El referente local de los “Redondos”
Guillermo Rossetti, productor musical que colaboró con la logística de recitales de los "Redondos" en el interior, y luego tomó a su cargo la organización de los espectáculos que dieron en la ciudad artistas como Ataque 77, Intoxicados, Estelares y Ciro.
En los últimos tiempos, Carlos "Indio" Solari fue dando indicios de que será muy difícil volver a verlo sobre un escenario. La pena y la nostalgia invadieron a todos los fanáticos que alguna vez disfrutaron de las "misas" y del "pogo" más grande del mundo, ya sea en su etapa en "Patricio Rey y sus redonditos de ricota" como en la solista.
Durante muchos años, nuestra ciudad fue puerto de salida de los "bondis" a Finisterre. Es decir, de los colectivos que llevaban público local y de la zona a recitales ricoteros. Ello fue posible por el trabajo de Guillermo Rossetti, quien colaboró con la organización de estos shows, asumiendo más tarde el papel principal en la producción de espectáculos de primer nivel que se hicieron ya en San Francisco, como los de Ataque 77, Intoxicados, Estelares y Ciro y los persas.
Una charla con "Guille", como todo el mundo conoce a quien actualmente se desempeña en la Justicia provincial, es por todo esto sumamente interesante. De sus relatos surgen datos y anécdotas imperdibles sobre los principales protagonistas del rock nacional. Y de algo no tiene dudas: no hubo banda como los "Redondos" ni movilizaciones que se asemejen a las "misas ricoteras".
Los primeros bondis
Su vínculo con Solari y compañía surgió a principios de los noventa. Desde finales de la etapa como estudiante de secundario, junto a su grupo de amigos, solía ir a ver espectáculos a L'Étoile, emblemático boliche sobre la calle 25 de Mayo de San Carlos, Santa Fe, que convocaba a los músicos más reconocidos del momento. Allí disfrutaron de la música de Charly García, Andrés Calamaro, Divididos, Ratones Paranoicos... Y una noche de 1992 se encontraron con los afiches que promocionaban, con un par de meses de anticipación, dos shows de los Redondos, los días 19 y 20 de julio, para presentar "La mosca y la sopa", disco que estaba explotando las radios.
Una "joya" entre muchos recuerdos: el
talonario de entradas para el último recital que dieron los "Redondos"
"Nos asombramos y pregunté a la gente de seguridad si podía hablar con los encargados, porque se me ocurrió la idea de vender entradas en San Francisco. Al instante me llevaron ante Arturo Iturraspe, descendiente de los Iturraspe de nuestra zona, el gerente. Era un hombre joven y con la mejor predisposición. Se dio vuelta, buscó en la caja fuerte y me dio dos talonarios, cada uno con cincuenta entradas", recordó Guillermo.
"Me dejó su número de teléfono por si necesitaba más. Yo no tenía para dejarle seña, pero él me dijo que me quedara tranquilo porque sabía que no lo íbamos a perjudicar. Me pidió mi número y dirección para mandarme afiches, y yo le di los datos de la casa de mis padres, donde vivía, en Bv. 9 de Julio al 2400", añadió.
Al regreso a nuestra ciudad, se encargó de comenzar a difundir la venta de entradas por intermedio del DJ Adrián Bisconti en FM Galaxia. Luego llegaron los afiches y los distribuyó en diferentes comercios. Contrató un servicio de transporte para ofrecer con la entrada, y a los 20 días ya se habían agotado los dos talonarios. Iturraspe le hizo llegar entonces 50 entradas más que también vendieron.
"Mi mamá y mi papá ya se quejaban de la gente de la ciudad y la zona que iba y llamaba todo el tiempo", recordó Rossetti con humor. Esa primera noche fueron dos los colectivos llenos que partieron desde la Plaza Cívica, casi en la esquina de Bv. 9 de Julio y Av. Libertador Sur.
Quedan en Internet videos, fotos y crónicas sobre esas noches mágicas. "Fue todo muy lindo -afirmó-. Esos viajes siempre dejaban unas anécdotas increíbles. Recuerdo la cara de felicidad de los pibes, nosotros incluidos, realmente muy entusiasmados. La algarabía y adrenalina eran totales: no podíamos creer que estábamos viendo 'Los Redondos'".
Las otras misas
Los "Redondos" volvieron al mismo boliche en San Carlos en agosto de 1995, para presentar "Lobo suelto, cordero atado", también en dos fechas. Rossetti y compañía, nuevamente por el vínculo con Iturraspe, volvieron a organizar la venta y salida desde San Francisco. Ello se repitió para sus tres últimos recitales allí, 16, 17 y 18 de agosto de 1996, presentando "Luzbelito".
"Eso fue el punto cúlmine -manifestó Guillermo-. Durante esas tres noches la ciudad fue una locura. No entraba más nadie en San Carlos. Los 'ricoteros' llegaban a acampar hasta pueblos vecinos. Los comerciantes, contentos. Hasta la gente en las casas hacía sándwiches y empanadas para vender".
Asimismo, recordó su encuentro cara a cara con Solari y compañía: "En esa oportunidad, cuando voy a rendir cuentas de las entradas vendidas con Iturraspe, me dicen que estaba en el camarín. Voy y me encuentro con toda la banda. Quedé perplejo. Me presenté y cruzamos unas palabras. Era gente totalmente normal, tranquila. Estaban preocupados porque había gente afuera sin entrada y ya estaba todo vendido. Por suerte no pasó nada. Pero Iturraspe decide a fin de año llevarlos ya a la cancha de Unión a Santa Fe, porque ahí no daba para más".
Tanto para este show, como para el de Colón en la misma ciudad, Guillermo volvió a ser la mano derecha de la organización, interactuando ya de forma más fluida con el "Indio" y el resto de la banda. También colaboró en el recital de 1998 en el Anfiteatro de Villa María.
El último capítulo llegó el 4 de agosto de 2001, una vez más organizado por L'Étoile, esa estrella que fue el lujo de los "Redondos": fue en Córdoba, en el hoy "Mario Alberto Kempes". Guillermo contó: "Ese recital queda en las retinas de todos los que estuvimos. A la salida, publicitaban un show para creo que Unión, dos o tres meses después. Pero al mes comunican que la banda se disolvía, así que los que fuimos al 'Chateau' tuvimos el privilegio de ver el último recital de los Redondos".
Los
"Redondos" en L'Étoile (Gentileza El Litoral)
Las producciones locales
Pero, a diferencia del tema ricotero, esto no fue "to-to-todo amigos". Rossetti aprovechó su experiencia en todos los años al servicio de la causa "ricotera". Un amigo suyo, llamado Oscar Bertoli, tenía el contacto de Mundy Epifanio, manager de Ataque 77, por lo que le propuso gestionar un show en la ciudad. Se reunieron en Córdoba y sellaron el acuerdo.
Epifanio, que conocía el "Gigante" por su experiencia con otros grupos, les mandó dos mil entradas y afiches. "Era para marzo de 2016. Difundimos y pusimos puntos de venta en toda la región. Faltando diez días habíamos vendido todo. Le avisamos a Mundy que nos mandara más, pero no llegaba con el tiempo, así que nos dijo que las imprimiéramos nosotros y siguiéramos vendiendo", detalló.
Sobre el show, agregó: "Fue un 'golazo' porque metimos más de tres mil personas. Ataque presentaba 'Antihumano', que venía sonando en todas las radios. Y coincidió con el cumpleaños de Ciro Pertusi (vocalista de la banda), así que toda la gente le cantó en el recital".
Tan buena resultó esa primera experiencia, que fueron por más: Ratones Paranoicos, Estelares, Intoxicados en dos oportunidades, nuevamente Ataque, Ciro y los persas... todos trajeron su música a San Francisco de la mano de "Guille".
Sin dudas, Pity Álvarez, de Intoxicados, es de los mayores personajes y de los que mejores anécdotas dejaron, incluyendo su canto de "Fuego" en Bomberos Voluntarios, portando un casco que le hicieron llegar.
Esta parte de su vida como productor musical tuvo su broche de oro el 17 de octubre de 2013, con el recital de Ciro, un nuevo espectáculo de primer nivel. Cuatro días después, con el nacimiento de su hija Pilar, Guillermo empezó a transitar otra etapa.
Pero, al día de hoy, ni él ni la gente se olvida de las visitas a casas de sus padres para comprar entradas y reservar un lugar en el colectivo que los llevaba a ver los "Redondos", como tampoco de los espectáculos que trajeron el mejor rock del momento a nuestra ciudad.
"Tengo muy buenos recuerdos de toda esa época, y de cómo nos acompañaba la gente de San Francisco y la zona", afirmó. Y guarda algunos "tesoros", como las entradas que vendían de los recitales "ricoteros" y de los shows que produjo en la ciudad. Sobresalen algunas "joyas" como el talonario de Córdoba, última "misa". Como anécdota final, "Guille" comentó: "Todos los recitales, desde el primero de 1992 al último de los 'Redondos' en 2001, costaban veintidós pesos/dólares. Si tocaran de nuevo hoy, ¿cuánto costaría la entrada? No lo sé, cualquier precio sería poco. En mi opinión, no hubo ninguna banda como esa".