El peligro de la automedicación y la importancia de educar

Por Isabel Fernández|LVSJ

Ansiedad, depresión, insomnio, los trastornos mentales se incrementaron notablemente en los últimos años. Entre la pandemia de covid 19 y la incertidumbre que vivimos ante la crisis económica que atraviesa la Argentina, hoy en día son cada vez más las personas –entre ellas muchos jóvenes- que consumen ansiolíticos, tranquilizantes y medicamentos para dormir, sin la receta de un médico.

Es común escuchar: “toma un cuartito de esta pastilla, a mí me calmó, me la dió mi vecina” o ante un dolor fuerte recomendar un analgésico fuerte sin consultar a un médico.  Desde un punto de vista médico y farmacológico, la automedicación es un hábito muy poco aconsejable ya que, puede ser peligrosa para la salud y la vida, además de convertirse en una adicción en el caso de medicamentos como psicotrópicos y ansiolíticos.

El consumo habitual de estas sustancias genera dependencia y el organismo desarrolla mayor tolerancia, provocando que las dosis tengan que ser cada vez más altas.

“No es bueno automedicarse en ninguna enfermedad, ni por un dolor de cabeza; pero aún es más peligroso en lo que hace a salud mental. Teóricamente la automedicación en salud mental no debería existir porque no se pueden vender sin una receta de archivo, pero muchos tienen acceso de igual manera a psicotrópicos y ansiolíticos, le sacan a la abuela, o alguien se los da. El alcohol también es una problemática que no queremos ver”, aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, Delegación 4° de nuestra ciudad, Nora Gagliano.

Remarcó que es importante “siempre consultar al médico tanto para los medicamentos recetados como para los de venta libre, ningún medicamento es inocuo porque pueden dañar órganos e incluso llegar a ser fatales si hay alguna enfermedad. Tiene que haber más respeto por los medicamentos y más confianza en los profesionales de la salud”.

Consideró que la automedicación “se soluciona con educación y trabajo en comunidad. Es importante que trabajemos juntos los médicos, los farmacéuticos, odontólogos, las escuelas para educar a los chicos, con la municipalidad para concientizar y prevenir”.

Cuidado con los psicotrópicos

Gagliano aseguró que tras la pandemia y ante la difícil situación que se vive en el país “notamos un incremento del consumo de psicotrópicos y ansiolíticos, especialmente en gente joven por ataques de pánico, porque no duermen, por ansiedad”.

“Estos medicamentos deben ser prescriptos por los psiquiatras y los están indicando los médicos clínicos. No debería existir automedicación porque ese tipo de medicamentos no se puede vender sin una receta archivada, porque llevan un seguimiento”, dijo.

Explicó que con este tipo de medicamento “se empieza siempre con una dosis baja y pueden producir acostumbramiento. Si una persona toma un psicotrópico para dormir de 0,5 mg, puede llegar un momento en que se siga tomando y no haga el efecto, entonces el médico aumenta la dosis y con el tiempo se va a necesitar más”.

“Por eso no es recomendable empezar de joven, porque son medicamentos que muy rara vez pueden dejarlos porque provocan dependencia. Tampoco se pueden dejar de golpe, se tienen que dejar en forma gradual porque actúan sobre la psiquis”, advirtió.

El problema de la automedicación en la Argentina es preocupante. “Nos convidamos con medicamentos, no falta quien dice al que le duele la rodilla por ejemplo ‘tomate un ibuprofeno’ sin saber si la persona puede tomarla”, afirmó la farmacéutica.

“Somos uno de los países que más consume medicamentos, no está mal hacerlo si se necesita. Además, hay mucha publicidad de medicamentos, cremas, etc. que se muestran como mágicas y no es así, aunque pueden ayudar. Otro problema que sigue existiendo es la venta de medicamentos en los kioscos”, agregó.

Gagliano advirtió que otra de las causas de la automedicación es la resistencia antimicrobiana por el abuso de antibióticos. “El antibiótico será la próxima pandemia, la Organización Mundial de la Salud está muy preocupada porque la gente los toma por las dudas, entonces las bacterias, crean resistencia, claro, qué quiere decir que cada vez vamos a tener que tener antibióticos más fuertes para cuidarnos las mismas enfermedades. Los laboratorios no están investigando en antibióticos, entonces vamos a llegar a un momento en que no habrá un antibiótico para para protegernos”, finalizó.