamos frente al colapso del mismo”, señaló Vignolo.
Sobre el faltante de insumos, dijo que “puede vivirse sin la importación de bananas o protectores de celulares, pero jamás sin insumos médicos de variada complejidad”. De faltar esto, “se pone en riesgo la atención responsabilizando a médicos e instituciones, quienes son una víctima más del sistema”.
Ante este panorama, “tomamos conciencia que los médicos e instituciones somos rehenes de los sistemas privados y gremiales de salud, quienes pagan lo que quieren, cuando quieren y si quieren, agregando a esto los débitos inconsultos y unilaterales que en ocasiones son revertidos luego de tres meses, en el mejor de los casos, y a valores históricos en un país con una inflación oprimente”, expresó el médico.
“Esto se ve agravado por las resoluciones del Estado que priorizan lo que queda lindo a lo que es bueno, congelando y retrotrayendo los aumentos de tarifas a las prepagas y sistemas de salud, lo cual repercute en los aranceles médicos que, generando críticas e insultos, deben acudir a opciones de cobro no convencionales que no son para enriquecerse sino para sobrevivir”.
Sin guardias en la Argentina, sí en Chile
Sin pagos, los médicos eligen tomar nuevos rumbos como está ocurriendo con muchos profesionales argentinos que buscan hacer guardias en países limítrofes como Chile, donde cobran en dólares. “La falta de profesionales médicos no es patrimonio exclusivo de nuestro país ya que en todo el mundo hay necesidad de cubrir vacantes en salud, haciendo que países en los que el ingreso de médicos argentinos estaba vedado hoy se haya estimulado por la necesidad y más aun reconociendo la calidad profesional de nuestros médicos”, aseguró Vignolo.
“Es triste ver que médicos de nuestro país eligen hacer tres o cuatro guardias mensuales en países limítrofes, asegurándose de esa manera ingresos que acá llevaría dos meses de trabajo a destajo con remuneraciones magras y el riesgo de trabajar en múltiples instituciones con un desgaste mayor”, reflexionó.
La formación y la vocación, en jaque
Ante este contexto, la medicina que siempre fue elegida por ser una profesión marcada por la vocación, es de las últimas de las opciones para las nuevas generaciones. “La carrera de medicina era elegida por muchos estudiantes como una de las profesiones más deseadas y prestigiosas, pero desde hace un largo tiempo dejó de ser elegida para migrar a otras profesiones más apetecibles o más rentables y con mucho menos riesgo”, añadió Vignolo.
Pero “no era solo elegir medicina como carrera y como forma de vida, sino también elegir especialidades, logrando ingresar a residencias de muy difícil acceso por la poca oferta y gran demanda. Esta situación cambió rotundamente ya que, a pesar de la oferta de residencias para médicos egresados de las diferentes universidades, hoy más de la mitad de los cargos quedan vacantes, algo inexplicable e inentendible para quienes desesperábamos por lograr un cupo”.
Para él, esto se debe a “la necesidad de subsistencia de los médicos recién recibidos, quienes priorizan un mejor ingreso a la potencialidad de una especialidad que a futuro redundaría en mejor formación y quizá más dinero. Es así que muchos médicos comienzan a hacer guardias ni bien recibidos y sometiéndose a una locura de horarios y desgaste físico que seguramente repercute negativamente en el bien estar propio y ajeno”.
“No solo los médicos se encuentran afectados desde hace tiempo por esta realidad, la cual menospreciamos permitiendo inconscientemente que se agudice, si no también las instituciones, exigidas por los adelantos tecnológicos, muchas veces inaccesibles con los ingresos actuales pero que si no se invierten, los dejan fuera del sistema, llevando muchas veces a las mismas a un verdadero colapso económico y funcional”, siguió Vignolo.
“El sistema de salud está enfermo hace años, pero hoy agoniza por múltiples factores y corremos el riesgo de que en unos años más, no alcancen los médicos recibidos para cubrir los cargos y necesidades de la población –reiteró-. Ojalá podamos salvarlo, pero eso es responsabilidad de todos y los más perjudicados son los usuarios y la población en general”, concluyó.