Bebés prematuros
El rol de la familia en la neo
“Los padres y la familia son partícipes en esta situación. El apego es fundamental y el bebé necesita sentir el amor y el cariño”, aseguraron profesionales de la neonatología del Hospital Iturraspe. Dos mamás de niños prematuros destacaron la importancia de poder estar en la neo, brindando amor y participando de las decisiones sobre la evolución del bebé.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Volver a casa con los brazos vacíos después de tener un bebé prematuro, nos llena de miedos y angustia, a eso se suma la inseguridad de dejar a nuestro hijo o hija en la neonatología, llena de aparatos que no conocemos y “cablecitos” que invaden su cuerpito.
El contacto diario con el bebé durante su internación, es fundamental para fortalecer el vínculo que se vio afectado por la urgencia del nacimiento antes de tiempo. La mano que ingresa en la incubadora es la de mamá o papá, la que lleva amor, contención, calma y seguridad, junto al tratamiento que los profesionales de la salud realizan para ayudar a estos pequeños luchadores a enfrentar el mundo.
Por eso, la familia: -mamá, papá, hermanos y abuelos-, “es más que una visita” en la neo y tiene un papel central en el cuidado, contención, control y estimulación del bebé en todo el proceso hasta el seguimiento.
Cada 17 de noviembre se celebra el Día Internacional del Bebé Prematuro y en el marco del cierre de la Semana de la Prematurez, el Hospital “J. B. Iturraspe” y la Red Serenar realizaron un encuentro de familias y niños prematuros en la plaza blanda del Centro Cívico.
En la oportunidad, remarcaron la importancia del acceso de la familia a la neo, sin restricciones, como establece el octavo derecho de los bebés prematuros que dice: “La familia de un recién nacido prematuro tiene derecho a la información y a la participación en la toma de decisiones sobre su salud a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica”.
Que la familia pueda entrar sin restricciones favorece el contacto piel a piel y la lactancia; contribuye al apego y neurodesarrollo, empoderándola para participar de los cuidados.
En la plaza todos celebraron la vida, un grupo de mamás con sus hijos prematuros compartieron un momento de juegos y mates, agradecidas por la atención profesional y contención que recibieron en la neo del Hospital por parte de médicos, enfermeras, trabajadoras sociales y todos los profesionales que intervienen durante la internación. LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con dos mamás que contaron su experiencia.
Vanesa Gómez mira a su beba Dana de un año y medio, que sonríe y juega con los otros chicos, y la emoción aparece en su rostro, porque su nacimiento no fue fácil. Dana llegó al mundo a las 34 semanas de gestación, pesando 1,400 kg ya que Vanesa tuvo un pico de hipertensión.
“Tuve mucho miedo porque no sabía qué pasaba. Dana es mi tercera hija, tengo dos varones con los que no tuve problemas. Pasamos un mes y un día en la neo, gracias a la ayuda de las enfermeras, los médicos, la beba salió adelante, aunque le costó mucho subir de peso, fue un proceso lento”, contó Vanesa.
Consideró que es “muy importante que la familia pueda participar activamente. Nos tocó la neo en pandemia, solo yo y mi marido entrábamos, pero tuvimos siempre la contención de las enfermeras y los médicos”.
La familia ayuda en la evolución del bebé
Mientras Emilio, su bebé de un año y medio, juega en la plaza blanda, Daiana Gómez agradece toda la atención recibida en la neo ya que nació con solo 600 gramos. “Hoy Emilio está muy bien, gracias al equipo de la neo y el seguimiento que se le realiza”, dijo.
Remarcó: “Como mamá y como familia es necesario estar en la neo todo el tiempo. Además el apoyo de los abuelos que ayuden en los casos de las mamás que tienen otros hijos. Que la familia esté ayuda a la evolución del bebé, que crezca más rápido y se fortalezca el vínculo”.
¿Cuándo un recién nacido es prematuro?
Un bebé se considera prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación. La prematurez puede deberse a factores como parto prematuro previo, diabetes prestacional Tipo 1 y 2 o gestacional, hipertensión crónica, consumo problemático de sustancias, embarazo múltiple, infecciones sistémicas y obstétricas, trombofilias, anemia severa, desnutrición, obesidad, reproducción asistida (FIV), entre otros.
En el Hospital, por su complejidad, se reciben bebés prematuros desde las 32 semanas de gestación y a partir de los 1.500 kg. Desde hace unos años aplica la neo a puertas abiertas, con buenas experiencias, sumado esto a que cuenta con la residencia para madres que tienen sus bebés internados que está dentro del mismo nosocomio.
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“Necesita sentir el amor de su familia”
La jefa del servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Iturraspe, María Celia Finetti; la encargada de la neo, Mariana Brachetto; la enfermera profesional Lilian Pérez, la coordinadora de la Red Serenar, Gabriela Faya; la trabajadora social, Marisa Aimar y la fonoaudióloga Cecilia Gattino, quien trabaja junto a la licenciada Carina Cravero, también integrantes de la red estuvieron presentes en el evento promoviendo los derechos de los prematuros y recordando la importancia de un seguimiento integral como mínimo hasta los dos años.
La doctora Finetti remarcó que la apertura a la familia en la neo “es muy importante porque ayuda a la evolución del bebé, aunque a veces no es tan fácil aplicarlo porque a veces hay bebés que no están bien, pero nos organizamos bien para que puedan entrar”.
“En otras oportunidades no tenemos bebés en estado delicado y entonces pudimos dejar entrar a otros integrantes de la familia como abuelos o hermanitos. Es algo hermoso”, dijo.
Añadió que cuando se van de alta, que es cuando llegan a pesar 2.100 kg, “entran en la Red Serenar de recién nacidos de riesgo, donde se realiza el seguimiento, psicomotricidad, fonoaudiología y otras especialidades. Es importante realizar un seguimiento en el desarrollo para detectar alguna secuela para realizar la rehabilitación a tiempo”.
Por su parte, Gabriela Faya destacó que la familia “cumple un rol fundamental. El bebé es un pequeño gran luchador pero necesita sentir el amor y el cariño de su familia. El apego tiene mucha importancia, el acompañar al bebé, hablarle es muy bueno, el bebé escucha la voz de la mamá, que es la que escuchaba desde la panza y eso hace que bajen los niveles de estrés, se regula mejor y la evolución obviamente será mejor”.
“Los padres y la familia son partícipes”
En tanto, la enfermera Lilian Gómez remarcó: “Los padres y la familia son partícipes de esta situación en la neo, que no dura para siempre, sino que es un tiempo nada más”.
Afirmó que lo más importante es “enseñarle a los padres qué tienen sus hijos, informarlos, explicarles porqué están conectados a una máquina o un respirador. Es importante que conozcan lo que van a vivir día a día en la neo, lo que se va haciendo para que así pierdan el miedo. Desde el servicio de la Red Serenar abordan a los bebés y les dan pautas a las madres para que puedan fortalecer el vínculo. A veces el espacio físico no alcanza para tener a todas las madres, pero se trabaja muy bien”.
La trabajadora social, Marisa Aimar y la fonoaudióloga Cecilia Gattino afirmaron que el trabajo en red es clave. “Desde el servicio social trabajamos con la familia articulando con el municipio de las localidades de la zona, cuando los niños son de otras localidades. Mientras que en el caso de la fonoaudiología, aparte del seguimiento que se hace en la neo, sumamos un seguimiento extra a los niños de riesgo, que presentan cambios en la audición, se indican estudios complementarios en San Francisco o se deriva a Córdoba”, afirmaron.
En la actividad realizada en el Centro Cívico estuvieron presentes la presidenta del Consejo de la Mujer, Patricia Hasne y la vicepresidenta, Nancy Marrone. “Estamos presentes para celebrar la vida, acompañando a estos pequeños grandes héroes que son los niños prematuros y sus familias. Es muy bueno que se visibilice y que se conozca el trabajo de la Red Serenar y de todos los profesionales del servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital”, aseguraron.
Un modelo integral
La coordinadora de la red Serenar, Gabriela Faya, presentó el pasado 7 de noviembre en las jornadas de la Red Serenar el Modelo de Abordaje Integral en el Consultorio de Seguimiento del Niño de Alto Riesgo. “Es un modelo que se viene trabajando desde hace varios años en el Hospital con una mirada integral que se hace del niño en el consultorio a través de distintos profesionales que hacen una valoración aplicando un circuito. Es evaluado por pediatras, fonoaudiólogas, trabajadoras sociales, neurodesarrollo, etc.”.
“Este servicio es muy importante no solo para los niños de San Francisco sino para los que llegan de la zona porque, en una mañana, el niño pasa por diferentes profesionales y se va con un diagnóstico y un turno de seguimiento para un próximo control. Ese sistema es característico de nuestro hospital, nosotros le fuimos dando forma y mejorando a lo largo del tiempo y para nosotros es un orgullo porque es un trabajo de equipo de muchos años”, destacó.
Afirmó que el seguimiento como mínimo hasta los 2 años, “permite que se trabaje en la detección e intervención temprana de alguna dificultad. Trabajamos mucho con la georeferencia, esto es, que en sus lugares próximos los niños tengan acceso al tratamiento”.